El Vampiro Celestial © [EDITANDO]

CAPÍTULO 02

---->"Lemux"<----

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   Margaret parpadeó varias veces para que sus ojos enfocaran o se acostumbraran a la oscuridad, no sabía dónde se encontraba y sus últimos recuerdos estaban confusos, vio al hombre cargarla y llevársela, la trataba con cuidado, pero no sabía la razón por la cuál él la secuestraba. En la habitación obscura solamente brillaba un foco de luz y se hallaba encima de ella.

  Sus manos estaban atadas detrás del espaldar  de una silla de metal e igual sus piernas, estaban atadas en la susodicha silla, su frío tacto le provocaba un escalofrío recorrer por todo el cuerpo.

   Una vez que sus ojos azules se acostumbraran a la oscuridad pudo ver la forma de un sofás con una persona sentada, temerosa dejó de mirar hacia aquel lugar, pero fue inevitable no escuchar cuando el hombre se levantaba de su lugar para dar pasos lento hacia su dirección.

—No te preocupes, cariño, ve mi rostro.

   Ella suspiraba, «Tiene similitudes con...» dejó  de pensar cuando sintió el tacto caliente del desconocido en su mejilla.

   Era tan hermoso con ese cabello blanco, largo y liso, su tez tan pálida y su cuerpo  tan fornido, sus ojos eran completamente negro. Tenía un piercing septum y uno en su labio.

—¿por qué haces esto? ¿qué hizo mi familia? — preguntó la rubia aún sin mirarle directamente a los ojos — ¿o que te hice yo?

—Lo hago por placer, tus familiares no tienen nada que ver con esto, aunque no me caería  tan mal pedir una recompensa por tu miserable vida.

  El hombre le explicó paso por paso la razón del secuestro, ella impresionada y asustada respondió asintiendo como si lo comprendiera todo.

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El edificio de la residencia era bonito, su color azul tan particular. Como ya se suponía los estudiantes ya estaban llegando para ver quién sería su compañero de  habitación, Dayan tecleó en su celular para buscar la sección del edificio y el numero de habitación.

  «Sección B, y el número de habitación es: 666»

Siguió su camino mientras se ajustaba el abrigo, arrastró su maleta hasta la entrada y pudo contemplar a los estudiante saludándose, emitían confianza, tranquilidad y felicidad, cuando notaron su presencia comenzaron a murmurar, más que todo las mujeres, siguió sin mostrar nervio, simplemente se aferraba a la tela que cubría su cuello, una bufanda que le ofreció su abuela.

  A pesar que los pasillos estaban repletos de estudiantes él no lo miraba directamente a los ojos, los ignoraba con hastío. Al final encontró su habitación y cuando entró ya su compañero estaba ordenando la parte de su habitación, tenía póster de cantante famosos y una pequeña repisa para sus libros, el joven tenía cabello castaño y era de tez morena, mientras que sus ojos eran de un color oscuro. El castaño presenció la entrada repentina del rubio y con alegría se levantó para presentarse.

—Mucho gusto, mi nombre es; Félix Mcfurnny —estiró su mano para estrecharla con el recién llegado, Dayan dudó en corresponderle el saludo, pero al final no quería parecer un maleducado.—