Κοίτα με Άλφα |Mírame Alfa|

Un paso adelante.

¿Podía sentirse tan avergonzado? ¿Mucho más que cuando su alfa descubrió a que se dedicaba antes? Si, si podía, en ese momento la mirada de decepción que Leopold tenía, (pese que fingía mirar los apuntes y no directamente a su cara), no era agradable.

Kenny se arrepintió de aceptar estudiar con Leopold, había quedado en evidencia como un completo idiota, cosa que se sintió mucho más desagradable cuando el alfa le pidió que le confirmara que estaba cursando junto a Tweek, si pudiese regresar el tiempo se aseguraría de no faltar a ninguna de las clases, así al menos sabría la mitad de todo, en vez de saber absolutamente nada. 

En el momento en que parecía que el alfa ya no soportaba revisar los simulacros de exámenes (en blancos o con respuestas ridículas), se puso de pie excusándose con tomar un descanso y comer algo pare recuperar energía. 

Kenny se dejó caer sobre la mesa, aguantándose las ganas de aullar su lamentable situación, había quedado en ridículo frente a su alfa, seguramente pensaría que no era una buena opción como pareja o que sus futuros hijos nacerían idiotas..... 

─<<¿Pero que....>> 

¿Por que demonios fantaseaba con algo así? Eso era algo que jamás ocurriría, a Leo le gustaban las mujeres y algo más mayores.... ahora sumaba frustración junto a la vergüenza del momento. 

─¿Kenny?

La suave voz de su pequeña hermana lo hizo regresar a la realidad y borrar cualquier rastro de frustración del rostro.

─¿Estas.... te duele la cabeza?

─ah.. no, no ¿por que piensas eso?

─Tienes los ojos brillantes y la cara pálida.

─<<¡Maldición, fingen, finge!>> ─Solo... tengo algo de hambre.

Entonces la carita de preocupación de su hermana se iluminó, comenzó a reír suavemente mientras apartaba los cuadernos y libros de la mesa.

─¿Em... que haces Karen?

─Ya es casi la hora de merendar, voy a poner la mesa y así comemos todos juntos.

─¿Eso te pone tan feliz?

─¡SI!

Kenny estaba conmovido, ¿por qué el simple hecho de compartir una comida la ponía tan eufórica? Ella siempre quería tenerlo sentado en la mesa para cada comida del día. Quizás era simplemente por el hecho de que aún lo veía muy flaco, o seguía pensando que se saltaba algunas comida del día, pero estaba seguro que había logrado ganar algo de volumen, ya no se le veían las costillas, ni tenía los pómulos hundidos, incluso, mucha de la ropa donada (que no usaba porque le quedaban muy grande), ya comenzaban a ajustarse a su cuerpo. ¿Karen seguía viéndolo como un stickman? Disimuladamente se pasó ambas manos por debajo de su abrigo para palpar su panza y costillas, estaba seguro que ya no era un ser raquítico y también que no estaba gordo, pese a poder darse un buen gusto con la comida (y cosas dulces), se preocupaba mucho por su aspecto últimamente, e inconscientemente dirigió una mirada hacia a cocina, lugar donde se dirigía su hermana y donde un alfa preparaba todo. 

¿Debería ofrecer algo de ayuda? Le daba bastante vergüenza hacer algo y que estuviese mal y, - como había comprobado siempre que estaba en esa casa- el señor Leopold era algo meticuloso en como se hacia las cosas, incluso en los más pequeños detalles. ¿Qué le había dicho Karen cuando estaban pintando? Algo sobre recoger todo y ponerlos en su lugar, no dejar nada tirado y limpiar cualquier cosa que se hubiese manchado, siendo que cuando vivían juntos, tenía su habitación con sus dibujos regados por todos lados.