❥Prólogo

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♡♪ cause the feelings
In my mind cannot escape

Would you ever take me
'Cause my heart is all I carry

The feelings in my mind
I cannot explain~

Los cuerpos se movían frenéticos al ritmo de la música que retumbaba en la vocina y parecía que hacía temblar hasta el piso.

La fiesta estaba en su mejor momento, no había una sola persona que no estuviese moviendo piernas, brazos, caderas y disfrutando del ambiente.

Todos parecían abandonarse por completo al mar de sensaciones que provocaban las luces fosforescentes, el remolino de vapor sobre sus cabezas y la sensación de cuerpos rozandose.

En medio de todas esas personas, un chico complemente vestido de negro, puntó la mirada hacia otro chico que, a su parecer, sobresalía entre todos los demás.

Desde que había llegado a la fiesta había estado muy pendiente de él y aunque el lugar estuviera a explotar de personas, le resultaba muy fácil encontrarlo. Estaba a menos de 10 metros de él, así que su mirada recorrió su rostro y su cuerpo con toda calma.

El chico tenía una espesa cabellera rubia, estaba en sus veinte años aunque su rostro dulce e infantil lo hacía lucir menor. En ese momento sus ojos estaba cerrados, mientras que sus brazos levantados hacia el aire y su cuerpo moviéndose con energía y fluidez.

Su cuerpo era delgado, no muy alto pero bien proporcionado. Masculino y a la vez muy armonioso gracias a sus gestos y pasos de baile.

Vestía un pantalón blanco que le quedaba tallado a la perfección y que moldeaba como segunda piel los músculos de sus piernas. Mientras que su torso era cubierto por una camisa blanca de seda y su cabello era decorado por un listón plateado. Era pura poesía.

Pensaba quedarsele viendo toda la noche, pero tuvo que dejar su bebida y moverse rápido cuando observó que alguien más estaba a punto de intentar rodear al rubio por la espalda.

Tuvo que empujar a un poco de gente que le lanzó miradas molestas y que luego siguieron bailando como si nada. Cuando llegó cerca de los dos, el rubio seguía bailando sin importarle quién lo estuviese abrazando.

—Él está conmigo —dijo con voz firme cuando tocó el hombro de ese chico que se le estaba pegando como chicle al otro.

—Ah —este se dio la vuelta y levantó las cejas sorprendido, lo había reconocido. —Lo siento hyung.

Se retiró de inmediato y este se quedó atrapado en medio de la pista con el chico rubio que seguía bailando a pocos centímetros de él. El ritmo de sus palpitaciones aceleró y el frenesí de la fiesta se apoderó de él.

Sus ropas se rozaron y lo siguiente que pasó fue que tomó de las caderas al rubio para darle vuelta y admirar su precioso rostro.

Inconscientemente se relamió los labios al ver los pequeños y abultados labios de cupido del más bajito. Abrió los ojos almendrados achocolatados y sintió perderse en esa mirada soñadora.

—¿Bailas conmigo, guapo?

Antes que dijera esas palabras, había estado a punto de sacarlo de allí, llevarlo a casa y regañarlo por embriagarse pero ahora su mente no estaba funcionando con normalidad.

Le sonrió, fascinado por esa sonrisita dulce que le estaba mostrando.

Empezaron a bailar pegados, cada parte de sus cuerpos adhería al del otro tanto que habría sido imposible pasar ni una hoja de papel en medio. La música en ese momento había cambiado a otra más sensual y movida.

Los labios del rubio rozaron su cuello procandole un cosquilleo agradable que hizo erizar su piel aunque tuviera mucha calor. Inclinó el rostro para mirarlo, en el mismo momento en el que el otro levantaba su cara.

Ese movimiento de parte de los dos, provocó que por un breve momento sus labios se rozaran. Entonces pareció que todo a su alrededor se desenfocara.

Solo estaban ellos, abrazados, moviéndose lentamente, con los labios entre abiertos, el corazón latiendo a mil y respirando el mismo aire.

—Bésame.

El rubio cerró los ojos y esperó a que el otro hiciera el primer movimiento.

No hubo lucha interna, ni ninguna duda por parte del otro. Esa noche, sólo quería vivir con libertad, abrazar y besar hasta cansarse.

Tomó suavemente el mentón del bajito, lo levantó y se inclinó para darle un suave beso en la comisura de su boca. Y aunque en su cuerpo había cierta cantidad de alcohol, recordaría perfectamente todos los detalles de ese beso que fue creciendo poco a poco.

Empezó siendo dulce, tierno. Sus labios se rozaban curiosos de explorar. Luego fue el momento de que sus lenguas se entrelazaran. Entonces el beso se volvió más profundo y húmedo.

El lindo chico rubio gimió por lo bajo, terminando el beso para retomar aire. El juego de luces iluminó por unos segundos su rostro, mostrando sus ojitos llorosos.

El otro comprendió de inmediato que, sin querer, había sido muy rudo en el beso, pues le había mordido la punta de la lengua.

—Perdón, lo siento —se disculpó de inmediato sintiéndose preocupado y repitiendo sus disculpas una y otra vez.

Besó con ternura sus mejillas suaves y secó la pequeña lágrima con los labios. Sus brazos apretaron más su cuerpo, sorprendiendose de lo delgada que era su cintura y lo tónicos
que eran sus músculos debajo de la camisa de seda.

A sus ojos, no había persona más encantadora que el que tenía frente a él. Inclinó el rostro, su corazón sonrió y sus labios buscaron nuevamente los del otro, esta vez, siendo más atento y delicado.

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Hola, de lo bueno que me ha dado este 2020
es que descubrí este maravilloso shipp.

Espero que disfruten de esta historia.

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𝑻𝒊𝒏𝒚&𝑺𝒉𝒊𝒏𝒆 ♡ {𝙼𝚒𝚗𝚜𝚞𝚗𝚐}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora