Dudas

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El piso rebotaba los sonidos que provocaban un par de tacones que no paraba de golpear contra el piso.

Mateo daba vueltas en el mismo lugar intentando asimilar lo que había hecho y como demonios tenía fluidos de su jefe dentro de el, el mismo jefe que es familiar de Juan.  No podía recordar nada pero le asustaba el hecho de saber que esto continuará y que cada vez será más consciente de lo que pase en base a los últimos hechos, pues pudo sentir lo que era ser una súcubo con más intensidad que la anterior vez

No paraba de mirarse al espejo una y otra vez sin poder reconocerse y al mismo tiempo estaba preocupado al ver que no regresaba a la normalidad como lo hizo días atrás. Por otro lado su jefe estaba inconsciente en el suelo con un estado de salud preocupante.

- vamonos de aquí. - Mateo reacciono sin saber que hacer mientras dejaba salir aquella sensual voz femenina. 

Ema asintió con la cabeza y se alisto para salir y dejar cerrando el local con su jefe dentro. Mientras preparaba todo para salir Ema no paraba de notar como Mateo se miraba una y otra vez al espejo y sin darse cuenta se acomodaba el cabello mientras arreglaba alguna imperfección de su vestido.La curiosidad, hizo que Ema agarre algunas vestimentas de la tienda y las guarde en una funda. 

- Muy bien vamonos. - Ema estaba lista para salir.

- ¿Será que despierta? - Mateo preguntaba mientras se mordía delicadamente una de sus uñas. 

- Debe haber quedado muy exhausto después del mejor sexo de su vida - Ema bromeaba 

- Igual si despierta, puede salir por la puerta de gerencia. 

- ¿Y ahora que le diré a Juan?. Después de todo es su familia. 

Ema sin remordimiento y preocupación intentaba tranquilizar a la exótica chica frente a ella.

- Tranquila, quiero decir... 

- Tranquilo, el estará bien.

Ema cerró la puerta y caminaron juntas por el centro comercial mientras mientras la compañera de Mateo contaba lo que sabía de los demonios.

- Las súcubo se alimentan de hombres pero no los vas a matar, eso si, después de haber succionado su vida se vincularán a ti y querrán mas de aquel sexo contigo a costa de sus vidas, los pobres no aguaitarían mucho y ahí si podrían morir.   

Ema notaba como Mateo caminaba de manera erguida sin perder su glamour y sensualidad como mujer pero estaba consciente que mateo lo hacía sin estar consciente de aquello. Podía notar como la vanidad del demonio que poseía se apoderaba de el. 

Por otro lado Mateo a pesar de su preocupación se sentía espectacular, sin dolores, ni hambre y con una energía superior a la del promedio, su visión, audición y otros sentidos eran perfectos. Podía notarlo al caminar sin tener que usar lentes y podía escuchar con claridad lo que las personas a su al rededor conversaban. Era la primera vez que mateo mantenía su forma femenina después de haberse alimentado como un demonio. 

 Pese a que sentía vergüenza al escuchar los comentarios y atenciones que recibía, Mateo se sentía muy bien emocionalmente.

- Que hermosa mujer - Una señora susurraba 

- deley es una perra - Comentaban unas chicas

- A que no te atreves a saludarla - unos chicos susurraban

- huuy una mujer así - un hombre comentaba

Los comentarios no paraban y las miradas se centraban en Mateo pero el solo los ignoraba intentando olvidar que era una chica con un corto vestido caminando por un centro comercial. 

Mateo no quería ser así pero nunca se había sentido tan bien en toda su vida. Un conflicto pasaba en su cabeza, aquel introvertido chico peleaba con los deseos y placeres de una sucubo. 

- Vaya que eres hermosa - Ema miraba hacia arriba, pues Mateo era mas alto que ella.

- Me siento intimidada caminando a tu lado. 

Mateo suspiro y se detuvo. 

- No se que estoy haciendo.

- Es mas no debería estar aquí. 

- Aunque estés nerviosa e incomoda tu rostro muestra todo lo contrario. - Ema se expresaba

Mateo estaba consiente que sus presencia era involuntaria, el lo único que hacía era moverse y hablar como siempre lo ha hecho pues su demoniaco cuerpo hacía el resto. La exótica mujer que caminaba por el centro comercial causaba mucho interés de la gente y Mateo aunque se moría por dentro pudo llegar al vehículo de Ema.

- Esta es mi pequeña - Ema apuntaba a su vehículo. 

- Es algo viejita pero se mueve - Las luces titilaron con el sonido de la alarma. 

Mateo se subió inmediatamente y se colocó el cinturón de seguridad, recordándole que tenía pechos femeninos. En el Auto Mateo mantenía una erguida posición y las piernas juntas. Su olfato le permitía detectar la fertilidad masculina a metros de distancia por lo que Ema podía notar como el rostro de Mateo cambiaba a uno mas provocativo y coqueto pues sonreía a los hombres que conducían a su lado. 

- Veo que ya no estás preocupado por lo que acaba de pasar - Ema se expresaba con una sonrisa. 

- ¿eeeh?- Mateo regresaba de aquel coqueteo involuntario.

- Mierda mierda y ahora que vamos a hacer.

- jajaja - Ema dejó salir una carcajada

- Me encantas.

- Tu jefecito será encontrado o talvez el mismo se levante y se vaya a casa. 

- Esperemos que sea la segunda opción. 

-Mientras tanto vamos a tu casa. - Ema se expresó






Chica Demoníaca  /TG/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora