05 | ¿Por qué tienes que ser tan lindo?

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Al día siguiente en la oficina, todo había sido normal. Ambos se levantaron casi al mismo tiempo y se saludaron. Tomaron una ducha, se cambiaron y se alistaron para ir a la oficina, como todos los días, con la única diferencia de que en este caso iban acompañados por alguien más.

Taehyung no paraba de jugar con sus dedos, como siempre y Jungkook solo le miraba, nervioso él, por el movimiento de sus manos y por saber que le estaba poniendo nervioso a él también.

Como todos los días, Taehyung llegó al starbucks que queda frente al edificio a comprar su cafè y el de Jungkook para despues irse al pequeño restaurante que quedaba a dos locales. Allí tomaron juntos su desayuno. Algunos de los empleados de Jungkook que también comían allí les miraban con sorpresa, y los cuchicheos empezaron a sonar.

"Taehyung ha venido en el mismo auto que el jefe, y el señor Jeon parece tener el mismo traje de ayer." "Ya sabemos por qué está en ese cargo..."

Jungkook miraba mucho su celular, y cuando miraba a Taehyung, este jugaba a hacer figuras en la comida con su tenedor desechable.

— ¿Pasa algo? — Se atrevió a preguntar mientras estiraba su mano para tocar la contraria, gesto que no pasó desapercibido por todos los que le rodeaban. El secretario apartó la mano con suavidad, tratando de no parecer tan grosero y miró con ojos brillantes a Jungkook.
¿Acaso él era el único de los dos que escuchaba como hablaban infamias sobre él?

— ¿No escuchas...? Están diciendo que yo me he acostado contigo y que por eso soy tu secretario. Dicen que con razón era la persona a la que más le pagabas, porque al fin y al cabo, yo te cobraba por esto que se "supone" que tenemos.

El castaño miró a otro lado, al ventanal del lugar y miró a los coches pasar con tranquilidad a esas horas de la mañana en la gran Seúl. Jungkook volvió a buscar su mano para acariciarla con mucho cuidado.

— ¿Sabías qué hay un rumor sobre mí en el que todos dicen que soy un gruñón de mierda? También, escuché uno que decía que mi éxito era comprado por mi padre, porque sabía que yo era un incompetente... Y lo mejor es que si son mis propios trabajadores quienes lo dicen, ¿qué otras más cosas dirán afuera del edificio, las otras personas? — Jungkook bebió de su café y suspiró un poco. — Después de que tú sepas que no es así, no tienes nada de qué preocuparte. Sabes que yo nunca tendría sexo contigo...

El corazón de Taehyung se rompió en miles de pedazos y empezó a caerse en un vacío. Sus ojitos brillaron más, de repente, por las lágrimas.

— ¡Quiero decir! — Dijo el pelinegro. Era gracioso, porque ahora era él que gritaba mucho cuando hablaba nervioso. Taehyung sonrió un poquito mientras se acariciaba un ojo. — Nunca me acostaría contigo solo porque sí, mucho menos pagándote... Sé con certeza que nunca harías tal cosa, y sé también que si alguien te lo propusiera tú buscarías tu lugar que mereces. Eres una persona muy seria y capaz de muchas cosas, y mereces ser tratado como el gran trabajador que eres. Ellos deberían ver eso, antes de juzgarte por algo que ellos no saben si es o no es verdad. Piensa en eso, cada que escuches los murmullos. Y no llores, bonito, eres muy fuerte como para dejar que ese tipo de comentarios te afecten.

Jungkook soltó su mano y volvió a comer con ánimo. Sin saber que Taehyung no había sido tan afectado por los comentarios de los demás, como lo había sido por el suyo.

❤️

— ... Bueno, Minie. Espero que tengas un lindo día. Mañana te escribo para que cuadremos bien donde nos vamos a encontrar... Te amo también. — Colgó la llamada mientras se miraba en el espejo del baño de hombres del último piso del edificio. Retocó con cuidado el bálsamo labial rojito que compró hace algunas noches y que ahora mismo tenía en sus labios y sonrió. Se sentía lindo ese día en especial.
Acomodó su saco negro y su camiseta rosa clara. Desordenó un poco su cabello lleno de rizos castaños y salió del baño con su celular en la mano.

Cuando se acercaba a su escritorio, una mujer salía llena de ira del despacho de su jefe, de Jungkook y le empujó con fuerza, maldiciendo todo a su paso, incluyéndole. La tipeja desapareció en el ascensor minutos después de tal cosa, y Taehyung entró con cuidado a la oficina de Jungkook, a revisar que todo estuviese en orden.

— ¿Si, Taehyung?

— ¿Todo está bien? Esa mujer ha atravesado el pasillo como rápida y furiosa y se ha llevado todo a tu paso. Nunca me habían despreciado tanto. — Trató de bromear un poco mientras se sentaba en una de las sillas que estaban frente a Jungkook.
El semblante del azabache cambió por completo cuando eso ocurrió y miró a Taehyung.

—¿Te hizo o te dijo algo?

— ¿Qué? ¡No! Me ha empujado, pero no es nada del otro mundo... Solo me pareció raro que una mujer saliese soltando humos por todos lados y no me dejase llegar a sentarme en mi escritorio porque sí.

Suspiró.

— Descuida. No volverás a verla nunca más y no te hará pasar otro mal rato, lo prometo. — Comentó mientras miraba a Taehyung a los ojos, esos ojitos que le empezaban a volver loco, y que le asustaban de cierta forma. ¿Por qué tenía que enamorarse justamente de él?

— Emm... ¿Necesita algo ahorita mismo? ¿Un café, agua, algún documento? — El castaño estiró sus manitos por el escritorio, acomodando todas las cosas que el azabache tenía allí.

— Tus manos me ponen nervioso, ¿lo sabes, no? — Le sonrió con dulzura el pelinegro, mientras contemplaba cada una de sus facciones.

— Yo... — El menor iba a hablar pero finalmente se distrajo. ¿Por qué su jefe era tan lindo con él? Él empezaba a notarlo y se le parecía raro. Es decir, él no era taaaan distraído y notaba que algo no iba como debía ser. Sabía que estaban perdiendo esa relación jefe-empleado que habían conservado desde que empezó a trabajar con él, y que desde las últimas semanas habían comenzado a cambiar la manera de hablar y mirar al otro, y no solo por su parte. La noche anterior en su casa fue un plus, que hacía las cosas más difíciles para él, porque no quería empezar a ilusionarse y terminar con el corazón hecho añicos, y lo peor, seguir trabajando para quien le rompió el corazón. — D-Debo irme...

Y como casi siempre, huyó como un cobarde.

❤️

Perdonen la demora 😔.
Voy a dejar esta historia en un hiatus pequeño porque no sé cómo continuarla, ay.
No creo que sea mucho, pero igual quería avisarles.

Gracias por leer, florecitas💕.

Boss | KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora