El Regreso del Demonio

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La atmósfera de la fiesta comenzaba a desvanecerse para Mateo. Los ecos de la música y las luces brillantes que lo rodeaban se tornaban borrosos mientras algo mucho más poderoso se apoderaba de su conciencia. La energía de Samuel, el joven virgen cuya pureza había sido sacrificada, lo llenaba desde adentro, quemando lentamente hasta que todo su ser clamaba por rendirse a esa oscuridad que lo envolvía.

El demonio estaba regresando.

Mientras Mateo absorbía la esencia de Samuel, la conexión entre él y el demonio se volvía tangible, física. Era como si el propio aire estuviera cargado con electricidad. Su cuerpo comenzaba a estremecerse involuntariamente mientras el poder oscuro lo consumía. El súcubo dentro de él cobraba fuerza. Cada movimiento se volvía más fluido, cada respiración más intensa, y el placer puro de esa energía masculina resonaba a través de su ser, llenando el vacío que había sentido durante semanas.

Ema, mientras tanto, observaba todo con una mezcla de satisfacción y ansiedad. Había cumplido su parte, y ahora esperaba su recompensa. El demonio le había prometido algo que anhelaba profundamente: una transformación. Aunque no podía convertirse en un súcubo como Mateo, se le había ofrecido un papel diferente, el de una sirvienta demoníaca, una belleza eterna que rivalizaría con la de Mateo, aunque nunca la superaría. Y esa promesa estaba a punto de cumplirse.

El aire en la habitación se volvió denso cuando el demonio, ahora plenamente manifestado, se acercó a Ema. Una sombra envolvente, imponente, con ojos que ardían como brasas. La conexión entre Mateo y el demonio era palpable, pero ahora la atención del ser oscuro se dirigía hacia Ema.

—Has cumplido bien tu papel, —susurró el demonio, su voz resonando como un eco dentro de su cabeza—. Y serás recompensada.

Ema, aunque nerviosa, se arrodilló ante el demonio. Había esperado este momento desde que su obsesión con el poder demoníaco la había llevado a este camino. La transformación que tanto deseaba estaba a punto de comenzar. El demonio levantó su mano, y con un simple gesto, envolvió a Ema en una bruma oscura y sofocante.

Ema sintió cómo su cuerpo comenzaba a cambiar. Al principio, era un calor intenso que quemaba desde dentro, como si cada célula de su ser estuviera siendo reconfigurada. Su piel comenzó a transformarse, volviéndose más suave y tersa, perdiendo cualquier imperfección humana. Sus manos, sus dedos, se alargaron delicadamente, y sus facciones faciales se afinaron, volviéndose más simétricas, más perfectas.

Su cabello, que antes era descuidado y apagado, comenzó a crecer hasta caer en ondas brillantes y sedosas, una melena negra que caía sobre sus hombros como una cascada oscura. Su cuerpo, aunque ya delgado, comenzó a transformarse en algo más etéreo, más esbelto y elegante. Las curvas se acentuaron, su figura se volvió más femenina, más deseable. Era una belleza casi inhumana, un reflejo de la seducción demoníaca que tanto admiraba en Mateo, pero siempre un paso por debajo.

El vestido que llevaba puesto no pudo seguir el ritmo del cambio y comenzó a rasgarse, dejando al descubierto su piel recién transformada. Su rostro, antes ordinario, ahora brillaba con una luz oscura, una belleza que tenía el poder de atraer, de hechizar, pero no de superar la sensualidad pura del súcubo que era Mateo.

Cuando la transformación terminó, Ema se levantó, tambaleándose, sintiendo la nueva ligereza y elegancia de su cuerpo. Su reflejo en el espejo la dejó sin aliento. Nunca había imaginado que podría verse así, como una diosa, casi a la altura de Mateo.


—Esto... —susurró Ema, mirando sus nuevas manos, su piel perfecta—, esto es más de lo que podía haber soñado.

Pero el demonio, con una sonrisa oscura, le recordó su lugar:

—Eres hermosa, Ema, pero recuerda... no puedes ser igual o superior a Mateo. Tu destino está ligado al suyo, y tu lugar es servirle. Su belleza y poder siempre te superarán, pero serás lo suficientemente cercana como para disfrutar de las migajas de su dominio.**

Chica Demoníaca  /TG/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora