♥ Episodio tres. ♥

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Blanka había decidido salir a caminar, mientras que el Omega había salido de esa habitación para ir a hablar con su hermano.

Caminando por los pasillos de la casa, un sentimiento de intranquilidad comenzó a hacerce presente en su pecho. Logrando que comenzará a desesperarse debido a no saber de qué se trataba.

-¿Dónde está el joven Yut y Qiu?-preguntó a la mucama que caminaba por el mismo pasillo.

-en el despacho del señor.-Blanka salió corriendo, recorrió los jardines de la casa y llegó hasta el edificio donde estaba tal despacho.

Las ventanas tenían las cortinas cerradas, pero una ventana estaba ligeramente abierta, dejando ver y escuchar lo que sucedía en esa habitación.

Yut estaba sentado en un sillón individual, con la mirada clavada en su hermano.-¿De que quieres hablar?-

El mayor sonrió ampliamente.-¿Cómo estás? ¿Asistes a las lecciones que mi padre desea darte en lugar de llevarte al instituto donde nosotros estábamos?-

-solo dime qué quieres.-

Qiu suspiro, se puso tras el asiento de su hermano y comenzó a acariciarle los cabellos, mismos que en ese momento, llevaba sueltos.-tengo una espina demasiado molesta. Cómo tú sabes soy un abogado de negocios. Mi cliente y yo necesitamos una droga, para la "víctima" del caso. Además de eso, necesito otra para asesinar al único testigo del contrario.-

Al sentir besos sobre su cuello, Yut se levantó dándole la espalda.-a la "víctima" puedes darle cualquier droga. Con respecto al testigo dale veneno en sus alimentos o bebidas.-

-no soy tan estúpido.-admitio haciendo que el menor soltará una pequeña risa irónica.-si muere y le hacen estudios sabrán que fue envenenado. Necesito una de tus mezclas, esas que destruyen por completo los químicos que fueron ingeridos.-

-¿Qué tendré a cambio?-

El alfa sonrió y se le acercó de manera acosadora.-si lo haces, prometo que vendré el fin de semana para poder atenderte.-

-no muero por ti. Haré la droga y en cuanto la tenga te cobraré el precio.-

El mayor miro al menor con ternura, una que está vez si era sincera. Al acercar su mano le acaricio el rostro con delicadeza.-sigues siendo lindo.-

-y tú un maldito calenturiento.-

-jaja vamos, no digas que no te gusta.-lo abrazo por las caderas y le apartó el cabello para besarle el cuello con agilidad y erotismo. El Omega no pido evitar soltar un pequeño gemido, su hermano sonrió complacido.-amo tus gemidos de perra cuando te exitas o cuando te follo con fuerza.-

-mi padre no para de llamarme perra por tu culpa.-

-jeje, es que eso es lo que eres corazón.-el alfa hizo que su hermano se diera la vuelta, chocando su erección con los glúteos del Omega.-¿Deseas ser follado aquí, en el despacho de un padre idiota y de pensamientos estúpidos?-

Mientras el Omega era tomado por su hermano, un beta se alejo de la ventana con un sentimiento de odio dentro de él.

Yut y su hermano se acostaban, pero el Omega no parecía ser forzado, ¿Acaso eso le gustaba? ¿Cuántas veces lo habrían echo ya?

† • † • †

Cuando el Omega ingreso a la habitación ajena, vio al beta recostado mientras leía un libro y usaba unos lentes que lo hacían ver sexy, sin contar su cabello suelto.

Blanka levanto la mirada, la cual ahora mostraba disgusto.-¿Qué haces aquí?-

El Omega frunció los labios y se cruzó de brazos.-¿Olvidaste nuestro trato? Podía quedarme aquí.-

-cambié de opinión. Sal de aquí.-

-¿No me dejaras quedarme?-

El beta suspiro con odio. Hizo a un lado su libro y se levantó de la cama.-no entiendo por qué quieres esconderte de tu hermano.-abrió la puerta y le diría una mirada de desconcierto al Omega azabache.-parecía que disfrutabas mientras te follaba como desquiciado.-

-¿Nos viste?-

-lárgate de aquí.-saco al Omega con un empujón y cerró la puerta, colocando seguro. Se sentía una mierda, el Omega podía hacer su vida con quién quisiera, no tenía porque entrometerse.

Dió un pequeño golpe a la puerta y susurró a ella.-mierda.-

† • † • †

A la mañana siguiente el Omega estaba sentado con sus padres y su hermano, todos estaban desayunando y hablando sobre cosas del negocio.

-disculpe que lo moleste, señor.-una mucama se acercó he hizo una pequeña reverencia hacia el señor Lee.-¿Le sirvo el desayuno al joven Blanka?-

-no. Le dí vacaciones durante dos semanas, por ese tiempo solo nos servirás a nosotros.-

-entiendo. Con su permiso.-

Yut quedó desconcertado. Por algún motivo comenzó a sentirse solo y no pudo evitar el hueco que sintió en su pecho.

† • † • †

Conformé pasaban los días comenzaba a extrañar al Beta que de vez en cuando lo molestaba al cruzarse por los pasillos.

También comenzaba a evitar a su hermano, también evitaba quedarse a solas con el mismo, por alguna razón su mente se empeñaba en mantenerlo alejado.

Al término de la primera semana de vacaciones del Beta, llegó el cumpleaños de Yut. Presentía que ese día pudo haber sido diferente si el beta estuviera en casa. Pero como ya era costumbre, siempre se la pasaba solo.

Por las mañanas tomaba el destino con sus padres, caminaba por los jardines y se metía al laboratorio, leía un poco y trataba de mantenerse ocupado mientras la noche llegaba.

Cuando el sol se ocultaba, tomaba un baño, se vestía de forma atrevida y provocativa, para después visitar los bares y clubes cercanos para ver a quien se conseguía.

Primero visitó tres bares, dónde terminó besandose con ocho señores. Al visitar cuatro clubes, termino besandose con siete chicos, tocándose en las esquinas de los lugares con seis, y follando en el baño con cinco.

De alguna manera trataba de llenar el vacío con placeres sexuales, pero nunca quedaba satisfecho.

Al llegar al quinto club se dedicó a observar el lugar, era la primera vez que entraba, y era muy bonito y parecía ser bueno. Entro a la pista y comenzó a bailar, llamando la atención de varios alfas y betas.

Sus movimientos eran certeros y provocativos, sentía como los chicos se le pegaban y hacían movimiento "seductores".

Pero su rostro cambio, sus caderas de detuvieron, y su pecho comenzó a doler en cuanto sus ojos vieron como el beta que una vez beso en su casa, sonreía y miraba a su acompañante con dulzura.

Blanka iba acompañado, y ese chico era hermoso.

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