Café y Vainilla.

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—Voy adoptar a Karen.

A segundos estuvo de gritarle que se fuera a la mierda cuando el alfa se adelantó.

Cálmate.

¿Por qué ese hombre siempre lo manipulaba con su voz de mando? ¿Por qué lo estremecía tanto y sin embargo casi sentía un sádico placer al momento que ese alfa le daba una orden?

—No he terminado de hablar, no tengo intención de negarte el contacto con Karen, solo la sacaré de ese lugar y cuidaré de ella hasta que cumpla mayoría de edad.

Eso era bueno ¿no? Alguien que, hasta ahora, a demostrado desinteresada generosidad se interesaba en el bienestar de su hermanita ¿Eso tenía que ser bueno, verdad? Debería serlo, era una buena noticia, conocía donde vivía el sujeto, hasta ahora Karen le habló muy bien de él y más allá de alterarlo como un omega, no tenia una razón para desconfiar del alfa. Debería estar feliz por ese drástico pero positivo cambio para Karen.... entonces ¿por qué tenía ganas de llorar?

—Ella siempre habla de ti, eres su héroe, de hecho rara vez menciona a sus padres y solo suele dibujarse a ti y ella en sus "cuadros familiares".

¿A donde quería llegar con eso?

—No tengo favoritismo por ninguno de mis alumnos, pero Karen necesita el cambio. 

Si, lo necesitaba.

—Quiero que entiendas que ya tengo todo preparado para esto, he hablado con los abogados y encargados de todo el papeleo, no esperaba tener que seguir adelante con el procedimiento hasta que hablé con tus padres.

Kenny gruñó, ellos lo habían arruinado, apretó sus puños con rabia y mordió la carne interna de su boca, el sabor metálico no pudo remplazar el amargo sentimiento que lo invadía. 

—Quiero que sigas en su vida, no pretendo arrebatarla, tus padres están de acuerdo.

Kenny gimió, un gemido lastimero de agonía que emitía los de su genero y únicamente percibido por los alfas y omegas de la zona.

Pudo notar como el maestro de Karen se sobresaltaba, estuvo a punto de ponerse de pie, logró contenerse. 

—El proceso tardará un tiempo, pero desde la próxima semana tus padres han autorizado que Karen comience a vivir conmigo. 

Carajo, ni morder sus labios podía apaciguar las ganas de llorar.

—....Ey, no te pongas...

—¡¡Butters!!

Ambos, alfa y omega, giraron la cabeza hacia la dirección de la persona que había gritado el apodo del profesor de Karen. Un muchacho de cabello caótico, cual melena de león, se acercó a paso apresurado mostrando gran agilidad cargando dos bandejas con los pedidos.

—Buenas noches Tweek, pensaba que no trabajabas hoy.

—¿Pero.. no es viernes? T-tu solo vienes los fin de se-semana, ngh ¿me he equivocado de día?

—No, cálmate. 

Kenny percibió la mezcla de aromas en ese espacio donde estaban los tres, mientras el rubio raro colocaba los pedidos, ambas miradas chocaron, percibió una amenaza directa de parte el otro chico, un omega que estaba marcado su territorio. Kenny se estremeció y sin poder evitarlo comenzó a soltar feromonas.

—Ugg, McCormick, si estás en celo no vengas a lugares publico.

—¿Que?— Preguntó el adulto alfa.

—¡No estoy en mi ciclo!—Se apresuró a aclarar casi entrando en pánico.

—¿Te sientes bien?

Κοίτα με Άλφα |Mírame Alfa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora