El Vampiro Celestial © [EDITANDO]

CAPÍTULO 01:

------>"LAS NOTICIAS"<----- 

†«ΔΔ  SEGUNDA PARTE DEL PRIMER CAPÍTULO ΔΔ»†

↓
   
   El sol desprendía sus rayos de luz con intensidad, provocando que la piel de Dayan le comenzara a dar salpullido, y su manos automáticamente se dirigían a las partes más afectada, caminaba con más velocidad para dirigirse a su casa y tomarse las patillas que le tocaban, ya le comenzaba molestar las pequeñas ronchas que se estaban formando en su piel, por alguna razón era alérgico a los rayos tan intensos de luz.

   Dayan devuelta a su casa pasó por un pequeño parque. Negándose a seguir su destino, se detuvo para contemplar a los niños bajando por el tobogán, los niños se encontraban con sus padres saltando y riendo de un lado a otro.

   No pudo evitar sentirse mal, aunque nunca conoció a su madre sentía que ella siempre estuvo ahí, cargaba encima una fotografía de la  mujer, siempre la tenía y por esa misma razón la sentía cerca, le hubiese encantado conocer a su madre, su sonrisa tan particular, sus ojos tan brillante. Su padre desapareció de un día a otro, dejándolo con once años de edad a su abuela Maggie. Dayan sentía felicidad al tenerla ya que tenía los mismo rastro faciales que su madre.
 
  Varias lágrimas se derramaron pensando e ilusionando recuerdos que quisiera haberlos tenidos.

   Huyó de ahí para que nadie lo viese llorar, le avergonzaban que lo vieran anhelando momentos como esos. Marcó nuevamente su destino para luego recibir un mensaje de su amada Margaret, rápidamente desbloqueó y admiró el mensaje, lo hacía sonreír con pequeños detalles, el mensaje decía:

Margaret; La luna no tiene un brillo propio, sin embargo, el sol es su motivo para hacerlo, eres el motivo para yo brillar,por favor no te alejes jamás, te quiero, Dayan.

Releyó el mensaje varias veces para luego responder;

  Dayan; Aunque quisiera desaparecer de tu universo, no podría, me he apegado tanto a éste que desaparecer sería el fin de ambos, te quiero mucho más, ¿hoy a la misma hora de siempre?

  No pasó ni siquiera dos minutos cuando respondió:

Margaret; ¿Cuándo la luna ha dejado de ver a su motivo de brillar?  ¿Esa pregunta retórica responde a tu pregunta, cariño?

Dayan; Me encantas... Nos vemos, pues, me iré alistar ante que sea tarde.