DÍA 10
Llevo horas sin poder dormir tranquila. Varias imágenes vienen a mi mente, momentos felices de los que viví sin dedicarle la menor importancia. Una vez cuando hicimos un viaje familiar a la playa. Nosotros nadábamos tranquilamente bajo el sol cubriéndonos, intentábamos ver debajo del agua pero nuestros ojos terminaban ardiéndonos. Todo era felicidad, nos reíamos a cada momento cuando una ola nos arrastraba hacia la orilla para revolcarnos.
Ahora son solo eso, recuerdos hermosos y dolorosos.
Porque ahora es cuando veo lo feliz que fui.
Ayer Axel no me dejó sola para nada. Se empeñó en quedarse conmigo. Me instó varias veces a desahogarme con él, pero no pude...por más que quise gritarle, no pude hacerlo. Me siento como creo que se debería sentir un zombi. Según él, necesito despejar mi mente, que tarde o temprano mi familia se iba a ir, porque nada es para siempre.
Pero lo que no me dijo es que es realmente injusto haberles arrebatado la vida.
Ahora no hay nadie que me busque, tal parece que mi destino es este. Estar encerrada en este lugar de mala muerte. Las pocas veces que puedo dejarme llevar por el sueño, termino gritando con todas mis fuerzas que casi estoy segura que todos los que se encuentran en este lugar logran escucharme.
Siempre aparece Axel.
Siempre es él.
Las pesadillas son de lo mismo: Estoy amarrada y amordazada en una silla dentro de una habitación lo suficientemente iluminada para parecer blanca como la leche. Mi padre y mi hermana entran de alguna puerta casi corriendo pero aparece Axel y otro más que no identifico pero siento que lo conozco.
Mi familia se sienta en dos sillas casi parecida a la mía pero la de ellos es de metal con grilletes en los reposabrazos y en las patas. Axel y el otro tipo solo los aseguran con los grilletes mientras mi hermana y mi padre me miran con auténtico terror en su mirada, pero ambos no dicen nada.
Solo miran.
Solo posan sus ojos en mí.
El hombre y Axel se colocan guantes de látex y de repente, aparece una mesa de metal con varios utensilios de carnicería...sin darme cuenta empiezo a moverme violentamente e intento gritarles que no hagan nada.
Imagínate lo que les van a hacer. ¿Te has visto la película "Hostal"? ¿No? Te recomiendo que no la veas, pero si la has visto ya sabes cómo me siento en mi sueño.
Todo es sangre, las paredes y el suelo se tiñen de rojo con cada herida que le hacen a mi familia, mi hermana grita de terror mientras las dos vemos cómo Axel y el otro matan inhumanamente a nuestro padre: manos, brazos....desmembraban todo lo que pueden.
Intento no mirar mientras las lágrimas surcan mi rostro pero una fuerza extraña me obliga a ver. Con mi padre todo ha terminado; sus ojos están vacíos.
Sin vida.
Recuerdo tan claramente la voz de Axel al hablar:
—¿Qué haremos con tu hermanita, cariño? —Decía Axel alzando mi barbilla con la ayuda de un cuchillo cubierto de sangre para mirarlo a los ojos.
—La ropa está demás, ¿no lo crees?
Entre los dos desvistieron a mi hermana y cada uno le infringió dolor por donde sea. Nunca tuve una relación normal con mi hermana pero me dolía eso, sus gritos jamás me los borraré de mi mente aunque sean los de una pesadilla. Mis sollozos hacían competencia con los gritos de ella, todo veía rojo en lo que antes era blanco. Cuando terminaron con ella, ambos voltearon a verme y ahí es cuando pude gritar y hacerme escuchar en la realidad.
Axel entraba corriendo a mi habitación, preparado para golpear a quien sea que me estuviera haciendo daño, pero solo estaba yo y los restos de mi pesadilla. No puedo ni siquiera verlo a los ojos porque siento que veré muerte en ellos.
Algo vacío.
Siempre terminaba acostándose conmigo, manteniéndome abrazada a su cuerpo como una jaula de protección contra cualquier cosa. A pesar de todo mi miedo, me siento segura en sus brazos, pero algo me dice que no sea tan ingenua; mientras otra parte de mí, me dice que me mantenga así, sumisa a sus caprichos para estar segura.
Tengo tanto miedo, miedo a que me suceda lo mismo que a mi familia. Si es necesario seguir así con mi vida, en cautiverio, encerrada...no me importa, pero no quiero morir, por lo menos no así. Mi única ancla para la seguridad es Axel. No siento que él sea el culpable de la muerte de mi familia, pero aún sigo sin entender por qué sale en mis pesadillas.
Es como un factor sorpresa. Solo aparece sin motivo al principio, pero luego va tomando forma.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez.
Hay una frase que dice "Todos necesitamos a alguien quién ilumine nuestros lados oscuros", si mal no recuerdo, fue Kushandwizdom quien lo ¿escribió?, no recuerdo eso. Sé que mi lado oscuro es mi recuerdo pero ¿quién será mi luz?
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Relatos de un secuestro ©
Fiction généraleEl amor y la felicidad fueron sustituidas por el miedo, el terror de no poder ser libre de nuevo. Ya su voluntad se esfumó como el aire expulsado de sus pulmones, así mismo como su mente, su cordura está a punto de morir. Todo cambió en pocas horas...