XXIV. Ciega esperanza: Noche de lluvia y el retorno de N

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N's pov

Entoné la melodía con cierta timidez, pero entonces Zorua se sentó en mis piernas y siguió mi canto. Me sorprendió lo afinado que estaba, así que comencé a guiarme por él. Poco a poco, mis demás Pokémon se unieron a mí, algunos de bajos, otros de tenores otros de soprano y Klinklang marcaba el ritmo. Parecíamos un coro profesional, aunque no era así. Pero compartir ese momento fue una de las cosas más maravillosas de mi vida. Sentía la armonía que compartíamos mis Pokémon y yo a medida que cantábamos.
Fuimos bajando el volumen lentamente hasta guardar silencio. Abracé a Zorua y sonreí.

  - Gracias- Miré a los demás -A todos ustedes, amigos

Entonces escuché una especie de chillido, y un rayo de luz pálida envolvió la isla donde estábamos. Zekrom y Cobalion me miraron y mi corazón dió un vuelco.

Había dado resultado.

La luz se volvió tan intensa que quedamos ciegos un momento. Cuando por fin pudimos ver otra vez, estábamos en un lugar distinto. Era de noche, y ante nosotros se abría un camino que llevaba hasta una laguna que estaba rodeada hasta la mitad de roca, donde había dos vertientes que depositaban el agua en la laguna. En los bordes de la isla, habían cuatro gruesos caudales de río que enviaban parte del agua del manantial hacia el vacío, transformándose muchos metros por debajo de la isla en nubes. Era majestuoso.
Cobalion me empujó hacia adelante.

-Vamos. Mientras antes terminemos, mejor

Avanzamos por la senda, pero a mitad de camino me percaté que alguien no me seguía.

  - ¿No vas a acompañarnos, Zekrom?

Cobalion llamó mi atención.

  - No. Él no tiene nada que pedirle a Jirachi, de modo que es mejor que se quede ahí

Asentí y continué avanzando hasta llegar a la isla. Volví a escuchar el chillido de antes y, tanto la senda como la isla donde estaba Zekrom desaparecieron junto al legendario. Tragué saliva. Podía sentir una presencia poderosa en ese lugar.

  - ¿Hola?- Llamé mientras me acercaba a la laguna -¿Jirachi?

Escuché el chillido por tercera vez y una bola de luz que apareció flotando sobre el lago dió paso al mítico Pokémon. Era muy distinto a lo que esperaba, pero adorable y tierno. Era blanco con un ornamento en la cabeza que parecía la mitad de una estrella amarilla y una "capa" del mismo color. Tenia un ojo en el estómago color verde, y unas notas color azul pegadas en su cabeza.

  - Eres... ¿Eres Jirachi?

La pequeña criatura voló alrededor de mí y mis compañeros y asintió con brío, soltando un chillido que entendí a la perfección. Tragué saliva y me arrodillé ante él.

  - Necesito pedirte un favor -Extendí el papel en el que había escrito mi petición -Necesito que cumplas este deseo para que mis Pokémon y yo podamos salir de este lugar, del Orbe Oscuro... Teselia está en peligro, y tú eres el único con el poder suficiente para ayudarme- Levanté la mirada -Por favor... Zekrom no puede expulsarme porque si lo hace, el volverá a su forma original y estaremos en grave peligro...

Jirachi me miró y luego tocó mi cabeza, cerrando sus ojos. Al separarse, me sonrió. Escuchaba su voz fuerte y claro, hablándome con una dulzura y entendimiento que me conmovió.

  - Tu corazón es puro... Y tus intenciones también. Has puesto las necesidades de Teselia por encima de tus codiciosos deseos carnales, y me has demostrado la nobleza de tu ser- Asintió -Haré realidad tu deseo, joven N

Abrió el papel y lo leyó. Luego, voló en círculos alrededor de nosotros de nuevo y se detuvo en frente. Finalmente sopló con fuerza y soltó otro chillido. Un resplandor nos envolvió, cegándonos. Mis Pokémon se acurrucaron a mi lado en el momento en que Jirachi desapareció frente a nosotros mientras un telón blanco nos envolvía.

II. Volvimos (N x Touko)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora