Casi perfecto

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Falta un día para la gran prueba de clasificación y aun no estoy seguro de asistir, soy el único mi grupo que no sabe que habilidad posee y lo peor es que en la escuela sólo habemos 9 así.

En estos días no ha pasado nada relevante, lo único agradable que pasó fue que Chris hace unos días, durante la clase de deporte, dejó hielo en la entrada del gimnasio para que Alexis se resbalara. Todo resultó muy gracioso, ya que el pobre llegó corriendo y patinó hasta chocar con las bancas. Creo que eso realmente le dolió ya que ha tenido que usar collarín desde entonces.

-¿Vendrás hoy a comer?.- Me dice Chris mientras almorzamos sentados junto a un gran árbol en el jardín.

-No sé, me da pena con tu padre.- Le contesto muy nervioso ya que ha estado invitándome a comer todos los días desde que comenzó la semana.

-Pero si no has aceptado ni una sola vez.- Me lo dice poniendo cara de perrito triste, lo cual hace que me sonroje.- Además ¿pena por qué? Te conozco desde hace 2 semanas y sirve que me ayudas a practicar para la prueba de mañana.

-Vale, pero sólo por esta vez.- Le digo en voz un poco baja, sin mirarlo a la cara.

Realmente me gusta Chris, es muy guapo y ha sido muy amable y bueno conmigo desde el primer día de clases. Obviamente me moría de ganas de aceptar la invitación pero no quiero sospeche nada, además no he notado señales de que sea gay, pero estoy seguro que podré llevarme bien con él como un buen amigo.

El timbre suena y me dirijo al salón. Camino entre mis compañeros y veo que Alexis sigue siendo tratado como un rey mientras lleva el collarín. Las chicas le regalan comida, y uno que otro chico le carga sus cosas cuando tenemos que movernos al laboratorio o al gimnasio. Aún tengo ganas de acuchillarle los ojos.

*

-¿Ésta es tu casa?- digo muy sorprendido al ver que estoy parado en la entrada de una casa enorme, pareciera que es una mansión.

-Sep.- Contesta Chris como si no fuera la gran cosa, lo cual me hace asombrarme mucho más.

-Es enoooorme!- un señor de traje abre la gran entrada y Chris comienza a caminar por lo que parece ser el recibidor.- ¿Seguro que solo viven aquí tú y tu padre?

-Si bueno, también Daniel, nuestro mayordomo, Ana Lucía y Clementina, las de la limpieza y mi perrito Gomita.

-Srito Miller, su padre el Sr. Miller lo está esperando en el comedor.- Comenta con una voz muy seria el señor de traje que nos abrió al principio.

-Gracias Dan.- Contesta Chris mientras me quita mi mochila y se la entrega al señor junto con la suya. - Llévalas a mi cuarto por favor.

Le doy las gracias de una manera educada al señor y comienzo a seguir a mi amigo.
Su casa es realmente hermosa, es de color blanco con tono azul pastel en el techo. Pasamos por un gran pasillo en donde puedo observar fotos de Chris cuando era un poco más pequeño y algunas más del señor que parece ser su padre. Lo sorprendente es que no veo ninguna foto de la que pudiera ser su mamá.

Finjo no tener más del interés que ya he mostrado y cuando por fin termina ese pasillo, una chica de unos 20 años de edad abre la puerta indicándonos que el papá de Chris ya está sentado esperándonos.

Chris le da las gracias a quien parece ser Ana Lucía, entro y lo primero que veo es una gran mesa de cristal brillante y a un hombre de traje sentado en una de las esquinas.

-Hijo, Que bueno que llegas, te he estado esperando.- Comienza a decir con una voz un poco grave. Lo que puedo notar es que tiene aproximadamente unos 40 años, es alto y es muy elegante. Tiene cabello muy obscuro, casi pareciera ser de color negro. Tiene unos ojos de un color verdoso pero no iguales a los de su hijo.

Me enamoré de mi mejor amigo (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora