C i n c u e n t a y s i e t e

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"¿Segura que no tiene un arma ahí adentro?"

Abrí la puerta de mi casa y me dí la media vuelta, me agarró de la cintura y me besó tierno y corto.

- ¿Nos vemos al rato?

- Seguro- sonreí, Le dí otro beso rápido, como me encanta hacer eso, entré y le dije adiós con la mano.

Cerré la puerta de mi casa y me recargué en ella cerrando los ojos.

- Despierta amor- susurró en mi oído terminandome de despertar.

- Hola- saludé dandome la media vuelta quedando cara a cara.

- Buenos días- me besó- te ves igual de hermosa en las mañanas. Con tus ojos chinitos, tu cabello despeinado y los labios rojos.

- Gracias- reí- tú no te quedas atrás.

- ¿Contigo en primer lugar?- bufó y acarició mi mejilla-seguro soy el último lugar.

- Basta de ser adorable- reí haciendo que él tambien lo hiciera.

Escuché como se ponía en marcha el auto y el sonido del motor se alejaba.

- ¿Y qué harás hoy?- preguntó tomando un poco de su jugo.

- No lo sé, nada supongo- me encogí de hombros y me puse a pensar- No, espera. Tengo que ir con Paul para lo del testamento- rodeé los ojos.

- ¿A qué hora?

- No lo sé, no lo hemos establecido- mordí mi pan tostado.

- Cuando él te avise me llamas, quiero ir contigo.

- ¿Es una petición?

- Es más bien una afirmación- me guiño un ojo y puse los ojos en blanco.

- No se me olvida que tú y yo tenemos una plática pendiente- lo señale con el tenedor.

- Disfrutaré el tiempo que queda antes de que me empieces a interrogar- metió un pedazo de hot cake a su boca.

- Lo discutiremos luego- dije por terminado mientras él me daba una sonrisa, ¿de qué estaba hablando?

Solté un gran suspiro, estaba enamorada, eso seguro.

- ¿Y ese suspiro?

Abrí los ojos de golpe espantada.

- ¿Qué haces ahí?, Me diste un susto- le dije con la mano en el pecho.

- Así haz de tener la cosciencia ¿Acabas de salir? Porque acabo de llegar, estuve trabajando toda la noche, estúpido jefe- rodó los ojos.

- Si tía, acabo de salir. Es que me dieron ganas de desayunar fuera... ya sabes- hice ademanes con la mano.

- ¿Vestida así?

Mierda, todavía traigo el vestido.

- Siempre a la vanguardia de lo elegante - sonreí falsamente.

- Correcto...- dijo poco convencida- ¡Oh, casi lo olvido!

Agarró una cajita azul marino de una repisa y caminó hacia mí.

- Feliz navidad - sonrió.

¿Qué? ¿hoy es navidad?

- Gracias, no te hubieras molestado- miré la caja que se encontraba en mis manos.

- Ábrela- dijo emocionada.

Asentí. Le quité el moño y destapé la caja. Era una cadenita de oro con unas incrustaciones de diamante, miré a mi tía sorprendida.

Mi chico malo. {Cameron Dallas} •Editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora