Esta frunció el ceño al no entender pero sus facciones cambiaron al mover la última tela que cubría el presente encima de su escritorio. Aquel trozo que tenía en la mano cayó hasta llegar al piso y cada segundo parecía una hora, el horror tomó lugar su mente al igual que la carta caía al suelo. Esa mañana lo había visto por última vez para recibir el reporte diario de los movimientos de su abuelo, la cabeza de su espía James se encontraba encima de su escritorio, el cuello estaba totalmente cauterizado, razón por la cual no caía sangre.
El pecho se le encogió y comenzó a respirar irregularmente, las palabras las tenía contenidas en su garganta y su mente estaba hecha un lío.
"Es un maldito"
Si bien ese hombre era bastante reservado con su vida familiar, Anna sabía que poseía una familia, esposa, hijos. Chirriaron los dientes al pensar que debía darles la noticia, ver a aquella mujer destrozada y aquellos niños sin saber porque su madre llora. Aquel pensamiento cobraba más fuerza y la furia comenzaba a inundar su cara, se apoyó en el marco de la ventana para no caer mientras su mirada aún seguía perdida, se sentía enferma y destrozada, intentaba idear un plan en su cabeza, alguna especie de contra jugada pero le era imposible, aún presa de la rabia no iba a tomar ninguna decisión con la cabeza caliente, al cabo de unos segundos con los ojos cerrados y toda su espalda apoyada contra la pared, logró articular algo.
- ¡GUARDIA! – Este grito fue gutural, desde las mismas entrañas salió, este se escuchó hasta la primera planta, donde Elsa se encontraba. Esta miró de inmediato hacia arriba y comenzó a correr hacia el despacho de la reina.
- Majestad – En unos segundos apareció un soldado de palacio cuadrándose delante de la monarca.
- Necesito que te lleves esto, Elsa no debe saber... - Y con esto la puerta se abrió más, apareciendo la platinada a un costado del soldado.
- Su alteza – hizo haciendo una reverencia aquel hombre.
- ¿Qué ocurre? – Al pasar el portal observó la cabeza que se encontraba encima de la mesa, Elsa se quedó congelada y con un suspiro retenido por un par de segundos sin embargo subió la mirada hacia su hermana que yacía sorprendida. – Ha sido él, ¿Cierto? – Anna asintió con los ojos llorosos, la rubia soltó un suspiro de rabia, sabía que esto lo hacía para provocar y así forzar una guerra. Esta misma se acercó a la mesa dándose cuenta que era aquel hombre que venía todas la mañanas a informar a su hermana, envolvió la cabeza con mucho cuidado y se dirigió al soldado que veía congelado todo esto. – Necesito que informen a su familia sobre esto, el será cremado respetando la tradición que ellos profesan, mañana mismo se hará la ceremonia. De lo demás nos encargaremos nosotras. – Este asintió y se retiró obedeciendo a Elsa.
Anna yacía sentada en su escritorio con ambas manos apoyando su cabeza, aún no podía pensar con claridad, ante esto la rubia la miró y se sentó a su lado, encima del escritorio.
- Anna... - Esta llevó su mano a su cabeza, acariciando dulcemente sus mechones pelirrojos.
- El jamás se detendrá Elsa... - Su voz yacía apagada, el solo pensar que aquel hombre quería matar a su hermana, su mundo se le venía abajo.
- Él quiere que pienses eso pero oye, no estás sola en esto.
- Eso es lo que me preocupa, mis decisiones solo han traído desgracias y no quiero que más gente muera... me asquea pensar que soy culpable y que lo seré en un futuro – Elsa no iba a dejar que continuara hablando así, esta tomó el mentón de Anna e hizo que la mirara a la cara.
- Nadie más morirá, no si yo estoy aquí, no si estoy a tu lado – Sin embargo la mirada triste de la reina no cambió, esto la inquietó un poco, sabía que había algo más allá - ¿Qué pasa?, tú sabes que puedes contarme.
- Elsa... si te pido mañana que corras, ¿Me harás caso? – Elsa mantenía fija la mirada, aún confundida.- No solo te lo pediré como tu hermana o amante, sino como tu reina. Te lo preguntaré otra vez, ¿Confiarías en mí si te digo que huyas y que no regreses?
- No estoy entendiendo, mi deber es protegerlos, jamás huiría Anna. ¿Por qué me preguntas esto?
- Elsa... necesito ponerte a salvo. Él no se detendrá hasta tenerte en sus mugrosas manos y no podría soportar eso, el no saber qué cosa te hará o que simplemente te mate, no lo soportaría. – Esta comenzó a sollozar y la rubia bajó hasta su altura para abrazarla – Elsa, tú eres mi mundo, no estaré tranquila si no estás sana y salva, si te llega a pasar algo jamás... nunca jamás me lo perdonaría, se llevarían la luz de mi mundo y quedaría desolada, totalmente a la deriva en un mar descontrolado. – La angustia de sus palabras caló al en el pecho de la mayor, entendía a lo que se refería, se sentiría igual si a Anna le llegara a pasar algo. Consoló a su hermana unos minutos más antes de tomar con ambas manos sus mejillas y mirarla con dulzura a los ojos. – Jamás me sucederá algo, mientras esté a tu lado sé que no me va a pasar nada e igual contigo, no nos pasará nada mientras estemos juntas, ¿Está bien?
La reina asintió limpiando su nariz, se sentía agotada emocionalmente por todo lo acontecido y se hacía notar en su semblante. La mayor hizo que se rodeara su hombro con su brazo y la tomó en brazos hasta su cuarto para descansar, no la iba a dejar sola, los quehaceres los habían completado así que no había de qué preocuparse. Sentó a su hermana en la cama y le sacó los zapatos, esta hizo lo mismo y ambas se acurrucaron una al frente de la otra.
- Nunca nos pasará nada, hermanita – Y en sus brazos, Anna se durmió. Elsa continuó acariciando su cabeza, no podía creer lo vil que estaba siendo su abuelo al cometer todos esos actos y realizar toda esa conspiración en contra de ambas.
El cielo continuaba su curso y a su vez el sol también, la orden de cazar había sido entregada a los chicos Nattura y Bjorgman, era temporada de ciervos y el chico castaño estaba acostumbrado a la caza por ende decidió ayudar a Kristoff a mejorar la puntería con el arco.
- Muy bien, pequeño – Le revolvió el pelo mientras se posicionaba detrás de el – Lo primero que tienes que hacer es posicionar bien tus pies en la tierra, no queremos que se desvíe esa flecha. – El rubio comenzó a sentir nerviosismo, esto ya estaba siendo recurrente entre ellos, escuchando las palabras puso ambos pies semi separados – Bien, también es recomendable tener una buena postura, espero que esta espalda sea por fuerza y no una joroba. – Ryder soltó una risilla, el menor sabía que estaba bromeando pero se congeló al sentir las manos de su amigo trazando un camino por su espalda llegando a sus brazos – Ok, ahora al momento de flexionar la cuerda, necesito que infles el pecho con aire.
El dorso del rubio se expandió haciendo que ambos cuerpos tuviesen contacto, podía sentir los brazos alrededor de los suyos, aquel dorso en su espalda y entre medio de aquellas caderas...
Se sacudió la cabeza, debía estar concentrado en los ciervos, no en el cuerpo de su compañero.
- Quédate quieto, justo delante de nosotros se encuentra un ciervo. – Y en efecto, aquellos ojos color miel los tenía fijos en ese ejemplar que tenían al frente – Cuando exhales, lanza la flecha – Sin lugar a dudas iba a fallar, estaba temblando por el roce de aquel chico contra su cuerpo y no podía moverse sin embargo siguió las instrucciones de Ryder, perforando el pecho de aquel animal. - ¡Excelente, Kristoff!
El mencionado giró su cabeza quedando a escasos centímetros con el rostro de su amigo, aquellos ojos negros observaban los del otro detenidamente. Ryder pensó que podría perderse en ellos durante mucho tiempo y así fue, se quedaron así por un buen rato, el tiempo se les resbalaba de los dedos. Estos viajaron a la cintura de Kristoff acortando la poca distancia que los separaba, aquellos labios hicieron contacto en el frío atardecer, Ryder acariciaba aquel torso fuerte de su compañero mientras este se dio la vuelta para atraerlo más hacia él, lo quería cerca.
Al separarse, no soltaron palabra alguna, ambos rostros yacían sonrojados llevando aquel ciervo entre los brazos de ambos. Aunque no se hablaron durante todo el viaje, sabían que la noche caería y pues tendrían que conversar, de todas maneras, eran compañeros de tienda.
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Consorte - Elsanna Fanfic
FanfictionToma lugar después del final de la película "Frozen II".