Succubus.|Edward Cullen [𝟏𝟖+] [SBN #1]

11-.

Maratón 3/2 (Parte sorpresa y de último minuto)
NO ME PUDE RESISTIR A DEJARLAS SIN UN POQUITO DE DRAMA.

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ARPÍA
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           —¿Y BIEN?—digo después de unos segundos de silencio, donde podía sentir la tensión sobre mis hombros. Aún así no perdí mi tan característico encanto.

Rápidamente me recompuse, sonreí con esa sensualidad que desprende mi persona sin siquiera proponérmelo, porque no, no me afectaba en lo absoluto, sin embargo, me molestaba el hecho de que todos aquí sabían que Swan iba a venir y no me dijeron nada, porque sabían perfectamente que si ella venía, yo no lo haría.

—Esa es una pregunta que yo debería estar haciendo, ¿Qué haces tú aquí?—preguntó Isabella bruscamente.

Abrí la boca para responder, pero Rosalie se me adelantó.

—Ella es una amiga de la familia, no te creas superior solo porque mi hermano te habla de vez en cuando, luces patética.—escupió la rubia con un tono cargado de veneno.

—¡Rosalie!—la regañó Esme.

Una bofetada de calma me golpeó tan repentinamente que por un momento me sentí dopada, aquel cambio de emoción tan rápido me había mareado un poco, pero aún así puedo decir con seguridad que era Jasper intentando calmar las aguas.

—Creo que esta conversación no terminará bien para nadie, mejor vayamos a la cocina para que Bella y Sasha puedan comer lo que les preparamos.—dijo Emmett.

—Me encantaría-

Bella fue interrumpida por el vampiro a su lado, ese con el que había follado hace unos pocos días.

—Ya comió.—dijo por ella.

Me ardió la garganta de las ganas que tuve de soltar algún comentario hiriente.

Volví a sonreír.

—A mi me encantaría, sé que pusieron mucho esfuerzo en hacer la comida ya que ustedes en realidad no la consumen, incluso desde esta distancia puedo oler la exquisitez que prepararon. Sería una lástima desperdiciarlo, agradezco el gesto, de todo corazón.—digo con una voz firme, pero con un tono dulce.

—Vamos, querida.—dice Esme con una sonrisa y la sigo, dejando a todos ahí excepto a Rosalie, que nos sigue de cerca.

La señora Cullen se adelanta unos pasos y es cuando la rubia aprovecha para ponerse a mi lado.

—No creas que porque te defendí ahí adentro somos amigas, solo lo hice porque odio ver a Edward a lado de Bella. Así que ahórrate las gracias.—susurra a pesar de que todos en la casa (excepto la humana) pueden escucharla.