(Este es un especial solo rubegetta, no me importa si Rubén tiene 18 vamos a fingir que samuel tiene 28, luego lo aclaro)
Rubén despertó con la frente sudorosa y corrió al cuarto de sus padres recordaba calmarse siempre durmiendo con ellos al llegar a la habitación de sus padres notó que estaba vacía se alarmó y le llamó a su amigo samuel.
¿Que pasa chiqui? - contesto samuel un tanto molesto porque siempre que intentaba salir a divertirse se sorprendía con una llamada de Rubén.
Sam mis padres no están - samuel se sorprendió al oír eso - t-tengo miedo.
Chiqui pero... - no entendía el comportamiento de su amigo - tus padres... - la llamada fue colgada.
Un dolor intenso apretó el corazón de Rubén, lo había olvidado otra vez, sus padres habían muerto dos años atrás y el casi todas las noches cuando tenía pesadillas lo olvidaba e iba a la habitación de sus padres llorando, se sentó en la orilla de la cama llorando, estaba harto de tratar de olvidar a sus padres porque no podía, aun los necesitaba, si, ya era un adulto pero eso no hacía que dejara de extrañar los dulces besos en la frente que le daba su madre o las palabras de aliento que siempre le decía su padre y ya estaba harto de fingir siempre para sus subscriptores que lo había superado y que todo estaba bien, bajó a la cocina y rebuscó en las alacenas aquellas píldoras que le había recetado el psiquiatra sabía que le hacían mal pero lo único que quería era dejar de sentir aquel dolor tan intenso y no le importaba si se moría, a nadie le importaría ¿cierto?, sus subscriptores solo eran números en una pantalla personas totalmente desconocidas para el que quizá se alarmarían por su desaparición pero que con el tiempo sólo enterrarían con sus recuerdos olvidados, por fin encontró las dichosas pastillas ocultas en un lugar inaccesible para el.
Doblas - se oía en la puerta llamando - abreme doblas.
No, el quería estar solo no quería que samuel estuviera allí, al pensar en que nunca podría alcanzar ese bote de pastillas pensó en algo mas práctico, un cuchillo de cocina, tomó el afilado cuchillo entre sus manos dispuesto a cortarse.
Deja eso doblas - Rubén había olvidado que samuel poseía las llaves de aquella vivienda, se le iba acercando a Rubén lentamente - por favor chiqui suelta ese cuchillo.
D-dejame en paz - se dirigió a samuel con una voz temblorosa - no me queda nadie, a nadie le importaría si hiciera esto - dijo eso con resentimiento y lágrimas en los ojos.
Te equívocas, a luzu, mangel, willy y a mi nos importas mucho - se acercaba casa vez mas al de cabello teñido.
Mientes - le gritó mientras las lágrimas salían a montones - si de verdad les importara me hubieran dejado irme con ellos.
Rubén por favor - samuel también tenía lágrimas en los ojos el los quería casi como si fueran sus padres - ellos no hubieran querido esto, ellos querían que tu estuvieras bien.
Pero ya no están - se relajó soltando el cuchillo y poniéndose de cuclillas para llorar - no lo entiendes, nadie lo entiende, nadie entiende el dolor que siento.
Ellos fueron como mis padres - también estaba llorando pero en menor medida que el menor - no voy a dejar que hagas esto, eres lo único que me queda de ellos.
Rubén comenzó a llorar con mas fuerza, no quería aceptar que sus padres se fueron hace tiempo ya pero no podía negar que samuel siempre estuvo para el y que aunque sus padres no estuvieran samuel si estaría ayudándolo a superar su dolor y evitando que se sumiera en su depresión, así es, Rubén empezó a sufrir depresión después de la pérdida de sus padres e intentó suicidarse en múltiples ocasiones pero no fueron fructíferas gracias a los esfuerzos de sus amigos, en cuanto a samuel el no quería perder lo que quedaba de las personas que fueron como sus padres, aquel chico lindo de ojos verdes al cual protegería aunque le costara la vida porque lo amaba mas que a cualquier otra cosa en este mundo, samuel estaba seguro que era mas que un amor de hermanos o amistad pero con la condición del chico prefería no profundizar en el tema además de eso le había prometido a la madre del menor que siempre lo cuidaría.
