6 Bosque

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Seguía en mi lugar, Carla me gritaba pero quería decirle que no era lo que ella creía. Yo no tenía la culpa...

— ¡¿Cómo pudiste hacer esto?! ¡Te recibo en MI casa, te doy comida ¿y así me pagas?!

— ¡Nunca debí de aceptarte, nunca debí aceptarlos en el pasado!

Lagrimas corrían por el rostro de Carla, cada palabra estaba llenada de odio. Y no pude soportarlo más.

— ¡Oh por favor! ¿Aceptarme en tu casa? ¡Nadie te lo pidió Carla, yo nunca quise venir a este estúpido lugar contigo, nunca quise estar con tu estúpida familia para empezar!

Subió las escaleras hecha una furia, sus intenciones eran de esperarse, trato de abofetearme, pero no lo permitiría, tome su mano antes de que chocara contra mi cara.

— ¡JODER! ¡Ni siquiera eres hija mía, porque tengo que cargar con una basura como tú!

— ¿Me lo dices enserio? Pero si es la mejor noticia que pude haber recibido, así no tendré que aguantarte más a ti, ni a tu pútrida familia, ahora entiendo porque nunca me quisiste, pero eso no excusa para que hayas sido una zorra

Si dijera que no estaba triste estaría mintiendo, una parte de mi estaba mal, pero la otra festejaba dando brincos en mi mente.

— ¡Maldita perr...

La sonrisa de satisfacción no se borraba de mi mente, Carla intento golpearme de nuevo, pero la voz de Mark la detuvo.

— ¡Carla, hay que llevar a Tom con el doctor!

Volteo a verme una vez más con furia y bajo hasta llegar con Mark quien tenía Tomas entre brazos, estaban a punto de irse, y como un trueno se escuchó la voz de Carla.

— Ahora mismo mi hijo es más importante que tú, pero cuando regrese de esta no te salvara nadie, te meteré a la cárcel si es necesario

Eso fue lo último que escuche, la lluvia seguía cayendo, una dulce melodía entre un caos, un relámpago me despertó de mi ensoñación. No podía quedarme esperando a que ellos regresaran, no sabía de lo que eran capaces.

Corrí a mi habitación, tenía que fugarme, metí todas las cosas que necesitaría en mi mochila y fui por un abrigo al closet, cuando voltee ahí estaba él.

¡Maldición!, si solo había pasado unos cuantos minutos ¿Cómo es que Mark estaba ahí?

—Así que piensas escapar... Chica astuta, pero yo lo soy más

Cerro la puerta tras de él, cada paso que daba acortaba nuestra distancia.

— Lo siento pero no te dejare ir, digamos que hay algunas actividades que aún no hemos hecho juntos, y créeme que estoy deseoso por hacer

Esta tan cerca de mí, su aliento chocaba contra mi piel provocándome un jodido asco, esto no podía pasar otra vez, una de sus manos acariciaba mi cabello y otra mi brazo. Quería que se detuviera, pero recordó que ellos nunca se detuvieron hasta que dejaron de respirar, puedo hacerlo, se repetía en mi mente, nunca más...

— ¿Y tan ingenuo eres para creer que puedes lograrlo?

Una risa burlona se escuchaba por la habitación tan solo siendo opacada por los truenos, la cara de Mark era de autosuficiencia. Esta vez se acercó mucho más, si no era ahora no lo sería nunca.

Lo tome de los hombros apoyándome para darle una patada en la entre pierna para luego darle un puñetazo en la cara, eso me daría suficiente tiempo.

Llegar a ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora