¡Mirame, No soy invisible! (MJ y tú)

Parte 2

Le cuento todo a Debbie, por unos momentos parecía un poco molesta y sorprendida. En su cara se notaba que no estaba felíz por mi gran avance.

Por un lado sentía que di un paso hacia delante, pero por otro parecía que había retrocedido dos. Espero que Michael piense en todo esto y quiera intentarlo otra vez, porque tenía que admitir que él era un dios en la cama.

Sólo quería que al final de esta historia, nosotros fuéramos felices juntos, que me correspondiera y así poder vivir felices para siempre.

—¿Qué sigue? —Se levanta del sofá— ¿Te das cuenta que si Michael acepta todo esto y decide continuar, te convertirás en su amante? Y eso está MAL. No puedes estar con un hombre casado, Jennifer. ¿Qué sentirías si tu esposo te engaña? Solo piensa eso, porque va a ocurrir si sigues con esto.

¿Por qué me decía todo esto?

—¿Hey, de qué lado estás? —Respondo un poco molesta— Sabes que he soñado con esto casi toda mi vida, sólo se está dando en un mal momento pero no voy a desaprovechar está oportunidad. Lo siento por Lisa pero no voy a dejar de hacerlo si es que puedo, no voy a dejar a Michael.

Me mira mal, se acerca otra vez y toma mi mano.

—No estás pensando bien, tienes que abrir los ojos, mujer. Michael es solo un hombre, hay miles de ellos allá afuera, no sigas con esto. No quiero que sigas sufriendo.

¿Qué le pasaba? Ella tenía que entenderme, siempre le contaba cuanto deseaba esto, las veces en la que soñé con besarlo, y tenerlo conmigo.

—Lo seguiré haciendo, lo siento Debbie. Me seguiré acostando con él, porque sé que puede enamorarse de mi —Tenia esperanzas— Tenías que verlo, sus ojos me habían visto con tanto amor y deseo.

—Deja de ser una tonta, y entra en razón. Michael es un hombre casado, CASADO. ¿Y sabes por qué le pidió matrimonio a Lisa? Porque la ama, quiere formar una familia con ella. En este momento deben estar teniendo sexo, no está pensando en ti, no seas estúpida.

Bien, ya me había cansado.

—¿Qué pasa, Debb? ¿Te molesta que hiciera el amor con Michael? —Suelta mis manos, y me mira con odio— Ahora entiendo porque querías que te lo dijera todo, porque sabes que jamás vas a tener la oportunidad de tenerlo y la única manera de saber cómo es él, es a través de mi. No soportas que esté logrando mi sueño.

Sus ojos se llenan de lágrimas, había dado justo en el clavo.

Sus palabras me habían dolido muchísimo, así que quería que ella se sintiera igual que yo.

—Eres una idiota —Se levanta y se va.

*

Deborah se había ido anoche y todavía no regresó, no estaba preocupada, ella sabía cuidarse.

—Buenos días —Jason besa mi mejilla— Te ves hermosa hoy.

Mi querido amigo, se veía cada vez mejor. Sus músculos crecían cada vez más, parecía un luchador con cara de bebé.

—Buenos días —Le sonrío, y sigo con mi trabajo— ¿Me ayudas con esto, por favor?

Me pasa la planilla que estaba sobre un mueble alto, se lo agradezco.

—¿Puedo contarte algo? —Se sienta y me mira— Ya no puedo quedarme callado.

—Claro, dilo.