Los días fueron pasando conforme a los sucesos, cada mañana llegaba el espía al despacho de la reina y le informaba sobre el avance del Ex Rey Runeard, el nerviosismo yacía en el ambiente y junto con esto, las respuestas de los reinos vecinos. El reino de Corona había mandado un par de tropas para resguardar Arendelle en caso de una invasión y esto Anna se los agradeció mandando provisiones para el invierno, que de por cierto también avanzaba con braveza. Sobre todo en aquellas montañas que habrían paso al Fiordo, a ese ejército que continuaba por las planicies de este.
- Necesito que envíes esta carta a mi nieta, la Reina Anna. Debemos anunciar nuestra llegada. – Aquel mensajero asintió pero se detuvo cuando escuchó un chasquido de boca de aquel hombre. – Necesito también que hagas algo por mí.
- Lo que sea, su majestad – Este agachó la mirada y llevó su puño a la zona izquierda de su pecho.
- Necesito que le lleves además un regalo.
El jinete partió por las grandes planicies camino al Fiordo, este llevaba una bolsa en el bolsillo del caballo el presente del Rey, además de la carta.
Anna había hecho su rutina habitual por el poblado, asegurándose como todos los días que Arendelle estuviese a salvo. Habló por unos minutos con los pescadores y aunque el invierno se acercaba, le aseguraron que habían reservas suficientes al igual que con el grano, esto la alivió un montón y por último se dirigió a la entrada del pueblo para verificar la guardia, allí se encontraba el teniente Matías posando su mirada hacia las planicies, al exterior de la muralla.
- Teniente, ¿Cómo va la guardia? – Dijo la monarca descendiendo de su caballo, unos soldados lo recibieron llevándolo a unos establos cerca de allí.
- Su majestad, no hemos notado ningún cambio, ni persona externa de Arendelle. Los leñadores vuelven antes del atardecer y una guardia acompaña a los extractores de hielo al lago antes del amanecer. – La reina asintió con una sonrisa, sin lugar a dudas había hecho un excelente trabajo.
- Muy bien, usted sabe que cualquier movimiento fuera de las murallas es importante. ¿Necesita algo?, veo que estos abrigos no son para el clima que se avecina, informe a sus compañeros que mañana tendrán abrigos más gruesos para las heladas que vienen. – El teniente Matías asintió en señal de agradecimiento.
- Muchas gracias, su majestad. Apuesto que estarán contentos de recibir este regalo.
- Oh claro que no es un regalo, ustedes son indispensables para el reino y – Aunque Anna jamás interpretaba su papel de Reina al 100% esta vez se deshizo completamente de el – Aquí entre nos, les estoy enormemente agradecida por todo lo que hacen, debe saber algo Teniente, sin ustedes Arendelle estaría desprotegida. – Esta le dio una sonrisa que hizo relajar el semblante duro de aquel hombre – Además me han comentado que los Northuldra y la tropa que enviaron de Corona se han llevado bien, que han tenido avances importantes en conjunto. – Aquel hombre asintió.
- Han desarrollado un compañerismo sin igual y presiento que si llega haber un enfrentamiento, sabremos trabajar en equipo.
- Es lo primordial, Teniente. Me alegra escuchar esto, de nuevo lo tengo que felicitar por su increíble labor – y de un momento para otro, escucharon que se dirigía un caballo hacia la entrada.
- Quédese detrás de mí, mi reina – Este colocó su brazo izquierdo por delante de Anna y con el derecho desenvainó su espada, esperando al caballo que en unos segundos llegó ante ellos. - ¿Quién eres y por qué vienes? – Su voz era calmada pero con bastante autoridad.
- Eso no importa, traigo una carta del Rey Runeard – La pelirroja se quedó pasmada, ¿Cómo se atrevía después de todo enviar un emisario? – Además de un presente, como un acto de buena fe, ¿Dónde puedo encontrarla, Cabo?.
- Está ante ella – Soltó la pelirroja, colocándose adelante del Teniente – Y creo que le debe una disculpa, este hombre es nada más y nada menos que mi más fiel Teniente – El hombre no relajó su semblante tenso.
- Oh mis más sinceras disculpas... Teniente – Esto lo dijo arrastrando sus palabras, redirigió su vista a la Reina – Alteza, su abuelo me ha pedido que le dé esto – Este extendió su brazo con la carta – Y esto – Dijo extendiendo una bolsa con la mirada desconfiada de Anna, ambas cosas las recibió el soldado – Espera que pueda tomar la mejor decisión – Dicho esto, dio la vuelta y se perdió por entre las planicies, Anna aclaró la garganta después de esto.
- Bueno, iré a leerla al despacho. – Tomó ambas cosas pero el Teniente no la dejó ir.
- ¿Está segura?, si gusta yo puedo abrir ambas cosas. No hay que confiarse, nunca. – La Reina llevó una de sus manos al brazo tenso del hombre.
- No te preocupes, estaré bien – Este dudó por unos segundos pero agachó la cabeza en señal de estar de acuerdo – Oh vamos, es solo un carta y bueno... si fuese algo peligroso ya lo hubiéramos sabido, estaré bien Teniente – Esta tomó ambas cosas y se dirigió al palacio.
Entró a este y subió a la 2da planta donde estaba ubicado su despacho, dejó la bolsa encima de su escritorio y abrió primero la carta mientras tomaba asiento.
En el sobre había algo escrito.
"Léela cuando estés sola, Nieta."
Sin duda le recorrió un escalofrío por el cuerpo, aunque no se sentía ni una pizca de intimidada, aquella carta le causaba un mal presentimiento, tragó duro antes de leerla.
"Querida Anna:
Espero que te encuentres bien, he oído muchas cosas sobre ti y lo que has hecho, esperaba que me escribieras pero creo que ya has escogido un bando.
Te he ofrecido mi amistad, un refuerzo a los lazos sanguíneos que tenemos en común pero veo que no te interesa, es una pena ya que ambos podríamos ser muy poderosos.
En fin, sé que está preparada si asomo mi cabeza por allá pero no te preocupes, no será necesario. En algún punto estarás ante mí, estoy seguro y como prueba que lo que te digo es cierto, necesito que abras tu regalo."
La Reina llevó su mirada a aquella bolsa, sin lugar a dudas el mal presentimiento había subido su intensidad pero debía llegar al fondo de todo esto.
"Mientras lo abres, piensa en una cosa...
No me interesa tu reino, ni tú corona. Me interesa que esa abominación que llamas hermana desaparezca de la faz de la tierra, aquellos poderes que posee no mancharán nuestro linaje real."
Anna comenzó a desenvolver lo que había dentro de la bolsa, notó que le faltaban aún capas para ver el contenido.
"Y si no llego a realizar mi cometido, tengo un heredero que se encargará. Al parecer ustedes se conocen, deduzco que se pueden llevar mejor y encontrar una solución a todo esto"
Esto le hizo hervir la sangre a la chica, recordó que aquel patán con el que casi contrae matrimonio estaba del lado de su abuelo. Apretó su mandíbula comenzando a desesperarse por ver que le había mandado, esta apuró esta acción.
"Bueno, volviendo al tema principal, me entregarás a tu hermana antes del amanecer. Si no es así, no será necesario enviarte más presentes.
Te los llevaré a tu despacho en persona cuando todo esto termine, y la primera en la lista, será su hermana."
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Consorte - Elsanna Fanfic
Fiksi PenggemarToma lugar después del final de la película "Frozen II".