Llegar a ella

7 Forks

La suavidad que me abrazaba me hacía no querer abrir los ojos, la oscuridad en la habitación tampoco ayudaba mucho, pero tenía algo importante que hacer aun. Me levante de la tibia cama para ir hasta donde mi celular se hallaba conectado.

Espere unos segundos a que se encendiera, cuando finalmente lo hizo pude ver la pantalla repleta de mensajes y llamadas perdidas de Joel, genial seguro ha de estar muy preocupado.

Hola Joel, lamento no haberme comunicado antes pero hubo un pequeño cambio de planes debido a sucesos un tanto inquietantes.

Bueno creo que este mensaje plasma correctamente lo que ha pasado, ahora a esperar respuesta. Estaba por entrar a la cama, cuando el celular en mi mano comenzó a vibrar, vaya que rápido.

—Hola Joel ¿Qué tal estas?

— ¡¿Qué tal estoy?! Karen por todos los dioses ¡¿Qué demonios ha sucedido para que desaparecieras así como así?!

Bueno él estaba reamente preocupado y enojado, y posiblemente estaría más furioso cuando le dijera lo que sucedió.

Empecé a contarle lo sucedido, como fue que escape corriendo no sé cuántos kilómetros por el bosque y como unos chicos me ayudaron, estaba colérico era de esperarse después de todo somos familia.

— ¡Esto no se quedara así, iré de inmediato a donde estas y arreglaremos esto en la corte!

—Joel estaré bien, tú tienes muchos pendientes no puedes venir y dejar todo como si nada, comprendo que estés preocupado por mí, pero te lo prometo estaré bien, me quedare aquí en Forks y cuando termines con el trabajo te estaré esperando

Pude escuchar un largo suspiro al otro lado.

—Está bien, espérame en Forks tratare de acabar aquí lo más rápido posible, pero eso si la demanda la pondré desde ahora

Hablamos un rato más, al final ya no se oía tan preocupado por la decisión de quedarme en Forks, en el fondo él sabía que yo podía cuidarme sola.

El reloj marcaba las 2 am, no había muchas cosas que pudiera hacer a esta hora, tome mi mochila y saque aquel álbum de fotos que amaba tanto, en las primeras páginas se encontraban las fotos que más significado tenían para mí. Me acosté de nuevo en la cama, tenía apretado en mi mano aquel dije de una magnolia, era la mejor forma de dormir, pensando en que ella estaría protegiéndome.

La luz empieza a molestarme, abro los ojos lentamente, un nuevo día ha comenzado. El sonido de nudillos chocando con la puerta atrae mi atención.

— ¿Señorita ya está usted despierta?

Era la voz del doctor que me ayudo ayer.

—Sí, lo estoy

—Bueno, entonces la esperamos para desayunar, baje en media hora por favor

Cuando los pasos se dejaron de escuchar salí de la cama dispuesta a asearme, en aquella habitación había un baño con ducha así que no desperdiciaría la oportunidad de quitarme toda la mugre que traía encima.

En la mochila venia una blusa y una sudadera, así que tendría que utilizar el mismo pantalón sucio, ya vería después donde comprar ropa.

En la cocina habían dos personas más que no conocía, una señora con semblante amable y un chico con mirada despreocupada, ellos se presentaron después, Marina era la esposa del doctor Sael, y Alex era su hijo.

Al terminar el desayuno ayude a Marina a lavar los platos después de mucho insistir.

— ¡Karen Hola!