-¡HOMBRE! -gritó una persona al abrir la puerta y se abalanzo hacia mi. Por impulso hice lo mismo y lo abracé. Allí estaba, Samuel. -Quita esa cara, joder. Parece que hubieses visto un fantasma. -Tenía razón, si me viese a mi mismo diría exactamente lo mismo.
-Perdón Samuel... Es que... -No me salían las palabras.
-¿Te imaginabas que sería otra persona? - E instantaneamente Samuel tiro los ojos para atrás, dejandolos en blanco. Estaba muy fastidiado.
-Emm... Perdoname Samuel. No quise que pensaras eso. -Aunque en realidad él tenía mucha razón.
-Esta bien, si no quieres que este aquí me lo dices y listo. No tienes que dar vueltas. -Su rostro ahora no reflejaba enfando, si no que ternura y tristeza a la vez.
-No, no. No te iras, buah chaval. ¿Cinco minutos aquí y ya te quieres ir? -Nunca nos habíamos abrazado y fue bonito. Me agradaba que se quedara.
-Ja, ja. ¿Quién te entiende a tí? -Echo una carcajada y yo lo hice al mismo tiempo.
-¡HIJO! ¡DILE A TU AMIGO QUE PASE! -Era mi mamá gritando desde el living, con todo lo que había pasado no nos dimos cuenta de que todavía seguiamos en la puerta.
Ambos fuimos hacía el living, mi abuela y mi abuelo ya conocían a Samuel, ya que los padres de sus padres eran amigos suyos hace un tiempo. Saludo a todos y me sorprendió la confianza que tenía con cada uno de ellos, enseguida se sento al lado de mi madre, que desde un momento parecio caerle bien y empezó a conversar con ella, no podía ocultar mi admiración, lo miraba con una sonrisa de oreja a oreja. De vez en cuando nuestras miradas se cruzaban y el me sonreia, pero me daba un poco de verguenza que mi familia estuviese allí. Sentía esas "mariposas" en el estomago de las que todos hablan, no entendía muy bien por que... Es decir, nunca me gusto Samuel, o eso es lo que yo pienso, mi atracción más grande siempre fue por Frank. ¿FRANK? ¿DONDE ESTÁ ÉL? Con todo lo que había pasado me olvide de que vendría a visitarme.
Automaticamente tome mi celular y revise si tenía algun mensaje suyo. Nada. Ni un whatsapp, ni una llamada, ni nada. Esto me molesto un poco. Mis gestos ya no eran de felicidad, ni mucho menos. Samuel me miro y me hizo seña con los ojos de que fuesemos a hablar a otro lado, me levante de mi silla y lo conduje hacia el patio trasero.
-¿Qué pasa? Guille. -Me tomo de las manos mientras me miraba a los ojos.
-Nada... No pasa nada. -No quería que supiera que Frank era la causa de mi mal humor.
-¿Es Frank? ¿Te ha hecho algo? -Él lo sabía, en muy poco tiempo supimos conocernos mucho.
-Si... Es él. -Baje la mirada.
-Guilermo, perdoname que te lo diga así, pero... Yo te advertí sobre él. -Levantó mi rostro e hizo que lo mirara nuevamente.
-Es que... Tu no sabes como es él conmigo -Estaba a punto de llorar, pero no tenía la suficiente confianza para hacerlo.
-Claro que se como es... Lo conozco hace mucho tiempo, Guille. -Al terminar de decir estas palabras, me abrazó. -Pero por favor, pase lo que pase, no llores por él ¿Si? -Tarde, ya había llorado tanto por esa persona.
Sus brazos apretandome, me sentía tan seguro, como en los sueños que tenía cada noche. Su mano acariciando mi cabello, mientras me consolaba con palabras dulces para que no cayera en un llanto interminable. Logre separarme de él luego de varios minutos, aunque se notaba que ninguno de los dos quería que aquel momento terminara.
