(っ◔◡◔)っ ♥ Capítulo XIII ♥

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—Sai, detente me estás lastimando—se levantó de la cama.

—Pero estoy siendo cuidadoso—se quedó estático mirando como su esposa trataba de huir de él.

—Además es algo anormal—declaro firmemente, ni en sus sueños más perversos imagino hacerlo por ese lugar.

—Ya lo sé, pero los libros de Jiraiya-sama hablaban de esto—Se tomó la frente como tratando de recordar algo —Bueno es solo que—se detuvo.

— ¿Es solo que?—exigió, regresando a la cama.

—Bueno son los hombres quien lo hacen de esta forma—declaro haciendo que Hinata se sentará de golpe.

—Ehhhh—grito totalmente sorprendida, por breve momento se perdió en su imaginación dónde pudo visualizar a Kakashi arrodillado besando su miembro del Sannin.

—Tengo algunos libros eróticos sobre ello ¿quieres verlos?—las palabras de Sai fluían de lo más normal, mientas que ella estaba sufriendo un sangrado nasal en su mente.

—Bueno, entonces que haremos—movió su cabeza para acabar con sus pensamientos indecentes.

—Todo se hará a mi manera—su tono era tan varonil, que incluso ella dudaba de que se tratara del mismo hombre.
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Una apretón en su nalgada derecha la hizo ponerse en alerta, pudo verlo ponerse de pie morderle el hombro después la lanzó hacia la cama solo pudo ver las sábanas volar en el proceso todo estaba pasando ante ella como en cámara lenta, pudo ver cómo el colchón se sumía, las manos varoniles de Sai aparecieron ante ella, después la volteo de un solo jalón dejándola boca abajo, separó sus piernas, de pues lo sintió él estaba consintiendo su entrada, un dedo alrededor de su clítoris movimientos tan suaves, delicados todo en sincronía aquello la estaba volviendo loca. El dedo pulgar se hizo presente lo conocía tan bien era tan grueso lo sintió en cuanto entro en ella, podía sentir la cálida respiración de Sai en su espalda, un poco de salvia, entro tan fácilmente que aquello le causó vergüenza su cuerpo estaba totalmente acoplada a su miembro, todo parecía estar conectado, las embestidas subieron de ritmo, ella enteraba su rostro mientras que sus manos arrugaban las sabanas de tanto placer, las respiraciones de él, las constantes mordidas en su espalda, las nalgadas...todo aquello la estaba llevando a un placer imaginable.

—Sai, me...me estoy...—decia con la voz completamente cortada.

Sai, comenzó a bajar sin descuidar un momento su intimidad sus dedos se movían rápidamente para lograr que ella terminara —Shhhh... Solo hazlo belleza— y ante la afirmación de él, no pudo aguantar más, un líquido salió de ella, los labios de él comenzaron a lamber cualquier rastro que hubiera salido de ella. Después lo miró consternada, pues se estaba masturbando ante su mirada, acabando en su rostro. Todo había Sido una experiencia nueva pero le había encantado, después de que Sai regresará con una toalla para limpiar su rostro ambos se besaron y se durmieron abrazados. Estaban comenzando su matrimonio con el pie derecho.
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𝓔𝓵 𝓐𝓭𝓲𝓸́𝓼 | 𝓕𝓲𝓷𝓪𝓵𝓲𝔃𝓪𝓭𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora