♡✰Labios suaves y bien hidratados con sabor a melocotón. Unas caricias delicadas en el rostro que acompañan el movimiento ritmado de un beso lento, profundo y adictivo.
Todo pasa en una noche en la que Jisung se vuelve adicto a esos seductores beso...
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Una alarma sonó en mi cabeza cuando su mano bajó por mi hombro y él se inclinó para acercarse.
Quería que alguien en ese momento hiciera irrupción en el cuarto, que sonara la alarma de evacuación... No esperen, mala idea. Ya tenía suficiente con una sola persona viéndome raro porque apretaba la almohada contra mi estómago.
Con toda la rapidez de la que fui capaz me levanté a sentarme y ahora lo único que me separaba de pasar pena era mi almohadita celeste de ositos.
No me juzguen, yo soy muy masculino, la conservo porque me la regaló mi linda mamá.
Minho notó que estaba en la defensiva, si antes tenía sueño ahora se me había ido por completo y lo que más quería era correr al baño y darme una buena ducha helada.
¿A dónde estaba Changbin cuando tenía que aparecer en el momento menos oportuno?
Ese era el momento.
—Hannie ¿estas bien?
—Sí, lo normal —murmuré pasándome una mano sobre mi cabello enredado.
—Tus mejillas —levantó el brazo y tocó mi piel con el índice. —Están rosadas y un poco calientes, ¿quizás tienes calentura?
Negué con la cabeza.
—No hyung tranquilo, después de bañarme se me quita todo.
Me siguió viendo no muy convencido.
—Te ves muy lindo recién despierto —dijo acercándose nuevamente y tomando una de mis mejillas entre la punta de sus dedos y jalando un poco.
—Duele —me quejé volteadome para otro lado.
—Solo quiero hacerte mimitos, ven aquí —me rodeó con sus brazos y quiso empujar de lado la almohada. —Quita esto, es incomodo.
Estaba que me moría. Tenía que hacer algo.
—Hyung, escucha —como pude me liberé de su agarre y jalé de la almohada para taparme bien. —Me urge ir al baño y bañarme. Ahora me voy a desvestir, así que podrías salir, ¿por favor?
—Está bien, pero esto no termina aquí —y volvió a pellizcarme la mejilla antes de levantarse e ir a la puerta.
Ya estando solo, al fin pude relajarme. Tiré un suspiro de alivio, eso había estado cerca. Casi se me escapaba un sonido raro cuando quiso quitarme la almohada, todo ese rozar me había alterado más.
Tiré la almohada a un lado y antes de hacer cualquier cosa fui a la puerta para echarle llave, es mejor ser precavido. Estaba a un metro de distancia cuando esta se volvió a abrir de golpe.
