El bosque era rondado por una neblina, los espíritus se habían resguardado en las montañas y una luz tenue se veía a lo lejos, en la penumbra, dentro de este. Los soldados habían apostado su campamento al interior de esta zona y estaban celebrando con un festín en aquella noche estrellada, Hans por su parte salía de la tienda principal para tomar asiento al lado de aquella fogata y como si el destino no jugara a los dados se halló al lado del hombre con quién jamás pensó que iba a compartir, Kristoff.
- Veo que te ha ido bien rubio, me sorprende que estés aquí con nosotros – El mencionado miró de reojo a la voz enunciante.
- Y veo que sigues teniendo pésimos modales, Westergaard. Primero se saluda – Gruñó apenas.
- Vaya, al parecer tu vida en el palacio te ha refinado querido amigo, ¿Cómo está Anna? – Inmediatamente el rubio se levantó llevándose consigo también la camisa del pelirrojo a su misma altura, el príncipe olvidó por un momento lo que era tocar los pies sobre la tierra. – Wow, wow. Solo vengo a conversar. – El rubio lo bajó lentamente mientras no le quitaba la mirada.
- Anna ya no es mi esposa, ya no más – Esa última frase la saboreó con cierta melancolía, si bien se sentía traicionado por la chica, sabía que lo que estaba haciendo no era para nada proporcional, por otro lado, el chico pelirrojo le causaba curiosidad.
¿Qué pudo haber hecho para que Kristoff decidiera unírseles? Por lo visto no era nada bueno y anotó mentalmente descubrir el por qué. Al fin y al cabo, esta era su venganza contra las bajezas que le hicieron pasar después de lo acontecido hace un par de años. Si bien su padre nunca lo alentó ni se interesó por él, ahora era la vergüenza de la familia, quería redimirse y con el Rey Runeard podía hacerlo o más bien dicho, con su verdadero padre.
Si, exactamente, sabía esta historia de memoria ya que su madre se la había contado antes de zarpar con su verdadero padre camino a las tierras vecinas hace unos días.
Todo inició aquella tarde de hace más de 30 años atrás, cuando el ataque contra los Northuldras se estaba llevando a cabo, el Rey cayó por el barranco que daba al rio, este fue arrastrado por la corriente llegando a la costa, cerca del pasadizo secreto por el cual entraron hace unos días. Estuvo inconsciente un par de días y al 4to abrió los ojos, se dio cuenta que no estaba ni en Arendelle, ni atrapado en el bosque.
Había sido apresado nada más y nada menos por su rival, el Rey Einar Westergaard de las Islas del sur.
La esposa de este Rey, por el contrario, se preocupaba de Runeard ya que al fin y al cabo seguía teniendo sangre real por sus venas, su relación comenzó a crecer a medida que ella le llevaba almendras, el fruto preferido de aquel hombre. Años después, bajo la tenue luz de un día de invierno, nació el último de los hijos de las Islas del Sur, aquella cabellera pelirroja desconcertó a Einar, por lo que siempre lo trató con desprecio y sin importancia, pensaba que había sido maldecido por tenerlo como descendencia ya que el reino "enemigo" poseía esta característica.
Pasaron los años y el chico se enteró de la verdad cuando una noche siguió a su madre hasta las mazmorras, esta sostuvo una conversación con Runeard donde le admitía que Hans era su hijo, este estuvo en una celda hasta la muerte de Einar, asumiendo el trono el hermano mayor de Hans con el cual se llevaban muy bien, liberando a Runeard y dejando que su medio hermano fuera libre.
Ya devuelto a la realidad, este pestañó y se dio cuenta que el rubio se había marchado.
"Otro día le pregunto qué ocurrió" y comenzó a beber hasta terminar cantando con todos sus compañeros.
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Consorte - Elsanna Fanfic
FanfictionToma lugar después del final de la película "Frozen II".