¿Qué te pasa?

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Era mi turno de apoyar a Michael, durante toda la semana me quedé con él en Neverland, dándole amor, cariño, y tratando de que volviera a estar bien.

Me dolía en el alma lo que estaba sucediendo, verlo llorar o lamentarse por no haber tratado de mejorar su relación, era muy doloroso.

Busqué a Lisa, le suplique que volviera pero seguía insistiendo con «Este es tu momento, Jenny. Deja que el amor que tienen florezca. Van a tener una linda historia de amor» Juro que cuando dijo eso tenía ganas de meterla en el coche y obligarla a invalidar su divorcio.

Era muy difícil para mí estar en Neverland. Los malestares seguían, y tenía que poner una excusa tonta para salir corriendo y encerrarme en el baño.

No pude ir por el resultado de los análisis, no me sentía bien dejando a Michael solo, y no confiaba en nadie más para que fuera por mí.

—Ay no... —Lo había dejado por media hora, para ir por un poco de ropa y ahora lo encuentro super ebrio— ¿Qué hiciste?

Me acerco, y le saco la botella; habían muchas más vacías por el piso.

—No shee posque me preo...ocupo —Toma mi cara y me da un beso en los labios— Te tengoo a tiii. ¿Tú no me vas a dejar, verdad?

Su aliento a alcohol y menta chocaba contra mi cara. Estábamos tan cerca.
Me alejo un poco y sigo juntando los envases, no quería que se cayera y se hiciera daño.

—Jenn... Heey... —Me abraza por detrás— Te estoy hablando, Jenn.

Ruedo los ojos.

—No, Michael. No voy a dejarte —Lo tranquilizo.

Una vez que todo quedo más o menos ordenado, me di vuelta. Llegó la hora de hacer lo más dificil.

Llevar a Michael a su habitación.

— ¿Me quieres como yo a ti? —Vuelve a tomarme de las mejillas— ¿O me quieres como Lisa? Ella... Dijo que me amaba, pero su amor era una mentira.

Sus ojos se llenaron de lágrimas pero las limpió con rabia, intentó agarrar la botella de vino pero fui más rápida.

—Te quiero como quiere Jenny. Mi amor es para siempre, cuando me necesites estaré, cuando no te soportes ni a ti mismo ahí estaré, no me iré. Y cuando... Falte amor, yo amaré por los dos —Susurro.

—Me gusta ese amor... —Pega su frente a la mía— Amo el amor... ¿Recuerdas ese día? Tú me lo advertirte hace dos años... Me dijiste que ese nuevo amor me rompería el corazón, y mira. Aquí estamos, después de dos años, pasó. Estoy solo.

Tenía razón, también me acordé de nuestra promesa. Sí el no encontraba a la indicada, nos casaríamos y formaríamos una familia...

Y quién lo diría, la mitad ya lo habíamos hecho. El fruto de, no sé si decir "nuestro", de mi amor por él, crecía en mi vientre.

—¿Y si esta vez me dices que seré feliz? —Lo que dice me parte el corazón.

—Serás muy, muy feliz, Mike —Paso su brazo por mis hombros— ahora necesito que me ayudes ¿bien?

Lentamente y con mucho, mucho esfuerzo por no dejar caer a Micharl, empezamos a caminar. Hoy dormiría en la habitación de abajo.

—¿Jenn... jenn? Hey... mirame... jenn —Lo miro por unos segundos. El había dejado de caminar—  ¿Y si te casas conmigo?

Al decir eso, me toma tan de sorpresa que lo suelto y él termina en el piso.

—Ay por dios. ¿Estas bien? Lo siento tanto —Empiezo a reír, sin poder evitarlo.

¡Mirame, No soy invisible!  (MJ y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora