Un chico que ama los calcetines amarillos, con muchísimas ganas de vivir. Así se puede definir a Doyoung, de tan solo dieciséis años. Un chico que padece de anemia falciforme, condición que ha tenido desde su nacimiento y que ha venido cambiando su...
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Doyoung se sentó en la mesa bajo la mirada atenta de su padre. Era la única vez que se veían a los ojos durante todo el día, su padre no cenaba en casa debido al trabajo. Doyoung tomo una tostada con jalea de fresa y su padre regreso toda su atención a su humeante taza de café. El ambiente era alivianado por la angelical presencia de su madre, que no contrastaba para nada con la de su padre.
Asahi termino llegando al comedor cuando ya casi todos habían terminado el desayuno, no estaba de humor para ser regañado una vez más, pero una vez los ojos de Hankeong, ocuparon toda su atención en sus acciones, supo que solo era cuestión de tiempo.
_Ustedes dos lárguense, necesito hablar con Asahi. _Hankeong ordeno cabreado.
_ ¿No puede ser en otro momento? _Doyoung no quería dejar a Asahi a solas con su padre, cuando sabía perfectamente que sus personalidades chocaban. Asahi podía convertir una simple charla en una discusión acalorada y su padre haría todo lo posible para ganarla.
_No cuestiones a tu padre. _Sun susurro para su hijo.
_Pero... _Doyoung trago saliva.
Hankeong traqueo su taza en la mesa, esta desbordo algunas gotas de café. _Cierra la boca Doyoung, escucha a tu madre y deja de cuestionarme. _
Asahi contemplo como los dejaban a solas, el ambiente se volvió aún más pesado de lo que ya estaba. Asahi observo a Hankeong, el padre de Doyoung. En términos sencillos, lo odiaba tanto como a su padre. Ambos hombres, eras cortados con la misma tijera. Asahi se lamentaba que Doyoung tuviese que soportar un padre tan autoritario.
_Tu padre me dijo la razón por la que te estas quedando con nosotros. _ Hankeong tenía una expresión ilegible en el rostro.
_ Ya te dijo que soy un maricón. _ Asahi hablo coloquial, miró fijamente a Hankeong.
Hankeong se levantó para barrer todos los platos de la mesa, señalo a Asahi lleno de rabia. _ Arrepiéntete de tus malditos pecados. _
Asahi no reacciono en lo absoluto, juzgo al hombre de arriba abajo. _No tengo absolutamente nada que arrepentirme, no soy ningún closetero frustrado como mi padre y como... _
_No tienes permitido exponer a tu padre de esa forma, tienes que respetar a tu familia. _Hankeong siseo.
Asahi se encogió de hombros, sonrió socarrón. _Es la verdad, si él no fue capaz de aceptar su verdad, no es mi problema. Yo no tengo porque forzarme a cambiar, solo porque los demás así lo quieren, no estoy hiriendo a nadie. _ Asahi silbo la última frase. Sabia que él no le hacía daño a nadie, pero más de una persona quiso hacerle daño a él.
_Olvídate de volver a Japón, tienes prohibido regresar a tu vida de antes. Al menos que... _Hankeong advirtió con autoridad.
_ ¿Al menos que me case y finja ser feliz como mi padre? _ Siseo Asahi. _ No gracias, prefiero vivir encerrado el resto de mis días. _Asahi se levantó haciendo chirrear la silla.
