"Pero te mereces algo mejor"
Él se acercaba lentamente hacia mí, mientras lo hacía yo lo miraba perpleja-si esto era un error que me condenen- y de repente paró a escazos centímetros de mi rostro, sonrió de lado.
- Vamos -susurró mientras tomaba mi mano y se daba la media vuelta alándome mientras caminaba.
¿Qué? ¿Porqué no me besaste? Cruel. Nos sentamos en el mantel de cuadros escoceses uno a lado del otro.
- Tal vez no sea lo más romántico pero es un detalle ¿no?
Me miró.
- Es lo más hermoso que alguien ha hecho por mí -le dí una de mis mas sinceras sonrisas, él solo me miró con los ojos bien abiertos.
- ¿Nunca nadie te ha.. hecho--nada así?
- Nop -hizo una mueca.
- Pero me alegra que hayas sido el primero que lo hizo -Su mueca se convirtió en sonrisa pura.
Sonreí.
- Bueno te traje aquí por dos sencillas razones- alcé las cejas para que prosiguiera- uno, por tu cumpleaños y dos... Quería-quería hablar -desvió la mirada.
- ¿Sobre?
- Nosotros.
- ¿Nosotros? -le pregunté confundida, me volteó a ver.
- Sí, nosotros.
- Pero nunca hubo un nosotros- hice comillas con los dedos en la palabra "nosotros"
Él cerró los ojos por unos segundos como si le doliera, cuando los abrió pude percibir la intensidad que representaban estos y habló.
- Pero podría haber un nosotros - hizo comillas en la última palabra como lo hice yo.
- ¿Te refieres a tí y--y a mí?- tartamudee.
- Exactamente -me miro fijamente.
- Pero primero hay que arreglar las cosas -prosiguió.
- ¿Qué cosas?
- Las que dejamos pendientes hace meses, no podemos actuar como si nada... Tal vez tú si pero yo simplemente no.
- Bien, hablemos.
- De acuerdo -pensó varios segundos-¿Porqué te molestaste cuando te dije lo de sobre tu mamá?
- Bueno.. tal vez estaba sensible.
Me dió una mirada que me decía que esperaba mas.
- Y -proseguí- que digan que tu madre muerta te salvó la vida te hace pensar.
- ¿Pensar qué? No lo entiendo - ¿Qué parte no entiendes?
- Pensar en que si la persona que--que---tragué saliva- que te gusta y que quieres mucho -dije en un susurro y las palabras juntas- te esté tomando el pelo y se este burlando de tí.
Su mirada se suavizó.
- Yo no me estaba burlando de tí, ángel. Solo decía lo que ví.
- ¿Y cómo saberlo?
- Muy en el fondo sabrías que es verdad -susurró.
Nos mantuvimos en silencio unos minutos.
- Tienes razón -susurré. A él me pareció que le sorprendió lo que dije.
- ¿En serio?
- Si, yo-yo te creo -lo miré y me dió una sonrisa encantadora, literal.
Él iba a hablar y lo detuve.
- Me toca preguntar a mí -asintió.
Bien. Inhala, exhala. No será tan difícil -¿Porqué te fuiste?- le pregunté sin rodeos.
- Bueno, con mis estudios iba mal y tenía que estudiar bien sin distracciones... Esas distracciones eran Rodríguez, que terminé por... terminarlo -miró a la nada y se rió- La otra distracción era que no podía dejar de pensar que ese hijo de perra te secuestró y la tercera distracción eras tú. Contigo cerca no podía analizar las cosas, aparte tenía que alejarme de toda la mierda, salirme de todo.
- ¿Y a qué conclusión llegaste?
- Llegué a la conclusión de que por más que intente... Algo me decía que mi lugar era aquí, en Los Angeles. Contigo.
- ¿Y Alexandra? -sé que dirán deja de estarle moviendo a eso, sigue. Pero tengo que saber que es ella para él.
- Ya te lo he dicho y lo vuelvo a repetir.. Ella no es nada para mí - remarcó la palabra "nada"
- ¿Seguro?
- Muy seguro.
Solo asentí y no pude reprimir la sonrisa que quería asomarse por mi rostro.
- Ahora me toca a mí... ¿Qué tienes con ese chico Whitesides?
- Nada -rode los ojos.
- Eso no es lo que vi hoy.
- ¿Ahora no puedo tener amigos?
- Sí, sí puedes. Pero él no.
- ¿Porqué?
- ¡Se ve a leguas que le gustas!
- ¡Claro que no! -le respondí de la misma manera.
Se restregó las palmas de las manos en el rostro y me miró.
- No haremos de esto una pelea.
- Pues tú empiezas -me crucé de brazos.
- Ay no, ¿ya te enojaste?
- No.
- ¿No?
- No.
- ¿Segura?
- ¡Si, muy segura!
- Bien.
Y lo siguiente fué yo en la arena mientras Cameron me hacía cosquillas. Se encontraba con ambas piernas a mis costados y sus dedos en mis costillas, yo trataba de mover las piernas pero me tenía inmobilizada. Gritaba y reía mientras Cameron soltaba una que otra risita.
- ¡Ya basta! Si, estoy enojada -Los cachetes me dolían de la sonrisa que tenía.
- Eso dime, se sincera -dejó de hacerme cosquillas y pude respirar con tranquilidad.
- Creo que ya aprendí la lección - suspiré.
Y hasta este punto era una extraña para mí misma. Miré sus ojos que se encontraban tan cerca de mí y de ahí pasé mi mirada a sus labios, lo agarré de la camisa y lo jalé hacia mí atrapando sus labios. Él puso ambas manos en cada lado de mi cabeza mientras se acoplaba al beso, inclinó su cabeza y sin previo aviso introdujo su lengua en mi cavidad bucal, yo hice lo mismo con la mía y asi comenzamos una batalla de lenguas. Nos separamos por unos diminutos segundos para volver a juntar nuestras bocas en un salvaje beso que cada vez se hacía más intenso, sentí su mano ir desde mi cintura, bajar hasta mi cadera y terminar en mis piernas descubiertas. Yo empecé por despeinarlo y atraerlo más hacia mí, levanté la cadera y sentí como su "amiguito" iba creciendo. Solté un gemido y el se separó sin previo aviso dejandome intrigada y con ganas de más.
- ¿Qué paso? -pregunté con la respiración agitada.
- Aquí no podemos hacer eso -me respondió de la misma manera.
- ¿Porqué no?
- Simplemente no, no es el momento ni el lugar.
- Pero es un lugar hermoso.
- Pero te mereces algo mejor.
Y con eso me calló. Le dí una pequeña sonrisa que el me devolvió, miré sus labios y ví que estaban rojos. Se veía tan sexy con los labios hinchados y rojos, bueno, ¿Con qué no se ve sexy este hombre? Volví la mirada a sus ojos y él los cerró juntando nuestras frentes segundos después.
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Mi chico malo. {Cameron Dallas} •Editando.
Fiksi PenggemarNo me hables. No me mires. Ni siquiera te atrevas a respirar cerca de mí. No me agradas, no te agrado. ¿Por qué te empeñas en pasar aunque sea un segundo de tu día conmigo? hablarme, molestarme, aunque sea ¿mirarme? Somos como el agua y el aceite. S...