Deberías ir a un psiquiatra - ya habían llevado al menor a uno pero a ese idiota solo le importaba el dinero.
No quiero - recordaba la ultima vez que había ido ese tipo le trataba mal y le gritaba alegando que era la única forma de que mejorara pero eso no hacía mas que empeorarlo todo - no lo necesito.
Pero Rubén si casi te suicidas otra vez - los ojos de samuel volvieron a aguarse - esto cada vez es mas frecuente y tengo miedo Rubén.
Lo siento ¿si? - en realidad no estaba tan arrepentido - no pasará de nuevo.
No, esto no es una broma Rubén - samuel se acercó al menor - ¿que pasa si logras suicidarte? ¿Entiendes lo que eso sería para los chicos o para mi? - cada vez mas lágrimas caían por los ojos del pelinegro - no quiero perderte Rubén, tienes que hacerlo no por mi sino por ti y tu salud y no aceptaré un no por respuesta.
Esta bien - aceptó a regañadientes pues no quería tener que asistir a ningún psiquiatra, no estaba loco, bueno, no del todo.
Es por tu seguridad chiqui - abrazó al de pelo teñido, llevaba varios años temiendo que podría ser el ultimo que pasara con doblas, le quería y mucho, pero el no podía hacer que cambiara de opinión.
Como sea - por la mente del menor solo pasaba el echo de que jamás le permitían hacer lo que el quisiese, si, tal vez era suicidarse pero seguía reacio a la idea de ser de nuevo feliz, cuando sus padres partieron de este mundo se llevaron consigo la felicidad que le quedaba, el siempre había sido un chico un tanto distante cuando no te conocía pero cuando se abría era muy guay, sufría de depresión desde pequeño pero junto a su madre y su padre siempre sonreía de verdad pero cuando ellos se fueron todo cambió para mal ahora la mayoría de sus sonrisas son fingidas y no siente la felicidad verdadera, solo esperaba a librarse del cuidado de samuel para intentar de nuevo quitarse la vida, ya no quería estar en este mundo, un mundo falso donde todos entregan cariño falso incluso se atrevía a juzgar a sus amigos por hacer eso.
Lana tuvo problemas de autoestima - habló samuel sabiendo que el chico le escuchaba - quizá te haga sentir mejor el hablar con alguien que conozcas - no quería apresurar las cosas y menos si estaba en juego la vida de Rubén - no es un psicólogo pero el podría ayudarte un poco, bueno, mientras busco a uno de verdad.
¿Porque te empeñas tanto en esto? ¿No es más fácil dejarme morir y ya? - no quería sonar grosero pero se lo preguntaba día y noche.
No digas eso doblas - samuel se acercó y tomó la mano de su amigo - te quiero mucho chiqui - tomó la mejilla del menor - no puedo permitirme el perderte, no me importa si es un trabajo de toda la vida o si pierdo antes la mía pero te voy a cuidar y querer siempre chiqui - besó la cabeza del menor.
Por primera vez Rubén sintió algo más en su corazón que solo dolor algo que a pesar de ser raro era reconfortante, le agradaban de una manera que no llegaba a comprender las palabras del contrario era como si sanaran mil heridas con la mirada que le dedicaba samuel era imposible creer que eran mentiras, Rubén estaba confundido pero de una manera que le gustaba estarlo, sentía que podía creer todas las mentiras que samuel le dijera y no le importaría pero no eran mentiras ¿verdad? Por supuesto que no, no esta vez, esta vez eran la realidad mas pura y bonita que Rubén pudo haber escuchado una verdad que solo samuel era capaz de pronunciar y aquella que ponía a saltar de nuevo al corazón destrozado de Rubén.
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Casados por accidente (Luzuplay)(terminada)
FanfictionPor culpa de una borrachera luzu y auron terminan casándose en las vegas por accidente.