capítulo 14

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Ya habían pasado varios meses desde la vez que había dormido en Neverland.

¿Algo nuevo? Tal vez, ahora todo el mundo sabía de la boda de Michael y Lisa. Conocí a Priscila Presley, tuve una cena con Liz Taylor, dormí con Jason por un mes... Eh ¿Qué más? Ah sí, me enamoré más de Michael.

Y justamente ahora me encontraba en su casa, en su oficina. Lisa se había ido a no sé donde y teníamos tiempo a solas.

Mike entra rascándose la nuca, Lisa lo tenía loco con el tema del embarazo.

—Ven, te daré un masaje —Yo estaba sentada sobre su escritorio, abro las piernas y él se pone entre ellas dándome la espalda.

—Discuti con Lisa otra vez —Acaricia mis piernas— Ya no sé como decirle que quiero que tengamos hijos propios, amo a sus niños pero me gustaría tener los míos...

—Te entiendo mi amor —Dejo un beso en su nuca, empiezo a desprender los botones de su camisa hasta quitársela— Pero tienes que darle tiempo, Lisa aún debe disfrutar de sus hijos, aún son muy chicos.

Acaricio su piel descubierta, de vez en cuando dejo besos.

—Empiezo a creer que no quiere tener hijos conmigo —Se voltea— ¿Hay algo malo en mi?

Su pregunta me rompe el corazón.

—Claro que no, cualquier mujer estaría encantada de darte hijos.

Y yo encabezaba esa lista, estaba preparada. Si él me lo pidiese le daría todos los hijos que quisiera.

—¿Por qué Lisa no queda embarazada? —Pongo mis manos en su hombro, y él deja las suyas en mi cintura

—Mike, bebé, Lisa debe estar tomando alguna pastilla anticonceptiva —Acaricio su mejilla— Es más que obvio que no quiere hijos, al menos por el momento. Quiere disfrutar su vida, aún es joven.

—¿Y qué hay de lo que yo quiero? Cuando hablamos de casarnos, me prometió que me daría hijos... ¿Por qué no cumple con su palabra?

Ruedo los ojos.

—Bebé, a penas llevan meses de casados, déjala disfrutar un poco más —Beso la punta de su nariz— No estés triste, se te va a dar la oportunidad, serás padre.

Pruebo mi suerte, y bajo a besar sus labios, solo unos segundos antes de alejarme, cuando me doy cuenta que tiene los ojos cerrados vuelvo a besarlo, está vez pegando lo más a mi.

Responde a mi beso, con pasión y amor. Estaba cumpliendo mi sueño.

—No —Se separa, pero yo no iba a parar, no señor— Está mal.

Vuelvo a besarlo, enredo mis piernas en su cintura y meto mi lengua en su boca.

—¿Por qué está mal? Solo es un beso —Al ver que no pone resistencia, empiezo a besar su cuello, hombros, para volver a sus labios— Tontito, fuiste a buscar muy lejos lo que podías conseguir tan cerca, y sin tanto rollo.

Sus manos no se mueven, pero me sostiene con fuerza. Estiraba su cabello, mordía sus labios. Quería arrancarle la ropa y hacerlo mío.

—Jenn... —Se calla cuando bajo mi mano a su entrepierna—...Dios...

Oh dios.

Se estaba poniendo duro.

—Tocame, Michael —

Bésame, quítame la ropa, algo, pero no te quedes sin hacer nada...

Me mira a los ojos, y algo cambia. Se aparta bruscamente.

¡Mirame, No soy invisible!  (MJ y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora