CAPÍTULO 10

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Al día siguiente ninguno de los dos quiso hablar de la pequeña conversación de anoche. Ambos decidimos que lo mejor para nuestra relación era callarnos y seguir disfrutando del viaje.

Por la mañana fuimos a visitar los pueblos de la zona, los cuales como dijo Rubius no iban a dejar indiferente a nadie. Eran preciosos y parecían sacados de un cuanto de la época medieval.

Por la noche llegamos al hotel. Rubius me dijo que había reservado en un restaurante un poco elegante. Menos mal que en la maleta había guardado un vestido un poco más formal por si podía ser necesario. Mientras Rubius me esperaba sentado encima de la cama yo me terminaba de arreglar en el cuarto de baño.

-Bueno, ya estoy lista. - Dije terminando de aplicar el pintalabios.

-Vaya, estás preciosa. Vamos a tener que ir un poco deprisa el sitio está lejos y ya casi es la hora. - Rubius me recorrió con la mirada de arriba a abajo mientras me deba mi abrigo.

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Al llegar al restaurante el metre nos asignó una mesa, era un sitio precioso y realmente era elegante.

-Tal vez suene repetitivo. Pero estás verdaderamente preciosa. - Volvió a recordarme Rubius.

-Gracias, tú también. Aunque si esto fuese una competición te habría machacado. - Le contesté yo mientras el camarero nos servía una copa de vino.

-Brindemos. Por la mejor compañera de piso que me podría haber tocado. Espero que esto sea el primer viaje de muchos. - Dijo Rubius alzando su copa.

-Brindemos. - Contesté yo juntando las copas.

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De camino al hotel fuimos dando un paseo viendo cómo era la cuidad de noche. Realmente era preciosa, además la noche invitaba a la conversación.

-Bueno Rubius, muchas gracias por haber organizado esta escapada. Realmente me ha encantado.

-Gracias ______. Yo también lo necesitaba. Supongo que es hasta terapéutico descansar de vez en cuando.

- ¿Terapéutico? ¿Problemas con tu novia?

- ¿Novia? ¿Te refieres a la chica del primer día? Es mi hermana.

- ¿Y te pasas con tu hermana alguna noche?

En ese momento Rubius se paró en seco fijando su mirada en mí. En ese momento se me aceleró el corazón.

-Verás _______. No empezamos con buen pie, pero creo que tal vez sea hora de que sepas algo de mí. - Rubius me cogió de la mano, girándome para que lo tuviera de frente. - Yo llegué a Londres hace dos años y no por una decisión propia. Mi madre tiene una enfermedad rara y es aquí donde tienen los mejores médicos para poder curarla, por eso hay noches en las que desaparezco. A Willy lo conocía desde España, fuimos juntos a clase un par años. Cuando llegué aquí me ayudó buscándome un piso y un trabajo, no sé qué habría pasado si él no estuviera aquí. Con todo esto solamente quiero decirte que gracias por ser la persona que eres y ayudarme día tras día con tu actitud, aunque tú no lo supieras. Eres muy especial para mí, _______.

En ese momento mi corazón estaba latiendo a la velocidad de la luz. Veía a Rubius de otra forma ahora que sabía esto por mi cabeza estaban pasando un millón de cosas.

-Yo. . .

No sé cuál fue el pensamiento que tuve en ese momento, pero coloqué mis manos suavemente sobre su cuello mientras que poco a poco nuestros cuerpos iban contándose hasta fundirse en un beso. Sentía que iba a ser el error más garrafal de mi vida, pero quería dejarme llevar y en ese momento por mi cabeza solo pasaba él. Rubius,

New Life. (Rubius y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora