Capitulo XX: Resurgir

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XX

La recuperación de Hallie había sido más rápida de lo esperado, aún tenía algunas marcas en sus manos pero según Harvey desaparecería pronto, lo mejor de todo, ya no dolían. Los moretones en su rostro ya no estaban, se sentía mucho mejor. El apoyo emocional de los chicos y de la abuela Maeve y Hannah la ayudaban, como una especie de medicamento.

Ese día seria dada de alta, Zander y compañía habían ido al hospital para llevarla a su departamento y regresar a su vida normal.

Louis la había acompañado a la habitación de Maeve, era claro que no se iría sin despedirse sin antes darle las gracias por haberla acompañado en ese proceso. Cuando llego ahí estaba ella, como siempre, aunque ahora también se encontraba Hannah.

-Es hora de irme, abuela Maeve- dijo Hallie en un tono triste.

-Sigue con tu camino, pequeña. Recuerda que ahí afuera es un peligro y aun estas expuesta a todo. ¿Nos veremos pronto?

-Es una promesa.

Hannah la miraba con la mirada baja, a punto de romper en llanto, entonces se acercó a Hallie.

-¿Tienes que irte?

-Ya me recupere, sería insensato seguir aquí.

-¿Es insensato que nos sigas viendo?

-Oh pequeña, claro que no. Prometo venir a verlas siempre que el tiempo me lo permita.

La pequeña sonrió alegre y la despidió con un gran abrazo al igual que Maeve. Antes de salir de aquella habitación las volvió a ver, y les dedico una linda sonrisa.

Caminaron hasta donde se encontraban Jay, Zander y Harvey, casi a punto de salir de aquel hospital.

-Hallie- hablo Zander -. Hay alguien que quiero que veas.

-Nos vemos, Hall- dijeron Louis y Jay al unísono y entonces se fueron, dejando a Zander y Hallie solos. Harvey se adentró de nuevo al lugar.

-¿A quién exactamente?

-Quiero que me acompañes.

Hallie lo siguió, se subieron a un taxi y aquel hombre comenzó a conducir hasta un parque. Específicamente, Grant Park. El viaje fue algo rápido, pero Hallie estaba algo emocionada y asustada a la vez. No sabía a quién vería.

Pagaron al chofer y entraron a aquel parque, caminaron hasta la fuente de Buckingham. Y había mucha gente alrededor.

Nadie decía nada al respecto, solo se sentaron en una pequeña banca y esperaron, pero ella no sabía a quién exactamente, además de que había muchas personas y era prácticamente imposible saber quién iría hacia ellos.

De pronto, Zander la observo.

-Hallie, quiero que cierres los ojos.

Hallie no dijo nada e hizo caso. Cerró lentamente los ojos y nuevamente espero. A los pocos segundos, Zander volvió a hablar.

-Puedes abrirlos.- y ella lo hizo. Peor en ese momento, supo que había alguien más al frente de ella. Lo observo con sumo cuidado, y lo comenzaba a reconocer -. Los dejare solos- y él se fue.

Hallie no podía creer realmente si era quien pensaba. Aquel chico tenía una vestimenta algo casual: Camiseta negra a cuadros, negra y roja. Un pantalón negro ajustado y tenis de aquel mismo color; Su cabello escuro y ojos cafés que tanto le caracterizaba y que Hallie tanto recordaba. Aquella vista bajo los lentes de aumento.

-No puedo creer que enserio seas tú.- Dijo él. Y ahí fue el momento en el que finalmente supo de quien se trataba. Años antes se habían conocido de Rockford, todo gracias a un momento algo inoportuno pero que sería el comienzo de una gran historia.

Ephimeral©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora