#45 "¿Estás casado?"

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Maratón 2/3

- Y entonces le dije: ey, pero no te atragantes -se rió recordando y yo fruncí los labios.

- ¿Dónde? -cuestioné.

- ¿Dónde qué? -Josep preguntó de vuelta.

- ¿Dónde está la gracia? -le sonreí y acabé mi Coca-cola.

- Joder, siempre caigo -se reprochó y dejó a un lado el vaso limpio, entonces cogió otro sucio para pasarle el trapo durante quince minutos y dejarlo como nuevo.

Escuché el ruido del metal golpeando contra el suelo, y bajé la mirada. Divisé un collar dorado con dos anillos de matrimonio en éste.

Josep se agachó a duras penas a por él y como pudo por su nerviosismo, se lo metió en su bolsillo.

- ¿Estás casado? -le pregunté indiferente.

- Eh... no, no lo estoy -suspiró y volvió a su labor.

- Ah -emití restándole importancia.

- Mhm, y, ¿qué tal con Caitlyn? ¿Lo estáis pasando bien? -me preguntó rápidamente evitando el tema anterior.

- Sí, supongo.

- Tienes que recordar que ella se irá pronto. Además, cuando llegó tuvísteis una discusión y apenas os arreglásteis hace dos o tres días. No olvides que se irá, no la cagues otra vez o te quedarás el resto del tour pensando en todas las cosas que podrías haber hecho con Cait antes de que se fuera -dijo y no entendí mucho a qué vino eso, pero normalmente lo que decía nunca iba de acorde a la situación.

- Mhm, está bien -casi pregunté y tiré la lata vacía a un lado.

- Ey, trata mejor las cosas joven -discutió y lo cogió de mala gana y con una mirada repobradora sobre mí.

- Ay, vale -me encogí de hombros sonando tonta e irónica.

Él me sonrió mostrando sus arrugas y yo me fijé en la hora.

- Me voy al hotel -le dije al ver que eran más de las dos de la madrugada.

- ¡Pero si no hemos zanjado el tema de Austin! -gritó mientras yo salía del bus sin responderle.

Josep estaba durmiendo en el autobús, su bar no estaba montado hasta que regresáramos a la carretera de nuevo, y él prefirió quedarse en el bús antes que ir a un hotel. Entonces lo que hacía era limpiar los vasos y muchas cosas más para poder abrir cuando salgamos de México.

Salí de su autobús y me dirigí al hotel. Estaba bastante lejos de aquí, y eran las 02:14. Así que apresuré el paso. Las calles de México estaban llenas. Y no quería problemas con algún violador.

Llegué a duras penas al hotel. Pensé que todas estarían arriba ya durmiendo, pero me retracté al recordar que se habían ido de fiesta. No había absolutamente nadie en el vestíbulo, ni siquiera tuve que pasar a través de los paparazzi ya que no había ninguna fuera. La fiesta de aquel joven que cumplía 25 años había finalizado al parecer, menuda fiesta de mierda. Pero la cruda realidad era que al día siguiente era laborable.

Pocas luces habían encendidas y la sala estaba sometida en un sigilo penetrante. Sentía que en algún momento alguien iba a irrumpir y rompería aquel silencio.

Subí las escaleras mientras bostezaba, y pensé en todas las cosas que haría mañana. Recordé que el día anterior mi hermana me había mandado un mensaje pidiéndome que la llamara cuanto antes, su mensaje no expresaba ningún tipo de emoción, normalmente ella añadía alguna grosería. Pero esta vez su mensaje era claro y confuso. "Tengo que hablar contigo, llámame cuando dejes de 'ordeñar vacas'" Entonces me encontré pensando estos últimos días sobre si habría alguna fotografía de mi cara en alguna parte. Me regañé mentalmente por no ser cuidadosa y salir por ahí como si me diera igual quién me viera. Sin embargo, no encontré ninguna imagen de mi rostro. Muchísimas de mi espalda sí, pero nada más. Si no le había llamado aún había sido porque tenía miedo de que se hubiese enterado de que estaba con su ídolo.

Entré a mi habitación con la mano en la frente, no se escuchó nada en la habitación así que me relajé por mi pensamiento de que nadie estaría aquí para molestarme.

Me quité la chaqueta vaquera fina y la tiré sobre uno de los sillones, me até el pelo en una cola de caballo suelta y me quité los pantalones vaqueros ajustados. Me sentía bastante bien en esta habitación-piso de este hotel. Podía estar cómoda, pero sobretodo sola. Y me encantaba estar sola algunas veces. Tiré los pantalones y los zapatos al suelo. Mañana supongo que lo recogerán las de la limpieza del hotel. Me quedé en ropa interior y una camisa de tirantes gris.

Esta noche no hacía mucha calor, y estaba genial. Me adentré en el cuarto de baño común de la sala principal. El espejo se encontraba a la entrada, así que nada más entrar, me vi reflejada en él. Tenía el rimel y la ralla un poco corrido. Abrí el grifo de la pila de agua e hice un cuenco con mis dos manos llenándolas lo máximo. Enterré mi cara en el agua y me quité el resto de maquillaje que tenía con una toalla. Luego, cogí mi cepillo de dientes y la pasta. Enjuagué con agua la pasta y comencé a cepillarme los dientes.

Cuando finalicé, me enjuagué la boca con agua limpia y salí del baño. Solo me hacía falta el pijama y estaría lista para irme a dormir. Así que pasé del baño hasta mi habitación.

Change (Austin Mahone Fanfic) Cancelada temporalmenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora