14 | Pasaría cada minuto contigo

560 94 11
                                    


Sábado.

— ¿Llegaste a trabajar con tus padres en el campo?

— ¿Te refieres a cosechar manzanas y sembrar arroz? — El pelinegro asintió mientras enterraba su mirada en los documentos que Taehyung había preparado antes. El menor tomó entre sus manos uno de sus bolígrafos y sonrió. — Cuando éramos pequeños, amábamos ir al cultivo familiar por los veranos y subirnos en las copas de los árboles a comer muchas manzanas mientras observábamos el campo. Papá nos regañaba mucho por robarle sus preciadas manzanas, pero lo soportábamos para poder ver el atardecer. Era lo mejor de todo.

— ¿Por eso te gustan tanto los colores cálidos?

— ¡Si!

La enorme sonrisa de Taehyung brilló lo suficiente como para hacer que Jungkook se contagiara de ella.

— Me resulta realmente imposible creer que Jisoo, mi Jisoo, escalaba árboles de pequeña para hacer travesuras con su hermano. Aunque esa loca es como una pequeña ardilla, en el fondo tiene sentido.

— Tenemos otros tres hermanos. — El castaño carraspeó su garganta, acomodándose en el asiento que ocupaba en aquel insípido restaurante pueblerino y dirigía su atención nuevamente a los documentos del señor Min. Bueno, no toda. — Uno de ellos murió en un accidente y desde allí nuestra familia empezó a separarse. Solo nos vemos en ocasiones que realmente sean importantes o urgentes, aunque no siempre logramos coincidir.

— Tae, lo lamento. No sabía.

— Y por el mismo hecho de que no sabías, no deberías lamentarlo. — Sonrió el menor. — Está bien, ¿si? Todos hemos tratado de evitar sufrir demasiado la pérdida de Doyun con el paso de los años, pero hay cosas que nunca dejan de ser extremadamente dolorosas.

Jungkook observó las lágrimas correr por el lindo rostro del muchacho y solo quería abrazarlo contra su pecho y decirle que todo iba a estar bien.

— Solo era un año mayor que yo, éramos casi idénticos. Él y yo éramos los únicos hijos que mi padre había tenido con mi madre así que hay ocasiones en las que mamá se queda en blanco en algunas ocasiones cuando me ve, porque lo recuerda a él, porque siente que todavía está aquí. — Sollozó. — Papá no quiere vernos mucho más de 24 horas en casa, aunque él nunca está por el trabajo, porque recuerda que ya no serán cinco carcajadas las que se escuchen en el fondo del pasillo luego de que hubiésemos hecho alguna travesura. Le da miedo aceptar que Doyunie no volverá.

— ¿Puedo preguntarte qué pasó? Si no me quieres contar, créeme que lo voy a entender.

— Se cayó de uno de los árboles de papá cuando tenía 13. El árbol más alto de todos.

Taehyung se encogió en su asiento, casi temblando por el llanto. Los sollozos eran tan desgarradores que el mismo Jungkook sintió ganas de llorar.

Decidió acercar su silla y tomar entre sus manos una de las del castaño que estaba sobre la mesa.

— Se me había ocurrido ir a ver el atardecer desde la copa del árbol todos los días, lloviese, tronase o lo que fuese, aun sabiendo que era muy peligroso porque el viejo árbol estaba a casi nada de caerse. Recuerdo el olor del café que mamá había hecho esa hermosa mañana para que papá tomara en las sillas que habían colocado antes bajo el árbol, también recuerdo haber corrido hasta el cansancio con mis hermanos para después tomar una siesta bajo la sombra de sus hojas. Ese día habíamos estado allí, todos, sin saber que sucedería lo que sucedió.

Boss | KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora