CAPÍTULO 04

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«No dejes que se muera el sol sin que hayan muerto tus rencores»

------>"LA AMENAZA"<-----

   Margaret ya no sabía cuanto tiempo ha estado desaparecida por la carencia de luz solar, todo era tan oscuro, todo era tan siniestro y tenebroso. Cuando sus ojos estaban aptos para ver en la oscuridad notó varias siluetas bajo la oscuridad, era un total de cinco personas, pero se sobresaltó al sentir la respiración caliente detrás de sus orejas.

—¿estás viendo lo que están enfrente de ti? Ellos son neófitos, me imagino que sabéis lo que son, ¿no? Lo dicen en las película y libros de crepúsculo.

   Ella recordó cuando vio las susodichas películas, cuando salían los neófitos en las escenas, no pudo resistirse a sentir miedo, los neófitos son seres descontrolados y sumamente sediento de sangre.

—Tranquila, se encuentran atados. —dijo aquella voz reconocible— Ellos están es para mí, harán lo que yo diga.

—Dime, ¿por que hacéis estas cosas? Él es tu...

—¡Ni se te atreva decir esas ridiculeces!

   Después de un par de minutos los neófitos comenzaron a reaccionar desesperados, su transformación se estaban completando como debía hacer, sus ojos rojos brillaban debajo de la oscuridad, excepto uno, sus ojos eran particular. Era de un color amarillo intenso.

—Pensé que nunca saldría un monstruo  —murmuró Deiben acercándose poco a poco hacia la persona— tú estarás conmigo.

   La persona que poseía los ojos amarillos era un hombre, obedecía a Deiben como si estuviese bajo un hipnosis, mientras que los otros luchaban por ser liberados.

ΔΔΔΔ

    La semana pasó tan rápido que le sorprendió a Dayan, durante los días que llamaba a su abuela la encontraba un poco extraña, habla insegura y desprotegida, preocupado por su salud tomaría un tiempo para ir, sin embargo le costaría un precio que él no quería, perder las evaluaciones que se presentarían, así que tendría que ir en vacaciones.

   Después de la ultima vez que habló con Carlos ya no le ha dirigido ni una palabra, y ni una mirada, aun pensaba en su última conversación.

    Su llegada a la cafetería fue silenciosa, pero sin embargo voltearon a verlo. A lo lejos pudo ver a su compañero de habitación rodeado de la fraternidad deportiva, claramente no estaban todos presentes, pero eran un total de siete hombres. El rubio molesto se acercó con zancadas grandes y fuertes, cuando llegó todos miraron a los ojos bicolor del chico.

—¡Ay! Mira ha llegado tu novio— dijo uno de lo que estaban presente—, el problemas no es contigo, defensor. Si no queréis una paliza se puede retirar, le daré la oportunidad.


   La ira comenzó a acaparar todo su cuerpo, inundando cada espacio de su ser, pero de pronto los que estaban presentes mostraron una expresión de miedo y pánico, todos salieron corriendo de la zona y su compañero quedó paralizado. Dayan se incorporó en su asiento y miró la bandeja de comida que estaba enfrente de él.

El Vampiro Celestial © [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora