Capítulo 7 || Amelia

967 57 1
                                    

DÍA 3

Se fue.

Y me asusta estar sin él.

Axel se fue y no me dijo cuándo regresaría. Lo peor de todo es que los "muchachos", así les digo a los que quedan en este lugar, pasan por mi habitación y puedo escuchar sus risas intentando abrir la puerta sin lograrlo. Cada vez que pasan golpean la puerta y gritan obscenidades.

Trato de no escucharlos y de no temblar ante la posibilidad de que puedan entrar.

El miedo me está consumiendo.

Le pedí a Axel que me llevara consigo pero se negó, no me quería quedar aquí sin su presencia, aunque suene ridículo. No me malinterpretes, lo único que veo en Axel es una manera de protección contra posibles ataques físicos de los demás.

Sinceramente, no quiero terminar como Kim ni como otra de las chicas que ahora, o están hospitalizadas o en el peor de los casos, muertas.

No puedo con este temor, justo la manecilla del reloj marca las once de la noche... ¿crees que a esa hora deberían estar dormidos? Pues las bestias siguen vigilando mi habitación e intentando abrir mi puerta.

Cada sonido detrás de la puerta me altera a sobremanera.

Quiero que Axel regrese.

Lo necesito.

Hace dos horas por lo menos, he caminado como un león enjaulado por toda la habitación, como una forma de distracción, pensar en cómo estarán familia. ¿Alguno de ellos hará algo para buscarme? Sinceramente no sé qué pensar.

No es que no me quieran, pero Axel se ha encargado de construir una fachada para todos mis conocidos, y ellos se creyeron todo.

¿Cómo puede ser posible que se hayan creído que me he casado? y peor, ¿cómo pueden pensar que sería capaz de fugarme para no saber nada de ellos y vivir lejos? Me duele creer eso. No puedo ni siquiera pensarlo.

Estoy contando los minutos mientras golpeo con mi pie el suelo en un ritmo constante y apresurado; quiero que regrese y cuide de mí. Puede que pienses que me he hecho dependiente de Axel, pero ¿Qué animal no se hace dependiente de su amo? Porque al fin y al cabo, los seres humanos somos eso, seres dependientes de otros.

Y que me condenen si no estoy necesitando a Axel.

He escuchado como los hombres tienen bajo amenaza a las demás; amenazan con matar a sus familias. Creo que esa es una de las razones por las que las chicas me odian, porque hasta me doy cuenta de que hay un gran nivel de favoritismo respecto a mi persona.

No niego que Axel se esté involucrando con las demás. Él es, usando términos que alguna vez leí en unos libros, dominante, mientras todas, recalco, TODAS somos las sumisas mientras estemos encerradas en este lugar.

Ciertamente, muchas noches me quedo despierta en alerta, intentando llevar a mi mente a sitios mejores, donde por fin termino mis estudios y tengo un empleo estable. Me veo a mí misma abriéndole las puertas al amor, un sentimiento que desde años le había cerrado las puertas en la cara.

Mi mente llegaba lejos, hasta anhelaba que fuese realidad y que esto sea solo una inquietante y horrible pesadilla. Pero claro, todo se arruinaba cuando imaginaba a Axel.

Axel, Axel, Axel.

Por horrible que suene, no dejo de pensar en él. En su rostro, su cuerpo, su voz cuando me susurra al oído, pero no es un pensamiento de anhelo, sino un sentimiento de inquietud y miedo hacia lo que podría suceder si él decide acabar conmigo...porque él me lo ha dicho infinidad de veces en las que no lo obedecía, que acabaría conmigo de una u otra manera.

Espero que para mañana Axel ya vuelva...sé lo que piensas...lo sé.

A veces mis sentimientos no son coherentes con mi situación. Miedo y anhelo. Ya tengo que despejarme de todo esto.

¿Tú qué harías en mi lugar? 

Solo espero que no puedan entrar en mi habitación, eso ya sería un alivio.

Relatos de un secuestro ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora