IV. UNA MISIÓN DE RESCATE

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Yûki cayó sobre su espalda completamente agotada, el golpe la había dejado prácticamente sin aire, por lo que Neji acudió en su ayuda al ver que no se movía, la chica se levantó un segundo después quedando sentada en el césped mientras se apoyaba en las manos, miró jadeante como su compañero le tendía la mano, –Volvamos a casa –le dijo serenamente, ella lo observó por un instante mientras recobraba el aliento, aceptó su mano y se puso en pie, empezaron a caminar fuera del campo en dirección al complejo Hyuga.

Durante el camino solo podía pensar lo mucho que le gustaba entrenar con Neji, es verdad que siempre terminaba agotada y con alguno que otro golpe, pero por otro lado, no había otra persona con la que pudiera explotar su potencial de lucha como lo hacía con él, a menudo entrenaba con Hinata, quien había mejorado bastante sus habilidades, sin embargo, en ningún momento se permitía usar toda su fuerza durante las prácticas, por más que le insistiera que pelearan al máximo, estaba segura que su amiga se reprimía así misma, por el simple temor a lastimarla, no importaba la técnica que usara o la forma del ataque, Hinata evitaba a toda costa golpearla con su máximo poder, era una lástima, estaba segura de que su fuerza podría fácilmente superar a la de su primo, aunque se consolaba a sí misma pensando que en un combate de verdad no dudaría en pelear con todo.

En cambio, Neji era otra cosa, no se reprimía e incluso la retaba a atacarlo, lo que le gustaba, ambos se ayudaban y mejoraban sus técnicas, ella le mostraba los puntos débiles y él la forzaba a ser aún más rápida, en ningún momento se detenían y pasaban horas entrenando, claro cuando no se encontraban en misión, como en ese momento, casi agradecía que Hinata estaba en una misión ese día pues llegaba a sentirse incomoda dejándola a un lado en el campo, la chica siempre decidía sentarse a observarlos mientras practicaban, cosa que parecía gustarle mucho.

Durante el regreso a casa ninguno habló, sin embargo de improviso el ojiperla lanzó un leve suspiro lo que llamó la atención de su acompañante, –¿Todo bien Neji-niisan? –preguntó dubitativa, –Claro, hace mucho que no hacíamos esto, estoy realmente agotado –le contestó mientras masajeaba uno de sus hombros, –Es una lástima que Lee-kun y Tenten-chan no pudieran acompañarnos –este último comentario hizo que el Hyuga se tensara y mostrara lo que para Yûki era un ligero sonrojo, nadie dijo nada después de eso, pero la chica sabía que tendría que hablar seriamente con su compañero, aunque no en ese momento...

La comida en casa de los Hyuga siempre era algo revitalizante, y la conversación, bastante amena le impedían a veces abandonar el lugar, pero ese ya no era su hogar y debía volver a su apartamento, llegó a casa pasadas las 6 de la tarde, realmente estaba agotada, para esa hora incluso los dolores musculares comenzaron a apoderarse de su cuerpo, lo único que quería era tomar un baño e irse a dormir sin importarle la hora, apenas estaba llenando la tina cuando unos golpes en su puerta acabaron con sus planes, abrió la puerta impaciente, dejando ver a un ninja ANBU con máscara de zorro –¿Yûki Yagami? –preguntó con voz serena, ella solo asintió sorprendida de que alguien así la buscara a esa hora, –Lord Hokage la solicita en su oficina –diciendo esto se esfumó en una nube de humo, apenas salió de su asombro se dirigió al baño para cerrar la llave del agua, su ducha tendría que esperar.

Llegó a la torre lo más rápido que sus piernas le permitieron, aún era temprano pero las calles no parecían muy transitadas, una pequeña carreta a las puertas del lugar llamó su atención pero continuó su camino rumbo a las oficinas, dos ninjas custodiaban la entrada, uno le preguntó su nombre y al decirlo le permitieron pasar, dentro de la torre había bastante gente caminando de un lado a otro con pergaminos y hojas de papel en mano, nadie le prestó atención, por lo que ni siquiera interrumpieron su camino, llegó a la oficina de Kakashi, no estaba allí desde hace ya varios días, por lo que se preguntó cuál era la urgencia, dio dos pequeños golpes y esperó la indicación de entrar, abrió la puerta y entro a la oficina, grande fue su sorpresa al encontrar al Uchiha dentro, sentado en una de las sillas frente al escritorio, se veía un tanto molesto, Kakashi sin embargo la miro y la invitó a sentarse al lado de Sasuke.

La Elección Correcta (Sasuke y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora