🍭15. Rosadito

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Sus manos fueron a los primeros botones de su camiseta, desabotonó el primero, luego el segundo

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Sus manos fueron a los primeros botones de su camiseta, desabotonó el primero, luego el segundo...

—Hyung, deja de hacer eso —puse mis manos sobre las suyas para detenerlo.

—¿Porqué? —murmuró despacio mientras se inclinaba hacía mí, acercando su cara a la mía.

Por instinto me moví hacía atrás, sentí la pared perfilarse contra mi espalda, mientras tanto él seguía acercándose, sentía su respiración sobre mi piel.

—Estás muy cerca —me quejé tratando de empujarlo levemente con las manos.

Normalmente el hecho de que él se me acercara tanto no me afectaba, pero últimamente los latidos de mi corazón se disparaban de la nada y luego mi cuerpo se volvía caliente por ningún motivo. 

Tampoco ayudaba el hecho que Minho fuera un chico tan innecesariamente guapo. Su mirada era dulce y cautivadora, tenía esa cosa especial que me hacía sentir tan pequeño, era como si disfrutara arrinconarme y verme nervioso. 

—No te he abrazado en todo el día así que ven aquí —alargó sus brazos y dio una palmadas sobre sus piernas para que me acomodara. 

Sostuve su mirada, pero no me moví.

—Hyung, ya es tarde, deberíamos descansar... —empecé a negar. 

—No me voy a ir sino me das un abrazo. 

Entrecerré los ojos y suspiré. Había ganado. 

Me incliné hacia él con los brazos abiertos, apoyé la cabeza entre su cuello y su hombro mientras que sus brazos me rodearon por la cintura. Sentí su respiración sobre la piel de mi oreja. Me gustaba mucho el aroma a fresco y limpio que desprendía. 

¿Alguna vez han recibido un abrazo cálido? 

De esos que te hacen sentir querido porque se prolongan por más tiempo, con calma, mientras las manos del otro masajean tu espalda y puedes sentir el latido ritmado de su corazón. 

Cerré los ojos y sentí como mis músculos se relajaban, no tenía idea que hasta hace un rato había estado tan tenso. Era como si todo el peso de ese día hubiese desvanecido dejando una sensación de paz y tranquilidad. 

Y cuando él quiso apartarse, fui yo quién no lo quiso dejar ir. 

—Un momento más. 

Lo sentí reír suavemente mientras volvía a abrazarme. 

—Hace un segundo ni si quiera me querías cerca. 

—Uno puede cambiar idea —murmuruñé sobre la tela de su pijama. —Además me gusta ser abrazado. 

—Lo sé que te gusta que te abrace, aunque nunca me lo digas. 

—Ya te he dicho que me gustan tus abrazos. 

𝑻𝒊𝒏𝒚&𝑺𝒉𝒊𝒏𝒆 ♡ {𝙼𝚒𝚗𝚜𝚞𝚗𝚐}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora