Debía irse, tenía que salir de ese lugar él lo sabía pero sus piernas no le obedecían seguía arrodillado ante el recuerdo de Hinata quien le había dicho que no lo necesitaba y mucho menos lo amaba, bueno no lo había admitido, Pero su rechazó basto para confirmarlo.
Se levantó lentamente debía de irse lo antes posible pues de no hacerlo estaba seguro que cometería una locura, pero su cuerpo solo atino a tomar la foto de Sai.—Ahora es tu turno— y su voz sonaba quebrada al igual que su corazón—de hacerla feliz—las lágrimas recorriendo sus mejillas hasta tocar el suelo.
Y se marchó como el cobarde que era, el cobarde que siempre fue.
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.En cuanto estuvo segura de que aquel hombre se había ido, regreso a su habitación se acercó lentamente hacia su cama, se sentó y con un poco de timidez tomo la foto de Sai aquella que reposaba en su buró, miró esa sonrisa aunque forzada sabía que era sincera.
Recordó aquella tarde un sonriente Sai tratando de convencerla de ser su musa, termino accediendo con la condición de que aquel dejara tomarse una fotografía. Su conexión era mágica se entendían a la perfección y aunque pareciera que él era un ser inexpresivo, ella había aprendido a leerlo.
Y es que el final siempre sorprende, aunque esté escrito desde el principio pues ella sabía muy en el fondo que aquel rubio nunca estaría a su lado, es solo que se había negado a verlo y se había aferrado a ese deseo tan egoísta de tenerlo. Quizás por eso no pudo ver la realidad y se dejó engañar.
Quiso recordar aquel día dónde se habían unido pero no pudo, sin embargo al único que podía ver era a aquel chico pálido y raro. Se tocó el rostro no habían lágrimas todo está bien ahora, así que decidió ir con Sai.
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.Contempló el cielo en él se encontraba la luna aquella que solía ser tan cambiante, tan diferente cada día, respiró profundamente quería absorber toda esa tranquilidad que desprendía la noche. Debía hablar con Sai lo antes posible no quería malos entendidos entre ellos y más ahora que sus sentimientos eran claros.
Un golpe, dos golpes y estuvo tentada a entrar pero se detuvo.
Aquello sería correcto-pensó.
Mientras debatía internamente Sai la miraba sorprendido.
—Belleza—
—Lamento molestarte a esta Hora—lo miró y el solo llevaba unos boxers, haciendo que su rostro ardiera.
—Pasa—Sin decir más lo siguió, estaba nerviosa, había llegado hasta ahí pero no tenía la mínima idea de cómo iniciar aquella plática.
—Yo necesito hablar contigo—ambos se dirigieron al comedor, ella solo pudo ver cómo Sai desaparecía.
—Lo sé—la miró, extendiéndole una taza de Té—Supongo que Naruto fue a verte—ella lo miró sorprendida e inmediatamente bajo la mirada—Supongo que te preguntas como es que lo sé ¿Verdad?—y tomo un mechón de su cabello.
—Sai, yo.... lo lamento— intento hablar pero el solo sonrió y negó con la cabeza.
—No, necesitas disculparte después de todo estás aquí eso solo puede significar una cosa—la mirada perla regreso a él—Has decidido estar conmigo ¿no es así? Debo admitir que al principio dude de ti, pero debía de confiar en tus palabras—
—Ay Sai—se lanzó hacia el tirando en el proceso todo lo que había en esa mesa.
— ¡Oh, no!—grito, haciendo que ella lo soltará repentinamente. —Haz tirado mis únicas dos tazas—lloro, levantando los vidrios.
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𝓔𝓵 𝓐𝓭𝓲𝓸́𝓼 | 𝓕𝓲𝓷𝓪𝓵𝓲𝔃𝓪𝓭𝓪
Fanfiction𝓓𝓾𝓻𝓪𝓷𝓽𝓮 𝓪𝓷̃𝓸𝓼 𝓮𝓼𝓽𝓾𝓿𝓲𝓶𝓸𝓼 𝓬𝓸𝓷𝓼𝓽𝓻𝓾𝔂𝓮𝓷𝓭𝓸 𝓾𝓷𝓪 𝓻𝓮𝓪𝓵𝓲𝓭𝓪𝓭 𝓺𝓾𝓮 𝓻𝓮𝓼𝓾𝓵𝓽𝓪 𝓺𝓾𝓮 𝓼𝓸𝓵𝓸 𝓮𝓻𝓪𝓷 𝓶𝓮𝓷𝓽𝓲𝓻𝓪. 𝓗𝓲𝓷𝓪𝓽𝓪 𝓼𝓮 𝓭𝓮𝓼𝓹𝓲𝓭𝓲𝓸́ 𝓭𝓮𝓵 𝓲𝓷𝓶𝓮𝓼𝓸 𝓪𝓶𝓸𝓻 𝓺𝓾𝓮 𝓵𝓮 𝓹𝓻𝓸𝓯𝓮𝓼𝓪𝓫...