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ESTRATEGIA
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           —PARA YA, ELLIOT.—MASCULLÓ EDWARD con una cara de furia.

—¿Por qué? Me necesitan para la pelea con Victoria y además que yo recuerde no has sido muy bueno con Sasha.—dice el nombrado con un tono de berrinche.

Sin poder evitarlo, una sonrisa surca por mis labios, y es que el tipo tenía razón, pero yo no iba a admitirlo, y tampoco iba a dejar a mi vampirito en ridículo en frente de todos acá.

—¿Podemos dejar su pelea en el olvido? Necesitamos discutir todo a detalle para que Victoria no nos agarre desprevenidos.—esta vez, me sorprende escuchar la voz de Bella, aún más diciendo algo coherente y demostrando una perspicacia que muchos no le atribuirían.

—Bella tiene razón, no es momento para sus charlas infantiles.—la secundo.

Miro a Edward con un destello de burla en mis ojos, puedo ver sus cejas lentamente fruncirse con algo de enojo, sin embargo, lejos de dar miedo, hace que suelte una carcajada, ya que no le quita los ojos de encima a Elliot.

—Estoy de acuerdo con la rubia ardiente, así que, ¿Qué se supone que venimos a planear? Realmente no entiendo el propósito de esta junta, y más aún cuando no tenemos una mínima idea de lo que está pasando en la pequeña mentecita de la nómada aquella.—dice Elliot, cruzándose de brazos con un gesto de desdén.

Las miradas se turnan entre nosotros, y aunque la mayoría asiente en acuerdo, sé que la rivalidad entre ambos vampiros no se resolverá con facilidad, Edward, por su parte, parece disfrutar de la situación, su risa resuena en la habitación, creando una pausa en la tensión.

Antes de que la situación pueda escalar, la puerta se abre con un giro dramático y entra una figura alta y esbelta con una energía que llena la habitación.

Camille, la hermana de Edward, ha regresado de su viaje, y su entrada no podría ser más teatral.

—¡Queridos hermanos y amigos! ¿Extrañaron mi presencia? —exclama, abriendo los brazos de par en par. Su risa musical llena la habitación, y puedo ver cómo algunos de los vampiros más jóvenes la miran con admiración.

—Camille, siempre tan... teatral —comenta Edward con una mezcla de diversión y exasperación.

—El drama es mi especialidad, hermanito, además, ustedes me llamaron para enfrentar a esos neófitos. ¡Vaya problema se les viene encima! —añade, lanzando un guiño cómplice en mi dirección, y por mi parte, le devuelvo una sonrisa—¡Oh! Sobre eso,  estuve rastreándolos desde que supe de su existencia y puedo decir que son un grupo numeroso y poderoso, su única debilidad es la falta de coordinación y estrategia.

He de admitir que su presencia exuda pasión y vitalidad, inclusive diría que podría asemejarse a mi aura de cierta manera.

Camille se acerca a mí con una sonrisa brillante, como si ya nos conociéramos de toda la vida.

—Tú debes ser Sasha, la famosa súcubo—dice, extendiendo su mano con un gesto amistoso.—Edward me ha contado tanto sobre ti, no te imaginas, cariño.

—El placer es mío, Camille; Edward también me ha hablado mucho de ti —respondo, estrechando su mano con una sonrisa.

La energía entre Camille y yo es palpable, una mezcla de curiosidad y complicidad, y es que aunque nuestras personalidades son distintas, parece que hemos encontrado un terreno común. Ahora, la tensión que flotaba en el aire parece disiparse un poco, eclipsada por la llegada teatral de la hermana de Edward.

Succubus.|Edward Cullen [𝟏𝟖+] [SBN #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora