XII. RECUERDOS

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–No debiste usar esa técnica –dijo la pelirrosa con tono de molestia mientras trataba de curar la mano de su compañera –Pudiste dañar tu red de chakra y eso podría dejarte sin realizar jutsus –Yûki sabía perfectamente de lo que hablaba su colega –Lo sé, pero estaba preocupada por ustedes, no podía esperar a que llegaran a sacarme –contestó la azabache serenamente viendo la pequeña luz verde que emitían las manos de Sakura, –Me costó años aprender a golpear de esa forma, no puedes hacer algo así de un momento a otro sin practicarlo antes, –De acuerdo, de acuerdo ya entendí –Respondió un tanto fastidiada por la insistencia de la pelirrosa que no dejaba de mirarla con molestia.

–Todo el lugar se derrumbó, no queda nada –Dijo Sai acercándose a las chicas –tal vez podríamos pedir un equipo de búsqueda, pero tardará unos días.

–Envía a Naruto-kun y a Sasuke-kun a buscar uno de los cadáveres, si lo analizan tal vez podamos averiguar algo más –ordenó la capitana a su compañero, –Ya lo hicimos –contestó el Uchiha llegando con Neji y Naruto hasta su ubicación, los tres estaban bastantes serios e incluso el Hyuga parecía molesto –No queda nada ¡De veras! –gritó el rubio con rostro confundido –¡Como si se hubieran derretido! –volvió a decir haciendo ademanes con ambas manos.

–Solo queda esto –Le dijo Sasuke entregándole un pequeño frasco de muestras con una masa de color blanquecino en el interior.

–Ok –dijo la azabache tomando el frasco e inspeccionándolo al momento que lanzaba un gran suspiro –Al menos tenemos uno de los pergaminos... Sai-kun, envía un mensaje a la aldea, que envíen un equipo de búsqueda y rescate lo antes posible –El mencionado asintió ligeramente y se dirigió al campo para seguir su orden, Yûki se colocó de pie lentamente para quedar frente a su equipo –Nos quedaremos aquí hasta que lleguen para evitar que alteren el lugar –Todos acataron la orden y se separaron para preparar el campamento...

Una vez instalados, el equipo se preparó para dormir, Sasuke se ofreció a realizar la primera guardia y nadie objetó ese hecho, todos estaban agotados...

Varias horas después, el lugar se envolvió nuevamente en el silencio y la quietud de la noche, dejando a los ninjas descansar tranquilamente en sus tiendas, esa pequeña tranquilidad apenas fue turbada por el conflicto personal del Uchiha, quien previendo la situación se había alejado lo suficiente del campamento...

–Una vez más –murmuró el azabache, se encontraba parado en un pequeño claro no muy lejos del campamento, el cansancio se reflejaba en su rostro a manera de unas cuantas gotas de sudor y un ligero jadeo, llevaba ya bastante tiempo intentando sin conseguir su objetivo, con pesadez activó su sharingan enfocando claramente el campamento donde sus compañeros descansaban, pudo ver perfectamente sus firmas de chakra, dirigió su vista en un punto en específico y luego trato de activar su mangekyou sharingan y de nueva cuenta, tal como las veces anteriores, un dolor punzante recorrió sus ojos hasta llegar a su cabeza, era tan fuerte que tuvo que llevar sus manos hasta sus sienes y detener sus intentos, ¿Qué demonios pasa? pensó tratando de recuperar el aliento, desde hacía ya varias semanas que trataba de activarlo sin éxito, estaba empezando a desesperarse por la situación, pues simplemente cuando más lo necesitaba no podía utilizarlo. Se dejó caer con dificultad sobre sus rodillas, debido a que un fuerte mareo lo había golpeado obligándolo además a desactivar su doujutsu, en ese momento el ruido de unos pasos entre la maleza llamo su atención.

–Sasuke-kun ¿te encuentras bien? –la pelirrosa apareció de detrás de unos árboles y avanzó hasta él un tanto preocupada por su estado, sabía que algo andaba mal desde que no había podido pelear adecuadamente contra sus enemigos –Déjame ayudarte –murmuro extendiendo sus manos para ayudarlo a levantarse, sin embargo, no alcanzó a tocarlo pues el Uchiha la detuvo tomándola por las muñecas.

La Elección Correcta (Sasuke y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora