The Courtship Of Harry Potter - Diana Williams (dkwilliams)

Capítulo 3.- Peticiones

Harry entró al Gran Comedor detrás de su amigo Ron, deteniéndose por un momento para mirar a su alrededor. Era bueno estar de vuelta en Hogwarts, incluso si acababa de tener la mejor Navidad de su vida. Este año, Dumbledore finalmente había cedido a las súplicas de Arthur y Molly Weasley y Harry había podido pasar las vacaciones con ellos. Lo había pasado muy bien, pero Hogwarts era su hogar y estaba contento de haber vuelto. Ni siquiera quería pensar en irse de aquí para siempre en seis meses.

El salón estaba lleno de gente mientras los estudiantes entraban y salían, conversando con sus amigos y compañeros de clase sobre las vacaciones, comiendo los sándwiches y la fruta que los elfos domésticos habían preparado para una cena informal. Una mirada a la mesa principal confirmó que casi todos los maestros estaban allí, la mayoría de ellos conversando entre ellos. A excepción del maestro de Pociones, por supuesto, que estaba sentado en silencio mirando a los estudiantes. Harry sintió que los ojos de Snape se encontraban con los suyos por un minuto y rápidamente apartó la mirada.

—...Ahí está Hermione—Dijo Ron cuando Harry se encontró con su amigo—Seamus también está aquí, deben haber tomado el tren temprano. Sentémonos con ellos, oh, Dios, ¿Estás viendo eso? —.

Harry miró a su alrededor en la dirección indicada por Ron y no se sorprendió al ver que su amigo estaba mirando a Draco Malfoy. El rubio Slytherin estaba rodeado por un grupo de sus cohortes y les estaba mostrando un puñado de grandes tarjetas doradas.

—Debería haber sabido que seguiría esa tradición—Dijo Ron con disgusto, dando la espalda a la mesa de Slytherin mientras se sentaba junto a Hermione—Es obsceno—.

—No sé sobre eso—Dijo Seamus mientras Harry se sentaba a su lado y frente a Ron—Tengo un poco de envidia. No es probable que reciba ofertas, ya que papá es un muggle y todo eso—.

Ron hizo una mueca—¿Cómo puedes pensar en hacer algo así? —.

Seamus se encogió de hombros—El abuelo lo hizo y dijo que no era tan malo. Le dio una ventaja en la política local—.

—Pero...—.

Seamus apuntó su tenedor hacia Ron—Mejor que trabajar durante años en un trabajo sin salida en el Ministerio, ¿no es así? Vale la pena soportar un poco de bofetadas y cosquillas por eso, ¿verdad? No es como si tuvieras que casarte con el tío—.

—No hizo mucho por Percy al final, ¿verdad? —Ron replicó—Tuvo un ataque de nervios y pasó seis meses en San Mungo—.

—No esperaba que el viejo muriera por él, ¿verdad? —Seamus regresó—Se suponía que tampoco debía enamorarse de él—.

—¿De qué demonios están hablando ustedes dos? —Harry preguntó, desconcertado sobre lo que el correo de Draco Malfoy podría tener que ver con Percy Weasley.

—La tradición de Erastes—Dijo Ron con impaciencia.

—¡Oh, he leído sobre eso! —Dijo Hermione, y se inclinó sobre la mesa hacia Harry—Se deriva de tradiciones atenienses, comenzó a fines del siglo VII a. C. y se consideraba una parte importante de la educación de un niño griego. Las familias mágicas mayores lo han practicado durante siglos...—.

—No todos ellos—Dijo Ron sombríamente.

—¡Silencio! —Seamus dijo de repente, y se volvieron para mirar en la dirección que él estaba mirando.

En la mesa principal, el profesor Spindley-Worme se levantó de su asiento y se alisó la túnica. Mientras observaban, recogió un gran cuadrado dorado y se dirigió hacia las mesas de los estudiantes.

Hacia la mesa de Gryffindor.

Hacia Harry.

Harry levantó la vista, estupefacto, cuando el profesor de DCAO se paró frente a él y le dirigió una sonrisa deslumbrante.

—Sr. Potter... Harry—Dijo el hombre, lo suficientemente fuerte como para que todos en las mesas de alrededor lo escucharan—Me honraría si consideraras mi pobre petición cuando hagas tu elección—.

—¿Elección? —Harry dijo sin comprender.

El profesor Spindley-Worme le tendió el sobre dorado y le guiñó un ojo a Harry como si compartieran algún tipo de secreto. Automáticamente, Harry extendió la mano y tomó el sobre. El profesor lo retuvo por un momento, y mientras sus dedos se rozaban, Harry no pudo evitar sonrojarse. Luego, el maestro de DCAO soltó el sobre, le hizo una reverencia a Harry con un gesto y regresó a su asiento.

—¡Harry! —Seamus jadeó, mirando el sobre en las manos de Harry con una combinación de asombro y envidia—El profesor Worme, ¡Tienes tanta suerte! —.

—Yo...—.

Un movimiento repentino en la mesa principal interrumpió lo que Harry hubiera querido decir. El profesor Snape se levantó y, con un remolino de su túnica, se dirigió hacia las mesas de los estudiantes. Harry miró a Draco Malfoy y lo vio enderezarse, acomodándose mientras veía al Maestro de Pociones acercarse...

Y pasa junto a él.

Todos los ojos estaban enfocados en Snape. Rodeando las mesas como un gran pájaro depredador, se movió alrededor del final de las mesas de Hufflepuff y Ravenclaw, luego alrededor de la parte posterior de la mesa de Gryffindor cuando se volvió hacia la mesa principal. No queriendo volver la cabeza para seguir el progreso de Snape, Harry no podía verlo, pero podía seguir su progreso observando los ojos de los otros estudiantes siguiendo al hombre. Y supo cuándo Snape se había detenido por el jadeo repentino de Ron y el ensanchamiento de los ojos de Hermione.

—Sr. Potter—.

La voz sedosa y mortal vino de detrás de él y Harry cerró los ojos, sintiéndose repentinamente débil. La tela rozó su mejilla cuando se colocó algo sobre la mesa, luego la presencia abrumadora se alejó y Harry abrió los ojos a regañadientes.

Otro sobre dorado estaba sobre la mesa frente a él, su nombre garabateado en el frente con la letra distintiva de Snape. El estómago de Harry dio un vuelco y levantó los ojos para ver las miradas afligidas en los rostros de sus dos amigos. Y, sobre sus hombros, pudo ver a Draco Malfoy mirándolo desde la mesa de Slytherin.

Con un pequeño gemido, se inclinó y golpeó su frente sobre la mesa.

¿Por qué siempre le ocurrían cosas extrañas como esta? *

Traductor: The Snarry's Archivist

Nota del traductor: *¿Por qué eres Harry Potter? ¡Duh!