Tradicional || Sesshinu ||

XXV

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- Ha crecido tanto...

- ¿Decías?

- Este lugar - y era verdad.

Podía verse como claramente el pueblo de hace unos años fue muy bien administrado, la estructura, las personas, todo. Se notaba que se había hecho un buen trabajo por parte del... Jefe Alfa Odioso. ¡No podía creer que Sesshomaru haya hecho crecer ese lugar tanto! ¡No con su madre ahí! No con la señora Irasue cerca.

Aunque habían quitado la lujosa entrada innecesaria.

Es verdad. ¡Su madre, la madre de Sesshomaru! Debía escapar de ahí de inmediato, le alegraba ver que todos los aldeanos estaban increiblemente bien, pero él no podía quedarse y menos ver a esa señora, no soportaría tenerla detrás suyo otra vez, ya suficiente tuvo aquella vez cuando era pequeño.

- Creo que daré un paseo... sí, un paseo.

Estaba dispuesto a correr pero un agarre en su hombro lo detuvo.

- ¡Grosero! Otra vez estás despreciando a mi amo, hizo un gran trabajo aquí, ingrato, entra a esa casa y compórtate ¡Tú...!

- Jacken. Cállate.

El ligero ceño fruncido de su amo le hizo acatar rápidamente la orden, desde que fueron al hogar de Inuyasha esa ligera arruga no abandona la frente de su preciado amo, y eso indigna al anciano. Miró molesto a aquel Omega indigno que se casó con su amo bonito, estaba más que claro que solo era un niño malcriado, su amo podía darle una lección, simplemente no entendía por qué no lo hacía, si como su esposo tenía en sus manos al omega. Bufó y antes de mirar asesinamente al de cabello negro, los balbuceos de este lo hicieron prestarle atención.

- ¿Ella? ¿Ella... está lejos verdad?

Los casi imperceptibles ojos suplicantes del menor hicieron que el alfa gire ligeramente la cabeza hacia un costado. Hay muchas cosas que están mal, muy mal, demasiado mal, y él debe resolverlas y arreglar todo, no puede quedar todo como hasta ese momento. Sesshomaru necesitaba tener los elementos correctos para lograrlo, el tiempo y la tenencia del omega le facilitaba todo, esperaba que a su madre no se le ocurra llegar tan pronto, no cuando él planea hacerlo bien esta vez.

- Solo entra.

- ¡Ush! Podrías solo decir un sí o un no-se cruzó de brazos y con indignación caminó hacia lo que sería su nuevo hogar, una casita un poco; mucho, demasiado; grande, tal y como la que tienen sus padres- Mandón.

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- Buenas tardes. -La anciana señora había decidido salir a atenderlo con una expresión cálida.

Siendo ese un desastroso lugar y al cual no quería volver por nada del mundo, al omega solo le daban ganas de quedarse a dormir en su cama, pero al no encontrar a la causante de sus pesadillas, decidió ir a husmear por ahí y comprar una que otra chuchería durante su paseo por el pueblo.

Ante el tiempo que el omega se estaba tomando para decidir qué llevaría, ella solo podía mirarlo con aprecio. Lo recordaba.

- De aquel.

- ¿Hablas de este, mi niño?

- ¡Sí, creo que es lo único bueno que pude llevar en mi memoria de este lugar! No me malentienda señora, como personas de aquí, ustedes no tienen nada que ver, pero los recuerdos se arruinan cuando las personas incorrectas forman parte de ellas.

Ella asintió y le dió el paquete de dulces con forma de botón de flores, aquellas de sabor a chocolate blanco que tanto encantaban de niño al menor enfrente suyo.

- Te comprendo bastante bien, espero puedas disfrutar de tu estancia aquí.

Recibió las monedas de pago y observó al menor apunto de darse la vuelta.

- Será maravilloso siempre y cuando su señora no aparezca. -aunque era un susurro, ella logró esucharlo, y solo suspiró esperando que realmente la señora no vaya a visitar a su hijo.

- Todos esperamos eso, creo que hay demasiado por ver antes de que la señora deba venir.

Pero esas palabras solo se las llevó el viento, pues el menor ya se encontraba muy lejos mientras observaba medio curioso aquellas calles.

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¿Muy tarde para actualizar?

Perdón, llevo haciendo tarea y dije, terminé todo, quiero escribir algo y no más tarea, por supuesto no, más tarea ya no.

Corran al siguiente capítulo xd