Dos

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Doyoung se sentó en una de las bancas de la cafetería del instituto, tiro su bolso sobre el resto de la banca y empezó a comer su almuerzo

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Doyoung se sentó en una de las bancas de la cafetería del instituto, tiro su bolso sobre el resto de la banca y empezó a comer su almuerzo. Comúnmente se sentaba a comer con Yedam, a pesar de estar en años diferentes, conseguían la forma de verse habitualmente. Ambos se veían a la entrada, durante el almuerzo, en las horas libres que compartían, en la salida y más recientemente, en las practicas del equipo de soccer. También solían pasar tiempo los fines de semana, eran los únicos días en los que Yedam estaba completamente libre.

Doyoung masco su emparedado de jalea de fresa, aun así, sentía que veía al mayor muy poco. Doyoung vio como Yedam se sentó a orcas frente a él, Doyoung repitió la acción de azabache. Yedam le sonrió ampliamente, reduciendo el espacio que había entre la plataforma en la que estaban sentados. Doyoung paro de masticar su emparedado, lamio sus labios de inmediato. Doyoung vio como Yedam apartaba la bolsa que los separaba de manera considerable, desplazándola en la mesa.

Yedam entrecerró los ojos tratando de ver mejor el rostro del menor, divisando una pequeña mancha de jalea de fresa en la comisura de los labios de Doyoung. Acerco su mano hábilmente, tomo las mejillas del chico. Yedam paso las yemas de sus dedos sobre la comisura de los labios de Doyoung, terminando por quitar la mancha de jalea. Yedam se llevó la jalea restante para poder comerla.

Doyoung había visto las acciones de Yedam con muchísima atención, sus ojos lo vieron todo en cámara lenta. Yedam termino de chupar su dedo tranquilamente, para luego sonreírle como de costumbre. Doyoung sintió sus labios temblar, se apresuró a seguir comiendo para calmarlos. No sabía si algún día se iba a acostumbrar al contacto corporal, parecía que ya no era lo suyo y se sentía nervioso.

_ ¿Por qué empezaste a comer sin mí? _ Yedam se relamió los labios con incomodidad, no le había gustado el amargo sabor de la jalea.

Doyoung se encogió de hombros. _Simplemente por qué. _

_ ¿Qué te sucede? _ Yedam miro el rostro de Doyoung por varios segundos.

_ ¿Por qué lo dices? _ La voz de Doyoung tembló ¿Por qué su cuerpo era aún más honesto que su mente?

_Estas realmente rojo ahora mismo._ Yedam rozo la nariz roja de Doyoung con su dedo índice. _ ¿Estás seguro que no tienes fiebre? ¿Te sientes bien? _ Yedam acerco su mano a la frente de Doyoung, pero este se alejó de inmediato

Doyoung hizo un sonido de negación. _No, estoy bien, estoy perfecto. _

_Sé que te hace mal el calor y aquí hace mucho calor. _Yedam se quitó el saco de su uniforme.

Doyoung asintió frenéticamente. _Si, bastante en realidad. _

Yedam asintió sacando una botella de agua de su bolso, tenía varias en el por si Doyoung las necesitaba. Era en lo único que coincidían en bebidas, ya que Doyoung no disfrutaba las bebidas tan azucaradas. Yedam aún tenía el sabor de la jalea de fresa que había tomado de la comisura de los labios de Doyoung. La jalea tenia de todo menos dulzura, era algo así como jalea casera. Yedam supuso que la madre de Doyoung la había preparado para su hijo, la idea lo hizo enternecer.

Yellow Socks || DodamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora