Mateo se despertó en su cama con un fuerte dolor de cabeza y completamente desnudo. Mientras recuperaba la conciencia se levanto estrepitosamente y se tocó todo el cuerpo notando que todo estaba en su lugar y seguía siendo el mismo chico de siempre, sin cicatrices ni moretones. Mateo se sentía muy bien, se sentía más activo de lo normal y podía comprobarlo pues el asma que tenía ya no estaba.
Reviso el teléfono y todo estaba normal, sin mensajes ni llamadas. Al revisar los mensajes de Andrea, notó que todo había sido borrado y al intentar buscar su teléfono, ya no existía.
No había rastro de Andrea, algo que enojó a Mateo al saber que había Sido engañado, dio un golpe a la pared sin poder llorar por lo sucedido pues solo podía sentir enojo.
Mateo intentó ignorar lo que pasó y se preparó para ir a la universidad, pues solo recordaba las palabras de Andrea olvidando el resto pero con pequeños destellos que lo dejaban inquieto.
Al salir, en el medio de transporte Mateo sentía una extraña sensación cuando miraba a los chicos que se subían y bajan del bus, una sensación que inquietaba a Mateo pero no entendía intentaba ignorarlo.
Llegó a la escuela con miedo a encontrarse con aquel grupo de chicos que acompañaban a Andrea pero no vio nada, aquellos chicos no estaban en ningún lado, era como si de repente desaparecieron. Mateo continúo con su solitario día como todos los días hasta que llegó la hora del almuerzo.
- ¿ Porqué no tengo hambre ? - Mateo se preguntaba.
- Talvez es por todo lo que paso
Mateo ignoró la situación y sin tener apetito decidió comer dejando todo a medias, pues no le traía ninguna sensación. Las horas pasaban y el callado chico no paraba de pensar en lo sucedido, no recordaba casi nada pero si recordaba que todo fue muy extraño. Era complicado asimilar que estuvo en un ritual, pues era algo que no entendía.
Al llegar a casa, Mateo se recostó sobre la cama olvidándose completamente que no había comido nada mas que medio plato de comida durante el día. Pasaron un par de días con la misma situación, comía un poco y se olvidaba de el resto, de vez en cuando tomaba agua y e iba al baño.
Una mañana, maté se despertó con mareo y una ligera sensación de hambre, al mirarse al espejo notó que su cara lucía cansada y su piel reseca, lo ignoró y se dispuso a comer pensando que solo estaba enfermo. Al probar un bocado de comida, la sensación fue igual, no sentía nada. De repente, se dispuso a comer mas y mas pero aquella sensación de hambre no se iba, sin darse cuenta había comido tres veces mas de lo que normalmente comía y se sentía igual.
En el transporte, Mateo intentaba investigar con su teléfono lo que estaba pasando, pero había algo que lo inquietaba , su olfato sentía un dulce olor, un olor que daba cierta satisfacción, como si una persona un poco hambrienta oliera un pastel o una pizza recién orneada. Mateo se desesperaba pues, no estaba seguro de donde venía ese olor, miraba de un lado a otro y no había nada.
Era un olor muy difícil de explicar pues no se parecía en nada, Mateo solo miraba gente, como si ese olor venía de las personas que lo rodeaban. El viaje era corto, así que tuvo que bajarse antes de entender de donde venía aquel olor. Mientras caminaba, sus ojos miraban a los chicos de su universidad de forma diferente, era como si resaltaban del resto. Uno resaltaba mas que otro y Mateo se sentía muy confundido.
Al llegar a su aula, notó que se sentía muy cansado y el asma regresaba. De repente un ataque de asma se apoderaba de Mateo, fue cuestión de minutos para que uno de sus compañeros salga del aula y lo ayude prestandole su inhalador.
- ¿Estas bien amigo? El chico le preguntaba a Mateo mientras se iba tranquilizando después de usar el inhalador.
Mateo asentía con la cabeza mientras regresaba a ver a aquel chico. De repente aquel dulce olor apareció nuevamente.
- Que huele, porque todo huele taan taan.
- Mmmm - Mateo instintivamente se acercó a su compañero.
El chico con incomodidad lo alejó
- Que te pasa
- Si que eres raro
El chico se levantó y entró al aula, por otro lado Matéo se quedo extrañado por su comportamiento. Dentro del aula mateo cada vez se sentía peor y aquel olor lo ponía muy inquieto. Mateo solía sentarse en el ultimo puesto y normalmente era ignorado por sus compañeros como para notar que algo pasaba.
De repente mateo sentía una pequeña sensación dolorosa y placentera que cubría todo su cuerpo mientras comenzaba a sudar, sus piernas se movían de un lado a otro reflejando su inquietud. Un calor intenso hacía que Mateo intente sacarse la sudadera que llevaba pero al intentarlo hacer notó algo extraño.
Su torso vibraba y al subir su mano, notó que en sus pechos había un pequeño bulto que crecía de manera acelerada, algo que asustó a Mateo e hizo que sin decir nada salga corriendo del aula de manera estrepitosa. Mateo corría al baño mientras sentía que su cuerpo se calentaba cada vez mas abrió una de las puertas de los cubículos y entro en ellas.
Inmediatamente se retiró la sudadera dejando expuesta una blanca camiseta que resaltaba dos pequeños bultos en sus pechos mientras un mechón de cabello caía sobre su hombro después de retirarse la sudadera. Ambas sorpresas inexplicables seguían creciendo poco a poco sin explicación alguna.
Mateo se sentó en el inodoro intentando acomodarse mientras sentía como todo su cuerpo cambiaba de manera inexplicable, tanto como el dolor y el placer aumentaban de manera abrupta, haciendo que Mateo se tape la boca después de escuchar un pequeño gemido que en ese momento lo confundió con un grito de dolor.
Su voz se iba afinando mientras Mateo se daba modos para tapaba su boca evitando que salgan gritos cada vez mas intensos. El callado chico solo podía ver como sus manos se hacían mas finas y sus delgados pantalones se rasgaban sutilmente con unas pronunciadas caderas que iban creciendo.
De repente todo se calmo, y Mateo con la mano tapando su boca respiraba fuertemente mirando a un lado y al otro sin saber lo que paso. Poco a poco se fue relajando mientras intentaba acomodarse en el asiento del inodoro y soltaba la mano que tapaba su boca mientras desde afuera se escuchaba un fuerte respiro.
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Chica Demoníaca /TG/
FantasyMateo un chico de 20 años con un bajo perfil esta cursando la universidad. Por cuestiones del destino se topa con una chica que lo convence de ir a una reunión el cual resulto ser una secta. Mateo se termina involucrando en una fallida invocación de...