♡✰Labios suaves y bien hidratados con sabor a melocotón. Unas caricias delicadas en el rostro que acompañan el movimiento ritmado de un beso lento, profundo y adictivo.
Todo pasa en una noche en la que Jisung se vuelve adicto a esos seductores beso...
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POV Jisung
Lo primero que recordé apenas desperté fue ese extraño sueño que había tenido.
Era tan nítido, como si todavía sintiera ese calor en mis labios... Por Dios, ¿de verdad eso había pasado?
¿Bajo qué hechizo mágico había dejado que pasara eso?
Esto era un problema porque no se supone que debo andar por allí dejando que mi hyung me bese... Bueno seré sincero, también lo besé y qué bien se sintió.
¿De los mejores besos que me han dado?
Debor admitir que sí.
Pero ¿ahora qué pasaría entre nosotros?
Será algo vergonzoso hacer las cosas que hacíamos antes sin sentirme nervioso.
Mi mente ya estaba elaborando todo eso a mil cuando escuché el celular sonando en algún lado de la habitación.
Me puse a buscarlo hasta que al final lo encontré.
>>>>Llamada entrando Juyeon
¡Juyeon! Lo había olvidado por completo, debía encontrarme con él para el desayuno y ya era algo tarde.
—Hola —contesté saliendo de la cama a toda prisa.
"Buenos días Hannie, te llamo para decirte que aún voy de camino, hay tráfico llegando a la estación, así que por favor esperame".
—No, tranquilo, haz con calma. Y-yo igual voy de camino.
"Ok, ten cuidado, te veo en un rato".
Miré la hora, eran las 7 pasadas, aún era temprano, pero debía apresurarme.
Me duché rápidamente y corrí a vestirme. Los demás chicos todavía dormían así que traté de no hacer ruido.
Preparé la bolsita con dentro la bufanda que Juyeon me había prestado el día que nos conocimos. También saqué de la refri unos dulces que mi mamá me había dado, quizás le gustarían.
Estaba terminando de arreglar todo cuando sentí una presencia detrás de mi.
—¡Hyung! Me asustaste —salté asustando.
En medio del pasillo oscuro estaba Minho con aire todavía adormilado.
—¿A dónde vas tan temprano? —preguntó entrando a la cocina y observando el paquete que estaba haciendo.
—Iré a desayunar con Juyeon.
—¿Porqué?
Me daba risa verlo todavía medio dormido, con el cabello desordenado, parecía un poco desorientado con un puchero caprichoso en los labios. Era muy lindo, como un Minho de cinco años.
