V. Agridulce reunión y tenue ilusión

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Touko's pov

Era la mañana siguiente desde que Toren había recobrado la consciencia. Desperté en una de las bancas del Centro Pokémon, lo que delataba que me había quedado dormida mientras esperaba a que curaran a mis Pokémon.
Por suerte, las seis pokéball estaban junto a mí con una nota de las enfermeras. Desperezándome, salí del lugar.
Fuera hacía más frío de lo habitual, y las calles estaban desiertas. Miré la hora a través de la vitrina de una tienda. Las 10:17 AM, y la hora para hacer visitas era en veintiocho minutos.

- «Aaah...

No tenía hambre, pero mis Pokémon sí. Los llevé a todos a desayunar a un café que había cerca. Mientras comían, saqué mi cámara y revisé las fotos con nostalgia. Me detuve en una foto grupal que habíamos tomado en Ciudad Fula, a las afueras del lugar donde Toren trabajaba. Estábamos él y yo junto a algunos de sus compañeros de trabajo y nuestros Pokémon, con Reshiram detrás. Esa foto la hicimos poco después de conocernos, antes de partir al Festival del Viento.

- «Ya ha pasado más de un año desde aquello...

Mi mente viajó a esa tarde. Toren salía con muchos papeles seguido de sus colegas. Yo lo había esperado afuera y nos habíamos puesto a platicar. Luego, les había propuesto sacarnos una foto para recordarlo.

- «Fueron buenos tiempos...

Luego fui más atrás, a cuando nos vimos por primera vez. Fue en una mañana lluviosa. Estábamos perdidos con Reshiram, no teníamos ni idea de adónde ir. Por si fuera poco, el legendario estaba herido y no duraría mucho más volando. Por ello, terminamos por caer en una montaña en las cercanías de Ciudad Fula. Ahí fue donde Toren nos encontró. Armó un campamento provisional para atendernos y quedarse con nosotros y luego, cuando despertamos, nos llevó a Ciudad Fula para tratar mejor tanto mis heridas como la de Reshiram. Después de eso comenzamos a conocernos más. Lo acompañaba a su trabajo, le ayudaba en sus investigaciones, salíamos muy a menudo y hacíamos prácticamente todo juntos. De hecho, gracias a él conocí a Zeraora. Me habló de un Pokémon legendario que vivía en la montaña pero que no toleraba mucho la presencia humana. Me dieron ganas de encontrarlo y entender sus razones para detestarnos. Toren nos acompañó a Reshiram y a mí y, sin embargo, cuando encontramos a Zeraora y combatí contra él, éste me pidió que le capturara.
Miré al Pokémon, que compartía unas bayas con Lucario y sonreí.
Luego recordé la cita que tuvimos en el Festival del Viento. Me llevó a un mirador de la ciudad durante la noche y me confesó lo que sentía por mí, con cierta torpeza, pero sin rastro de duda. Yo le dije que sentía lo mismo, y desde entonces somos algo más.

- «Pero ahora...

Toren había perdido la memoria. No me recordaba ni a mí, ni nuestra relación, ni todos los bellos momentos que vivimos tanto en Ciudad Fula como en otras regiones y Teselia. Ya no me culpaba tanto por aquello, pero me hacía sentir pésimo.
En cuanto mis Pokémon terminaron de comer y reposaron, los volví a meter a sus pokéball y fui al hospital. Dentro de cinco minutos podría entrar a ver a Toren.

- «Espero que haya pasado una buena noche..

Llegué al hospital y le dije a la recepcionista que estaba ahí para ver al peliverde. Ésta asintió y me dejó pasar. Subí las escaleras y entré en la habitación del joven.
Estaba despierto, desayunando tranquilamente. Al verme llegar, escupió el té que estaba tomando y no pude evitar reír.

- ¡Menudo sus-susto me diste!- Dejó la taza en la bandeja que había sobre su cama -¿Cómo estás, chiquilla?

Me acerqué a él y sonreí.

- No me llames "chiquilla". Mi nombre es Touko. Touko White. Soy Entrenadora Pokémon

- Touko...- Sus ojos parecieron meditarlo -Qué lindo nombre...

II. Volvimos (N x Touko)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora