POV Alba
— ¡Y disblviaste nah vible hi mibliar!
Asentí ante el nuevo balbuceo de la castaña, acercándole otra caja de pañuelos y esperando a que se sonase los mocos con el que ya no daba más de sí. La colección que estábamos amontonando en el cubo de la basura no era pequeña.
— Cielo... — Traté de sacarle el pelo de los ojos.
— Yo esgqii le diero, esgloi enamibliada, ¡me via nublir!
Dejé la mano en el aire, viendo cómo volvía a tirarse de costado en el sofá y continuaba hipando entre sollozos. Igual era mejor que no la tocase.
— ¡Mo diero seblir giviendo!
Bueno...
— ¿¡Pero en qué idioma habla!? — Mi acompañante demandó en un golpe de voz.
Mucho rato llevaba ya callada.
— Afri... — La regañé para que tuviese un poco de consideración.
— Si yo le estoy poniendo empeño, cariño, de verdad... — Se defendió —. Pero solo la oigo berrear como un pollo loco.
Ala.
— ¡Me ga lligado piyoyo! — Lloró más fuerte la del drama.
Me cagaba en su estampa.
Le lancé el cojín más cercano que encontré, apuntándole a la cabeza y amenazando con sacarme la zapatilla cuando se alegró de pillarlo en el aire. No era que yo tampoco me estuviese enterando mucho, pero eso era todo lo contrario a ser delicada.
— ¡No! Tía, tía... — Levantó su palma en busca de una tregua —. Las uñas, que son nuevas.
Se la tiré igual, a las piernas. Me tenía contenta hoy.
La única rubia natural de la casa volvió a aparecer por las escaleras, ganándose un recibimiento demasiado ansioso por la que llevaba un buen rato con una bolsa de hielo en la frente y trayendo consigo a cierta gata gris que se escabulló hasta mis piernas. Mi pobre. Le estábamos jodiendo su hora de la siesta.
— Ahí la tienes... Sigue agonizando como si se le hubiesen arrancado las pestañas, no ha hecho mucho más.
— ¡África! — Agrandé los ojos en su dirección.
Como si ella hubiese hecho algo más que estar ahí tirada. Cara dura.
— Que no me grites, que tengo resaca. — Lloriqueó recostándose en el respaldo de su sillón.
— Pues te jodes.
Se lo merecía, por metiche interrumpidora. Si es que existía esa palabra.
El llanto de la afectada se acentuó por vete-a-saber-qué y captó de nuevo la atención de las tres, haciendo que su mejor amiga suspirase, que la que se pasó de copas se tapara los ojos con el trapo y que a mí me atacase la pena. Nos habíamos encontrado con la estampa al llegar a casa y días atrás habría querido matar a Zip y Zape, pero eso no significaba que me importase menos ver el estado deplorable en el que estaba la más pequeña.
— Cariño, eh... — Traté de no aplastar a Queen al inclinarme para acariciar su rodilla —. ¿Seguro que no quieres subir a dormir un poco?
Estando con la regla, sensible y deprimida, era el mejor remedio.
— Moh.
Pues nada. Aquí nos quedábamos. Ella en el sofá y yo sentada en la alfombra, con mi bolita de pelo haciéndose una rosquilla en mi regazo.
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Come Back And Try
FanfictionHan pasado cuatro años desde que Natalia Lacunza decidió comenzar su historia en otro lugar. La viralización de su primer single, firmado bajo el pseudónimo de "Eilan Bay", lanzó definitivamente su imagen pública y fue el precedente a todo lo que vi...