With You.

♥ Episodio doce. ♥

Ambos estaban acostados, uno frente al otro, Blanka admiraba al Omega gracias a una pequeña lámpara que habían decidido dejar encendida.

Yut trato de acercarse un poco más, el beta sonrió mientras lo envolvía entre sus brazos.

Las manos del Omega podían sentir la piel ajena, pues hay que recordar, que Blanka duerme solo con ropa interior. El Omega pudo percibir un leve aroma a menta, así que se le pegó un poco más al beta.

Fue cuestión de minutos para que el Omega quedará completamente dormido, Blanka admiro la belleza ajena, deseaba quedarse así por siempre, pero no era posible.

Sintió su estómago rugiendo, no había cenado nada ya que había estado preocupado por la salida de el Omega y su hermano.

Hizo a un lado el cuerpo del Omega, lo cubrió con las sábanas, se vistió rápidamente, y salió de la habitación en silencio, no sin antes besarle suavemente los labios.

Al llegar a la cocina, solamente tomó algunas frutas de una pequeña canasta de madera. Bebió un poco de agua y salió de la cocina.

Al pasar frente al pasillo del jardín, se detuvo al ver al castaño sentado en una banca con un botiquín a su lado.

Qiu estaba tratando de curar su mejilla y su labio inferior, mismo que se había roto en cuanto su padre lo golpeó por el enojo que le invadió al saber que su hijo, no estaba dispuesto a aliarse con los Ayuzawa.

-¡maldición!-exclamó en cuanto no pudo despegar las curitas.

Ya cansado, terminando aventando las curitas al piso, las cuales fueron levantadas a los pocos segundos.

El castaño levantó la mirada para poder ver con enojo al beta.

-primero debes limpiar la herida.-

-¡Eso me va a arder!-vió como el beta agarraba un poco de algodón y lo mojaba con alcohol.

-no seas débil.-sin darle tiempo a negarse, recargo el algodón sobre la mejilla afectada.

-sshh.-

-solo trata de aguantar, ya no eres un niño.-

Qiu se resigno, aquel beta limpió sus heridas y él trataba de no quejarse. Tratando de no ser pillado, el alfa observó al beta, no era feo, sin duda, Blanka y Yut, podrían darle un sobrino hermoso.... Si el Omega se pudiera embarazar, claro está.

Aún recordaba el día en que sus padres llevaron al Omega a operar, Yut en todo momento se mostró indiferente, pero aún recordaba la vez que lo vio llorar en su habitación mientras se sujetaba el vientre.

Su padre estaba mal, su hermano si anhelaba una familia, y ellos habían roto su oportunidad de tenerla algún día.

-¿Dónde está Yut?-

-se quedó en mi habitación.-

-ya veo. Nuestra plática funcionó.-

-¿Plática?-preguntó curioso.

-¿No te lo dijo?-

-soló mencionó que habían ido a comer y terminaron hablando.-el beta colocó las últimas curitas.

-él dijo que se sentía bien a tú lado, pero que tú veías en el a una amiga del pasado. Él realmente estaba muy confundido.-

-y me imagino que lo ayudaste.-habló con sarcasmo.

-aunque te cuente creerlo, si. Lo ayude a aclarar sus pensamientos.-

Blanka aún no confiaba en él castaño, y a tal punto no creía poder confiar.-ya está.-

Se levantó y comenzó a caminar, pero la mano del alfa le sujeto para detenerlo.-espera, quiero que cuides de él.-

-no hace falta que me lo pidas.-apartó la mano de su brazo y continúo su camino.

-se que no. Pero quiero estar seguro.-

-aja.... Hasta mañana.-

Su cabeza tenía pensamientos revueltos, no pensaba que la gente cambiaría de la noche a la mañana, pero sin duda el alfa parecía distinto, tenía un aura diferente y de cierta manera eso lo tranquilizaba.

♦♦♦

El Omega seguía dormido, se había removido y ahora las sábanas estaban casi en el suelo, mientras que la persona sobre la cama, tenía al descubierto esas hermosas piernas, y la camiseta holgada se había levantado, dejando su firme trasero a la vista.

Blanka sonrió, dejo las frutas en un mueble cercano y se inclino en el borde de la cama, acaricio los labios del Omega, quién no reaccionó, parecía perdido en su profundo sueño.

Nuevamente se levantó de la cama, está vez para quitarse la camisa y comenzar a basarle las piernas al Omega.

Dió pequeñas mordidas y suaves besos, beso sobre la ropa interior y subió hasta el cuello ajeno, dónde comenzó a besar con deseos de dejarle pequeñas marcas.

El Omega se removió con una sonrisa, acunó el rostro del beta y lo acercó hacia sí para besarlo con deseo.

Al separarse, ambos sonrieron. Pero fue Yut quien hablo.-eso es abuso, me estás tocando mientras estoy dormido.-

-¿Te molesta?-

-para nada.-

-entonces deja de quejarte.-un beso más en los labios, y después intento bajar hacia los hombros del Omega, pero este lo detuvo.

-espera.-el beta le miro dudoso.-ya lo hiciste una vez, ahora me toca a mi.-el kazajo sonrió complacido, se acostó y dejo sus manos detrás de su cabeza, Yut se sentó sobre la pelvis del beta mientras intentaba desabrocharle el botón del pantalón.-¿Por qué tienes pantalones? Dormiste sin ellos.-

-salí por fruta, tenía hambre.-

-entiendo.-Yut termino de desabrocharle el botón, bajó el boxer y dejo libre la hombría del beta.

Tragó en seco, se podía notar que el beta no está completamente excitado, pero aún así su miembro era grande. Llevo un mechón detrás de su oreja y comenzó a lamer con deleite, a los pocos segundos, metió el miembro a su boca, no entraba por completo, pero hacia lo mejor que sabía.

Blanka soltaba pequeños suspiros, aquella lengua era ágil y suave, la boca húmeda y cálida, el Omega estaba mostrando todo lo que sabía había hacer, y valla que lo hacía a la perfección.

Su boca necesitaba descansar, así que la descanso mientras usaba su mano para complacer al beta. Fue ahí cuando pudo admirar por completo el miembro ya despierto.

Era enorme, mucho más que el de cualquier alfa con el que había estado. Las venas se resaltaban a la perfección.

Blanka se corrió manchando la cara del Omega, quién se sorprendió y después lamió lo que había caído en su mano.

Blanka lo observó con erotismo, no podría contenerse más con ese Omega. Se levantó e inclinó para desar al Omega, le sujeto de las caderas, aferrándose a ellas.

-no aguanto más.-susurro mientras acostaba por completo al Omega, ese Omega lo hacía llegar a la perdición.

Esa noche no estaba dispuesto a detenerse.

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