Estaba contenta, ya había elegido el vestido de mi boda. Una boda que no estaba segura de querer celebrar, pero era una de las únicas cosas de las que me tenía que encargar, lo cual iba a facilitar mucho las cosas.
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Los días iban pasando y ya estábamos a solo 3 semanas de ese gran día. Vegetta me llamaba todos los días diciéndome un nuevo detalle que había completado de la boda. Cada vez que hablábamos por teléfono a él le notaba con menos ilusión, como si lo tuviéramos que celebrar por una obligación. Por otro lado, mi padre me llamaba de vez en cuando, diciéndome que me tenía que casar lo quisiera o no.
Pero hoy iba a ser un día especial, hoy por fin Rubius volvía a Londres después de un mes y medio sin vernos. No sabía cómo iba a reaccionar al verle, pero tampoco iba a planearlo.
Iba a ir a buscarle al aeropuerto, seguro que le haría bastante ilusión. Después iba a invitarle a cenar al restaurante de fish & chips al que fuimos por primera. Seguro que iba a gustarle el plan.
Dicho y hecho cogí el tren que me dejaría en la puerta del aeropuerto. Como sabía que le haría gracia, decidí apuntar su nombre en un cartel como hacían en las películas esperando su llegado.
-Me encanta el chofer que me ha tocado. ¿Me lleva el centro señorita? -Dijo Rubius cuando me vio. -En ese momento me cogió por los aires y me dio vueltas mientras que me abrazaba. - Te he echado muchísimo de menos. Ahora no pienso irme a ningún lado.
Cogí su maleta y cogimos un taxi de nuevo hacia el piso. Solamente queríamos dejar la maleta antes de irnos a cenar.
-Hogar, dulce hogar. -Dijo Rubius cuando entró en el piso. - Ven aquí, ________.
-Había pensado en que podíamos ir a cenar, ese sitio que nos encantaba. Tengo una mesa reservada para los dos. -Le contesté.
-A mí me apetece más quedarme aquí contigo. No sabes cuánto te he echa de menos. Este mes se ha hecho demasiado duro. -Dijo Rubius mientras me besaba el cuello. - Me encantaría que pasáramos toda la noche juntos. Creo que nos quedamos con alguna cosa pendiente en Berlín.
No pude resistirme, sentía una debilidad muy fuerte hacia Rubius y ya había decidido que me dejara llevar por lo que sentía en cada momento. Sin tener que preocuparme por absolutamente nada.
La noche que pasamos se podía resumir en sexo en todas las partes de la casa. Ambos nos teníamos demasiadas ganas.
A la mañana siguiente recibí un mensaje, bastante largo de mi padre:
Hola _______, ya solo queda menos de un mes para ese gran día, ¿estás nerviosa? Solamente quería decirte que los padres de Vegetta y yo hemos firmado un nuevo contrato en el que van a invertir mucho más dinero en la empresa. Pero hay una cláusula. Ambos hemos notado que ninguno de los dos estáis ilusionados con esto y vemos que la cosa se está tambaleando. Así que la cláusula consiste en que, si no hay boda, se rompe el contrato. Así que hija mía estamos todos en tus manos. Te he comprado un billete de avión para el día de antes de tu boda, así que no te escaquees y cumple con la promesa que le hiciste a tu futuro marido.
- ¿Quién te ha escrito? -Dijo Rubius al acercarse a donde mí.
-Nada. Será mejor que disfrutemos del momento. -Contesté yo.
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New Life. (Rubius y tú)
FanfictionUn nuevo comienzo puede conllevar muchos sentimientos que tal vez hasta ese momento no se habían conocido.