Samuel tomo mis manos nuevamente, con su dedo pulgar limpió algunas de las lagrimas que rodeaban mi mejilla, para luego sguirme mirando. Podría quedarme viendo esos ojos tan bonitos para siempre y parece que Samuel también pensaba así. Poco a poco se iba acercando a mi, me sentía tan protegido que lo dejaba, en realidad me gustaba esta situación. Con su mano tomo mi barbilla y la levanto, es un poco más alto que yo. Se acercaba cada vez más despacio, al punto de que respirabamos el mismo aire, yo sentía su aliento y él, el mío y nos gustaba, realmente nos gustaba. Aun más despacio apoyo sus labios sobre los míos y empezó a besarme suavemente, tan suave que podía sentir cada espacio de sus finos labios. Seguiamos tomados de las manos, el movía sus dedos apretandome, yo hacía lo mismo. El beso seguía el mismo ritmo con el que había empezado.
De a poco Samuel fue apartandose de mi, mientras nos dabamos pequeños besos, el problema era que no podíamos terminarlos, en realidad, no queríamos terminarlos.
-Perdona, Guille. Yo... No quise hacerlo. -Bajo su mirada.
-No pasa nada, Samu. -Esta vez era yo quien tomo sus manos.
-Espera ¿No te ha molestado esto? -Dijo. No me había molestado, pero es algo raro lo que siento por Samuel.
-Claro que no... Es decir, no pasa nada. Quedate tranquilo. -Dije.
-Ya lo sabes, Guillermo. No dejes que te lastime, yo lo conozco. No te conviene. -Hablaba de Frank.
-Pero... -Me interrumpió.
-Nada de 'pero', si vas detras de él, bueno... Yo te lo advierto nada más. -Se notaba sincero en cada una de sus palabras.
-Gracias, Samu. Veré que hacer. -Tal vez tendría que seguir su consejo, a mi tampoco me daba mucha confianza Frank.
-Mira -Sonó su móvil e interrumpió sus palabras para poder contestar. -Vale, en un momento voy para allá, no te preocupes, estoy en casa de Guillermo. -Creó que habla con su madre, se escucha la voz de una mujer del otro lado. -Adiós. -Termino.
-¿Era tu madre? -Pregunte.
-Si, si. A pesar de mis años se preocupa cuando estoy mucho tiempo fuera de casa. -Al momento cambio de tema. -Como te decía, no te fies de Frank y... ¿Sabes qué? -Hizo una leve pausa. -Me gustas, Guillermo. -Se le formo una sonrisa de costado en el rostro.
-Eh... Bu-Bueno, yo... -No termine de decir nada que Samuel me corto y agregó.
-Ja, ja. Me das ternura, Guille. Venga, que me tengo que ir. Mañana vendre, tenlo en cuenta, como todos los días. -Rió y yo lo hice para pasar de esta conversación tan incomoda.
Se acecó y me dió un casto beso, yo lo acepte. Abrí la puerta hacía el interior de mi casa, mi familia se había ido, y lo acompañe hacía la puerta. Me quede mirandolo como se alejaba, el se dió la vuelta y me saludo con la mano, yo repetí la acción y entre.
Que día, y aun no anochecia, no sabía que hacer, tenía tal sonrisa en el rostro que nada podría borrarmela, era increible. Tal vez era lo mejor estar con Samuel, lo que me dijo de Frank me estaba haciendo desconfiar demasiado.
Después de media hora de estar sentado en el sofa mirando la nada, tome mi móvil y revise mis notificaciones, tenía cuatro mensajes de dos personas, tres eran de Frank y uno de Samuel, decidí mirar primero el de Samuel, ya que se me hacía curioso que hace 10 minutos se haya ido y ya me este hablando.
Conversación con Samuel.
-Que sepas que me encanta haber pasado esta tarde contigo... Eres precioso, Guille.
Mi sonrisa no podía ser más grande porque no cabia en mi cara. Quería hacer esperar mi respuesta, entonces pase a la conversación con Frank.
Conversación con Frank.
-Perdona que no he podido hablarte ¿Puedo pasar mañana por tu casa? Es que se me han presentado algunos problemitas.
-Samuel ¿Te has enojado?
-Buah, no se que te ha sucedido, pero mañana paso por tu casa, necesito verte.
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La mejor decisión - Wigetta
FanfictionGuillermo, un chico de solo diesciseis años. Conoce a Samuel, pero no se da cuenta de que el, es el indicado.