Succubus.|Edward Cullen [𝟏𝟖+] [SBN #1]

16-.

——————————
¿BAILE?
——————————

                 LUEGO DE LO QUE PASÓ con James, Bella inevitablemente terminó con una pierna rota, pobrecita, sentía pena por ella puesto que tendría que ir a la fiesta de graduación con un yeso.

Edward había estado más atento que de costumbre pero eso no significaba que lo había perdonado del todo, seguía siendo un imbécil.

En cuanto a mi dieta...Bueno, creo que es obvio que Edward es el tipo que se está encargando de que no muera por falta de energía sexual.

Me miré al espejo por última vez cuando escuché el timbre de la puerta de mi casa. Mis labios rojizos le daban un toque dramático a mi cara, me encantaba mi cuerpo y el vestido que mi padre había escogido no hacía otra cosa más que resaltar mis curvas.

—¡Sasha, llegó Edward!—exclamó mi padre mientras entraba a mi habitación. Le sonreí.—Te ves preciosa, ojalá pudiera bailar una pieza contigo.—dice.

—Podemos bailar cuando llegue.—le propuse y él asintió.

Nos quedamos mirando unos momentos sin decir nada, y después, mi padre bajó, dejándome sola en la habitación de nuevo, me acomodé al vestido y me coloqué los tacones, suspiré y salí del cuarto, bajé las escaleras y no pude evitar recrear alguna escena cliché de película.

Así se sentía.

Con Edward mirándome con tanta adoración, sus labios curvados en una sonrisa, y sus manos ocupadas con un precioso ramo de rosas rojas.

Y a pesar de que sonaba cliché, me provocaba un sentimiento de euforia, y cuando bajé las escaleras por completo, me paré frente a Edward, que posó su mano derecha en mi mejilla.

—Te ves hermosa.—dijo.

—Si, bueno, ella lo sabe porque yo se lo dije antes, niño bonito.—refunfuñó mi padre mientras tomaba el ramo de rosas en sus brazos y lo colocaba en un jarrón con agua que se había encargado de traer justo antes de que Edward llegara.

Mi papá ya se había imaginado que iba a regalarme flores.

El cobrizo solo miró a mi padre con algo de vergüenza en su mirada, pero al ver que mi progenitor solo estaba bromeando se relajó considerablemente.

—Bueno, ¿Nos vamos ya?—pregunto mientras tomo el brazo del vampiro y éste asiente.

Dejo un casto beso en la mejilla de mi padre como despedida, me subo al auto y Edward comienza a manejar a una velocidad prudente.

—¿Sigues viendo a Bella por las noches?—pregunto con la vista pegada al frente.

—Solo lo hice una vez, Sasha.—me explica.