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Maratón 1/3

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EDWARD
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           —DICES QUE NO PUEDES SER MI AMIGO PERO no dejas de seguirme a todos lados, Edward

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           —DICES QUE NO PUEDES SER MI AMIGO PERO no dejas de seguirme a todos lados, Edward.—cerré mi casillero y me giré bruscamente para verlo, aunque ese movimiento logró marearme unos segundos y me vi obligada a cerrar los ojos un momento y apoyar mi cuerpo contra el casillero. Rápidamente quise hacer como si nada hubiera pasado, así que sonreí.

Sus ojos me escaneaban con un poco de confusión.

Su mirada había llegado al punto de abrumarme, pues había estado alrededor de diez minutos mirándome, mientras guardaba mis cosas y sacaba otras más del casillero (porque si, me tomo mi tiempo) y no fue hasta ahora que decidió acercarse por fin.

—Quería agradecerte por ayudar a Bella.—me dijo y yo bufé.

Noté un brillo especial en sus ojos, algo que me decía que la vida de aquella humana de una piel tan pálida que me parecía un poco anormal le importaba mucho. Y me di cuenta de que esa era su única intención, darme las gracias por salvar a la que, probablemente, sería el amor de su vida. No había rastro de cualquier otra emoción en aquellos orbes dorados. Por una parte no pude evitar sentirme decepcionada. Quería creer que hoy no me estaba sintiendo tan bien y por eso no percibía nada más del castaño.

—Bueno, creo que no podía quedarme de brazos cruzados, de todas formas eso me perjudicó.—susurré y pude notar como el vampiro me miraba con el ceño fruncido.

Si, había llegado de mal humor a mi casa, y por supuesto, mi padre simplemente se burló de mi. Todo lo que pude hacer fue dormir para ya no pensar en mis necesidades.

—¿A qué te refieres?—pregunta y yo me encojo de hombros, intentando restarle importancia al tema.

Porque, realmente, no era tan relevante, al menos para él no lo era, lo suponía. Además no quería revelar mi secreto tan pronto, quería darle un aire de misterio, quería volverlo loco. Que se preguntara ¿Quién diablos es ella y que está haciendo conmigo? El hecho de que Edward no cayera en mis habilidades suponía un reto, y hay que aclarar que amo los retos más que nadie. Además, si me busca tanto (incluso más que Alice), debe ser por algo, ¿No? Debe haber alguna atracción entre nosotros. Sino, sería la primera persona que no cae. Y eso no me gusta para nada.

—Tengo biología, adiós.—me despedí de él con un beso en la mejilla que al parecer lo dejó descolocado.

Comencé a caminar moviendo mis caderas, asegurándome de que Edward me mirara.

Fuí al salón y me senté, no recordaba que la clase la compartía con Alice y cuando se sentó a mi lado no pude evitar sobresaltarme. El profesor llegó segundos después que la chica y comenzó a explicar los temas, pero yo no podía poner atención, comencé a sentirme mal y tuve que apoyar mi cabeza en la mesa.

Succubus.|Edward Cullen [𝟏𝟖+] [SBN #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora